Costa Rica y Honduras
( ... ) ?Qu¨¦ es, entonces, lo que preocupa de la crisis hondure?a? Ante todo, la fragilidad de la situaci¨®n y la falta de asentamiento de la democracia en Honduras. Despu¨¦s, la tremenda crisis econ¨®mica que atenaza al pa¨ªs y que puede llevar a un proceso revolucionario con car¨¢cter inmediato. S¨®lo un 30% de la poblaci¨®n activa (que es de algo m¨¢s de un mill¨®n de personas, de una poblaci¨®n total de cuatro millones) tiene trabajo; m¨¢s de 150.000 campesinos est¨¢n sin tierra, esperando, en la miseria, una reforma agraria que no acaba de arrancar.La situaci¨®n es, pues, claramente prerrevolucionaria. La ayuda de los Estados Unidos sigue siendo escasa y hay que suponer que el alejamiento propiciado por el general, Walter L¨®pez Reyes de la l¨ªnea antisandinista radical har¨¢ m¨¢s dificil tal ayuda. El fermento revolucionario puede puede prender f¨¢cilmente en un pa¨ªs depauperado como Honduras, sobre todo si no se liquida r¨¢pidamente la corrupci¨®n. Esta situaci¨®n la conocen los pa¨ªses empe?ados en conseguir la paz en Centroam¨¦rica, Estados Unidos inclu¨ªdo. ( ... )
La debilidad estructural del r¨¦gimen costarricense se acent¨²a como fruto de la situaci¨®n global de la zona. La econom¨ªa del pa¨ªs depende excesivamente de ayudas exteriores y cualquier fen¨®meno de convulsi¨®n interna puede precipitar y desencadenar un proceso de consecuencias imprevisibles. Una vez m¨¢s habr¨¢ que llamar la atenci¨®n de los pa¨ªses que tratan desde fuera de conseguir la paz para Centroam¨¦rica. La clave de la estabilidad de naciones como Honduras y Costa Rica no reside ni en Tegucigalpa ni en San Jos¨¦. Es el apoyo econ¨®mico exterior, sin contrapartidas pol¨ªticas, el que puede sostener el r¨¦gimen de estos dos pueblos que hacen esfuerzos sobrehumanos para no hundirse en la cat¨¢strofe que convulsiona todo el istmo centroamericano.
20 de agosto
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.