El tornado econ¨®mico norteamericano
Estamos acostumbr¨¢ndonos a contemplar lo que pasa actualmente en la econom¨ªa de Estados Unidos -dice el autor de este art¨ªculo- como si fuera el fen¨®meno m¨¢s natural del mundo, cuando en realidad es un fen¨®meno que no solamente desaf¨ªa nuestra capacidad de predecir sucesos econ¨®micos, sino que est¨¢ cambiando el orden econ¨®mico vigente en los ¨²ltimos 25 a?os.
La econom¨ªa de Estados Unidos es como una bomba aspirante-impelente que funciona en apariencia contra las leyes de la gravedad econ¨®mica -elevados tipos reales de inter¨¦s y pol¨ªtica monetaria restrictiva-, a base de absorber, a bajo precio y en gran cantidad, recursos de todos los pa¨ªses del mundo con los que tiene relaciones econ¨®micas. Es un aut¨¦ntico tornado que succiona hacia el v¨®rtice del mercado norteamericano los recursos financieros y reales de pa¨ªses que carecen.del dinamismo suficiente para crecer y usar rentablemente sus propios recursos.Sabido es que los potentados ¨¢rabes, latinoamericanos y surasi¨¢ticos, los ahorrantes europeos y los financieros de todo el mundo est¨¢n colocando sus fondos prestables en Nueva York, donde el rendimiento real -supongamos que por el exceso de demanda de los mismos- es mayor que en ning¨²n otro mercado. Es la simple consecuencia de buscar el m¨¢ximo de beneficio en un mundo de movilidad de capitales. Por otra parte, a trav¨¦s del d¨¦ficit en cuenta corriente, Estados Unidos absorbe recursos reales, directa o indirectamente, de manera parecida a como obtiene los financieros por el d¨¦ficit fiscal. En el primer trimestre de 1984, Estados Unidos import¨® 223.000 millones de d¨®lares en manufacturas, lo que equivale a la quinta parte de toda la producci¨®n manufacturera del pa¨ªs.
Los dem¨¢s pa¨ªses del mundo tienen que pagar sus importaciones con d¨®lares ganados en la exportaci¨®n, y por eso su capacidad de importar est¨¢ limitada por la capacidad de exportar. Obviamente, Estados Unidos no tiene esta limitaci¨®n, ya que importa, no con d¨®lares ganados en la exportaci¨®n, sino con d¨®lares fabricados por ellos mismos, o sea, a trav¨¦s del Sistema Federal de Reserva, aunque, naturalmente, con ciertas limitaciones. Por esta raz¨®n, la capacidad de absorber recursos ajenos es cualitativa y cuantitativamente diferente de las de los dem¨¢s pa¨ªses.
La servidumbre de exportar
La ¨²nica limitaci¨®n externa a esta capacidad de absorber recursos por el comercio. exterior y la entrada de fondos es la confianza de los extranjeros en el d¨®lar. Solamente en la medida en que el d¨¦ficit en cuenta corriente socave la confianza de la comunidad financiera internacional en el d¨®lar se limitar¨¢ desde fuera la presente absorci¨®n de recursos del extranjero. Actualmente, sin embargo, y en contra de toda la experiencia vivida en EE UU y otros pa¨ªses, el d¨¦ficit de cuenta corriente, a esar de sus ins¨®litas dimensiones, no ha sido suficiente para ¨ªninar la confianza en el d¨®lar. Las considerables ganancias de las inversiones, tanto financieras como reales, realizadas en el mercado norteamericano, bastan para mantener la confianza en el d¨®lar m¨¢s all¨¢ de lo que la erosi¨®n natural del d¨¦ficit har¨ªa esperar.
La otra cara de la moneda es lo que est¨¢ sucediendo en las econom¨ªas occidentales, que tambi¨¦n siguen un curso ins¨®lito. En medio de un estancamiento ambiente, que genera masas de desempleados, se destacan por su dinamismo los sectores que exportan a Estados Unidos, las filiales de las empresas norteamericanas, que gozan de ventajas comparativas o absolutas en tecnolog¨ªa y tienen un marketing superior, y, en general, todas las instituciones y empresas que de alguna manera est¨¢n en contacto con el tornado norteamericano.
Aquellas econom¨ªas, como Taiwan, Corea del Sur, Singapur, Hong Kong y Jap¨®n, donde la exportaci¨®n a EE UU es como una locomotora que tira de toda la econom¨ªa, van viento en popa empujadas por el tornado estadounidense. Pero en los pa¨ªses en que los sectores que exportan a EE UU no tienen la fuerza de una locomotora o no est¨¢n enganchados a todos los vagones, el tren de la econom¨ªa va a paso de rapidillo, creando adem¨¢s desequilibrios internos -por ejemplo, en la estructura de salarios- y produciendo un proceso acumulativo de redistribuci¨®n de recursos hacia la exportaci¨®n de manufacturas.
Desequilibrios crecientes
De esta manera, la confianza en la econom¨ªa nacional se parcializa, y la inversi¨®n se limita a los sectores exportadores m¨¢s diri¨¢micos. Eso est¨¢ pasando en Espa?a y en casi todos los pa¨ªses de Europa: el dinamismo transmitido desde EE UU queda circunscrito a unos sectores determinados, generalmente productores de bienes de consumo con tecnolog¨ªa moderna, sin suficiente efecto multiplicador en el conjunto de la econom¨ªa.
Y, as¨ª, el orden econ¨®mico internacional est¨¢ alter¨¢ndose profundamente ante nuestros ojos, creando un desequilibrio y una distancia cualitativa permanente no s¨®lo de EE UU y de. las potencias exportadoras' del sureste ¨¢si¨¢tico con los pa¨ªses del Tercer Mundo -deudores insolventes-, sino tambi¨¦n con respecto a las econom¨ªas de Europa occidental que no consigan restablecer los mecanismos de transmisi¨®n del dinamismo norteamericano a sus propias econom¨ªas, o no son capaces de crear otro v¨®rtice, otro foco de crecimiento, para dar un uso m¨¢s rentable a sus propios recursos.
De continuar las cosas como est¨¢n, podemos vislumbrar en'los pr¨®ximos a?os en Europa un panorama de estancamiento relativo y dominado por las ganancias de los que exporten, las multinacionales y los bancos, y un distanciamiento creciente entre el nivel tecnol¨®gico de EE UU, que se est¨¢ renovando r¨¢pidamente, y el de Europa, que se renueva en el mejor de los casos a paso lento.
El fen¨®meno de la econom¨ªa norteamericana es realmente un fen¨®meno importante, que est¨¢ condicionando nuestro futuro y que no debi¨¦ramos contemplar con la pasividad de quien ve llover. Las moderadas protestas de la cumbre de Londres no parecen reflejar la gravedad del momento.
es profesor de Econom¨ªa en la Escuela Superior de Administraci¨®n y Direcci¨®n de Empresas (ESADE), en Barcelona.
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