La tentaci¨®n del pacto con el escalofr¨ªo y la amenaza
"Pocos intelectuales, incluso entre los mejores, se resisten a la tentaci¨®n de, pactar con el escalofr¨ªo y la amenaza", asegur¨® el fil¨®sofo Fernando Savater en su conferencia Perplejidad y responsabilidad del intelectual, que pronunci¨® anteayer en el palacio de Bellas Artes de M¨¦xico, dentro de la semana de homenaje a Octavio Paz. El profesor de ?tica en la Universidad del Pa¨ªs Vasco defini¨® al intelectual como individualista hasta en la masa y social hasta en sus ego¨ªsmos.Seg¨²n Savater, la vuelta al asunto de la funci¨®n y la responsabilidad pol¨ªtica del intelectual, lo que en tiempos se llam¨® compromiso, equivaldr¨ªa a tener poca memoria y un corto sentido del rid¨ªculo. La propuesta del escritor y fil¨®sofo espa?ol parte del convencimiento de que la tarea c¨ªvica del intelectual. debe ser examinada una y otra vez peri¨®dicamente, cuando las circunstancias de la ¨¦poca se modifiquen de modo significativo". El gusto por lo intempestivo ser¨ªa, citando a Nietzsche, otro de los motivos que habr¨ªan inducido a Savater a encarar la cuesti¨®n de la responsabilidad del intelectual.
"Hoy el calificativo mismo de intelectual azora o desacredita en ciertos medios que ayer blasonaban de ¨¦l con arrogancia ciertamente no mejor fundada que el embarazo actual", dijo. Pero el verdadero motivo no era otro que la oportunidad de la conferencia, "rendir cordial homenaje a Octavio Paz, uno de los m¨¢s distinguidos e influyentes intelectuales del siglo XX". Para el autor de La tarea del h¨¦roe, sin disminuir la importancia de Paz como poeta y ensayista, "el expl¨ªcito y razonado compromiso pol¨ªtico de Paz ha sido uno de los rasgos primordiales de su perfil p¨²blico, el que ha merecido m¨¢s vivaz controversia", ya que el homenajeado ha sido a la vez "l¨²cido analista y protagonista apasionado".
Santo patr¨®n
El perfil del intelectual sobre el que trat¨® Savater "posee acceso a los medios de comunicaci¨®n de masas como instrumento de intervenci¨®n c¨ªvica; no ostenta en la jerarqu¨ªa pol¨ªtica autoridad, sino influencia; se considera miembro de un gremio espec¨ªfico cuya tarea social se inici¨® en el siglo XVIII, teniendo por santo patr¨®n o demonio fundador a Voltaire". Y denota su rasgo final como la teor¨ªa pol¨ªtica, en cuya pr¨¢ctica casi nunca el intelectual "ha conseguido su prestigio".
M¨¢s adelante,. Fernando Savater se?al¨® que "los intelectuales siguen siendo los due?os del d¨ªa porque son los inventores de la opini¨®n p¨²blica", aunque el rasgo m¨¢s distintivo del intelectual sea la fragilidad de su posici¨®n p¨²blica, "la m¨¢s expuesta de todas", que s¨®lo puede legitimarla "exponi¨¦ndose de nuevo (t¨ªa tras d¨ªa. Por ello es frecuente que intente buscarse alg¨²n respaldo, sea en las instituciones vigentes, sea en vagas entidades suprahumanas como Dios, el Pueblo, la Humanidad o el Progreso, de las que se declara con voluble espontaneidad el aut¨¦ntico portavoz", precis¨®. Aludiendo tambi¨¦n a que al intelectual metido en pol¨ªtica "no lo respalda nadie y se representa s¨®lo a s¨ª mismo, a¨²n cuando el Gobierno le pase un sueldo por su asesor¨ªa".
Con la tarea m¨¢s espec¨ªfica de cr¨ªtico de los lugares comunes de la ideolog¨ªa establecida, designa Savater la funci¨®n del intelectual, recordando las palabras de Michel Foucault del intelectual como reproblematizador, participante en la formaci¨®n de una "voluntad pol¨ªtica". "El intelectual es el ciudadano cuyo examen p¨²blico y razonado de las palabras vigentes y de las evidencias hist¨®ricas ayuda a los dem¨¢s a ejercerse civilmente", estableci¨® el autor de Panfleto contra el todo.
Record¨® tambi¨¦n lo que Alexis de Tocqueville tachaba de "esp¨ªritu literario", que en pol¨ªtica es peligroso porque hace m¨¢s hincapi¨¦ "en lo que es ingenioso y nuevo m¨¢s que en lo que es verdadero". Sin embargo, donde Savater ve el mayor riesgo de la intervenci¨®n pol¨ªtica del intelectual es en su vinculaci¨®n a la opini¨®n p¨²blica: "El pol¨ªtico es la encarnaci¨®n cruda y a veces despiadada de la opini¨®n; cuando la pol¨ªtica devora totalmente las capacidades imaginativas del intelectual, ¨¦ste se convierte en mero opinador, ya ni tan siquiera portavoz, sino puro y simple altavoz". As¨ª, lo propio del intelectual ser¨ªa "convertir la opini¨®n p¨²blica en raz¨®n p¨²blica".
La lucha contra el p¨¢nico ser¨ªa, seg¨²n el introductor de Cioran en Espa?a, la consigna prioritaria a asumir por el intelectual que colabore en la formaci¨®n de una raz¨®n p¨²blica, aunque "quedar¨ªa en franca minor¨ªa, porque el miedo es el partido mayoritario". Savater se?al¨® al final de su conferencia , pronunciada dentro de la semana de homenaje a Octavio Paz, que pocos intelectuales "se resisten a la tentaci¨®n de pactar con el escalofr¨ªo y la amenaza".
Savater concluy¨® diciendo que el intelectual no puede resolver en privado lo que en la realidad se resiste a la armon¨ªa, y debe evitar hacerse c¨®mplice legitimando el horror en marcha. Posici¨®n que ha mantenido durante medio siglo Octavio Paz, a quien Savater agradeci¨® por "haberse, debatido junto a nosotros en la traves¨ªa de estos tiempos nublados".
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