Salvajismo eclesi¨¢stico
El se?or cura p¨¢rroco de H¨ªo, localidad perteneciente al municipio de Cangas de Morrazo, ?hab¨ªa ido alguna vez a la playa de Barra? ?Sab¨ªa d¨®nde estaba la playa de Barra? Si lo sab¨ªa, ?hab¨ªa llegado a ella practicando el monta?ismo o pilotando un helic¨®ptero? Seg¨²n la describen, no parece una playa a la que uno se acerque dando un c¨®modo paseo. ?Conoc¨ªan los vecinos del lugar de Vi?¨®n la existenela de la playa de Barra? ?Hab¨ªan acampado alguna vez en sus arenas? ?Se hab¨ªan ba?ado en sus aguas?Las an¨¦cdotas que circulan sobre el cura de Cangas de Morrazo y sus feligreses en su cruzada contra el desnudismo me recuerdan inevitablemente la historieta que trae Chesterton en su Ortodoxia: dos damas entradas en a?os viven cerca de un r¨ªo.
Un d¨ªa se presentan en casa del p¨¢rroco a quejarse de un joven que se ba?a desnudo en el r¨ªo, frente a sus ventanas. El joven se deja persuadir f¨¢cilmente por el cura y accede a practicar su deporte favorito en un lugar del r¨ªo muy alejado de la casa de las dos respetables damas. No tardan ellas en volver a casa del p¨¢rroco para renovar sus protestas.
-?Pero si el joven se ba?a a un kil¨®metro de su casa! -dice el p¨¢rroco.
-S¨ª, pero le vemos con los prism¨¢ticos -contestan las dos venerables damas.- Alejandro de Pablo Guti¨¦rrez.
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