Los grupos sociales m¨¢s castigados por el desempleo siguen siendo las mujeres y los j¨®venes
Con una rotaci¨®n escas¨ªsima, que pone de manifiesto, seg¨²n las ¨²ltimas estad¨ªsticas conocidas, la esclerosis sufrida por el mercado de trabajo en Espa?a, el castigo del paro sigue recayendo, cada d¨ªa con m¨¢s virulencia, sobre los mismos grupos sociales, el mismo sexo, las mismas edades e iguales bolsas territoriales. Pero son, muy especialmente, los grupos de mujeres y j¨®venes los m¨¢s afectados por el pertinaz aumento de? paro y la destrucci¨®n de puestos de trabajo que est¨¢ teniendo lugar en la econom¨ªa espa?ola. La tasa de destrucci¨®n de empleo en los ¨²ltimos 12 meses conocidos (junio de 1984 respecto a junio de 1983) se ha m¨¢s que triplicado con respecto al mismo per¨ªodo del a?o anterior.
La p¨¦rdida de 322.000 empleos en este per¨ªodo supone una tasa de destrucci¨®n de puestos de trabajo del 2,98%. De los 322.000 ca¨ªdos en un a?o en el infierno social del paro habr¨ªa que deducir, como qued¨® dicho enlos anteriores cap¨ªtulos, los 80.000 a 100.000 desempleados con subsidio agrario que proceden, este a?o, del desaparecido empleo comunitario.En lo que se refiere a los j¨®venes en paro sin distinci¨®n de sexo, un mill¨®n son buscadores del primer puesto de trabajo. En el caso de la mujer, las cifras estad¨ªsticas muestran una situaci¨®n algo distinta. En general, la mujer acude muy oven al mercado de trabajo, se retira al tener hijos y vuelve a buscar empleo cuando los ni?os est¨¢n criados. S¨®lo el 33,52% de las mujeres paradas tienen edades entre 25 y 54 a?os, frente al 47,99%, que corresponde a los varones parados de la misma edad. Cuando una mujer deja de trabajar y de buscar trabajo; se da de baja en la poblaci¨®n activa y pasa a ser definida como persona inactiva, que hace que desaparezca, por tanto, de las estad¨ªsticas de poblaci¨®n ocupada y poblaci¨®n parada.
Marginados y 'desanimados'
Para ser considerado como parado no basta con tener edad de trabajar, sino que hay que estar, adem¨¢s, buscando empleo. Por ello, la poblaci¨®n activa puede verse afectada a la baja por el aumento incontrolado de los llamados activos desanimados, quienes no se registran en la oficinas de paro o, al ser encuestados, manifiestan que no buscan empleo porque consideran, quiz¨¢ sin expresarlo, que el mercado de trabajo est¨¢ tan mal que no van a encontrarlo de forma alguna.
De ah¨ª que, tambi¨¦n parad¨®jicamente, cuando mejora la actividad econ¨®mica y crecen las expectativas de obtener empleo, y el empleo mismo, puede darse el caso de que aumente estad¨ªsticamente el n¨²mero de parados procedentes de los inactivos que recuperan la esperanza de encontrar empleo y se apuntan en las oficinas de paro o se declaran nuevamente activos buscadores de empleo ante los encuestadores del Instituto Nacional de Estad¨ªstica.
Durante los primeros 15 meses de gobierno socialista, los 370.600 empleos destruidos, en sentido estricto (lo que supone 384.500 sum¨¢ndole los empleos marginales desaparecidos), se han distribuido muy desigualmente seg¨²n los distintos sectores econ¨®micos.
Se han perdido 130.300 empleos en la agricultura (el 35%), 78.800 en la industria (21,26%), 108.900 en la construcci¨®n (29,30%) y 52.700 en los servicios (14,22%). Las cifras siguen siendo muy agregadas y, en opini¨®n de los especialistas en pol¨ªtica de empleo, ser¨ªa importante conocerlas seg¨²n ramas m¨¢s concretas de actividad econ¨®mica para saber si perdemos empleos en las que carecen de futuro o, por el contrario, en las m¨¢s prometedoras.
Un mill¨®n de j¨®venes busca su primer empleo
La p¨¦rdida de empleo en agricultura es un s¨ªntoma de modernizaci¨®n de Espa?a, pues a¨²n sobra poblaci¨®n en el campo -nuestra ocupaci¨®n agr¨ªcola es del 17%, frente al aproximadamente 5% en Estados Unidos- y seguir¨¢ siendo expulsada por la aplicaci¨®n de nuevas tecnolog¨ªas.
En construcci¨®n, aunque ha sido importante, no es muy significativa la p¨¦rdida de empleos, pues este sector act¨²a como colch¨®n de la adversa coyuntura econ¨®mica y se recupera r¨¢pidamente cuando comienza la reactivaci¨®n.
Siendo cuantitativamente menor, es mucho m¨¢s grave si cabe, sin embargo, la destrucci¨®n de empleos que ha habido en la industria (21,26%), aunque no sabemos si ha sido en electr¨®nica o en construcci¨®n naval, y en los servicios (14,22%), sin poder distinguir entre empleados de banca o de limpieza, ya que estas fuertes ca¨ªdas aventuran un futuro bastante desesperanzador para los 998.400 j¨®venes espa?oles que siguen buscando sin ¨¦xito su primer empleo.
Junto a este mill¨®n de desesperados buscadores de primer empleo, que supone el 37,54% del total de parados, sobreviven actualmente en Espa?a 544.300 desempleados en los servicios (20,58%),438.000 en la construcci¨®n (16,56%), 546.000 en la industria (17,24%) y 208.000 en la agricultura (7,86%).
Y todo ello supone que en Espa?a la tasa de paro se sit¨²a en el 20,1% de la poblaci¨®n activa, que es casi el doble de la que padece la mayor¨ªa de nuestros vecinos europeos.
El hecho de que, como demuestran las estad¨ªsticas, la rotaci¨®n de desempleados sea pr¨¢cticamente nula -lo que significa que la mayor parte de los parados permanecen en esta situaci¨®n durante per¨ªodos prolongados de tiempo- y la escasez de prestaciones para el subsidio de desempleo, coloca a la sociedad espa?ola en los lugares m¨¢s bajos en cuanto a ¨ªndices de cobertura para el creciente colectivo de ciudadanos sin empleo.
La tasa de cobertura para los desempleados no alcanza a la cuarta parte de las personas en paro.
Por el contrario, la tasa de actividad total de la poblaci¨®n espa?ola (el 47,65%) es a¨²n menor que la europea y castiga enormemente a la mujer espa?ola, cuya tasa de actividad es del 27,62%, frente al 69,37% que corresponde a los hombres. Ello pone de manifiesto tambi¨¦n que la mujer espa?ola tiene a¨²n mucho trecho que recorrer para equipararse, en el mercado de trabajo, a la mujer europea.
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