Homenaje a Gerald Brenan
Sin lugar a dudas, Gerald Brenan (don Geraldo para sus vecinos cari?osos de Alhaur¨ªn el Grande) es una de las Figuras m¨¢s ins¨®litas y admirables de la cultura espa?ola del siglo XX. Ingl¨¦s de nacimiento, se afinc¨® en Espa?a. Hijo de un militar colonial, escogi¨® una vida de estudios y de letras. Producto de una educaci¨®n victoriana, rechaz¨® la mojigater¨ªa y el esnobismo de esa herencia. Por haber sido amigo de famosos contempor¨¢neos suyos como Virginia Woolf y Bertrand Russell -y a la vez amigo de campesinos y aldeanos desconocidos de las Alpujarras-Gerald Brenan ha aportado a toda su obra literaria un fondo inmenso de empat¨ªa y experiencia humana con personas de todos los estamentos sociales. Su obra comprende cr¨ªtica, biograf¨ªa e historia literaria, ficci¨®n, autobiograf¨ªa, antropolog¨ªa social e historia contempor¨¢nea. Si en estas l¨ªneas quiero enfocar su obra hist¨®rica, no es porque sea m¨¢s valiosa que otros aspectos suyos, sino porque es la parte de su obra que m¨¢s he trabajado y la que m¨¢s capacitado me siento de valorar.The Spanish Labyrinth (El laberinto espa?ol), editado en 1943 por la Cambridge University Press durante los d¨ªas m¨¢s sombr¨ªos de la segunda guerra mundial en la Inglaterra y de la represi¨®n franquista en Espa?a, es un estudio que ha inspirado pensamiento y pol¨¦mica constructiva desde el momento de su aparici¨®n. No se trata de una historia estrictamente cronol¨®gica ni de un tratamiento global de la ¨¦poca 1875-1930. M¨¢s bien es una obra discursiva en la que surgen muchas preguntas de tipo filos¨®fico o psicol¨®gico. Est¨¢ basada en investigaciones y observaciones incansables, pero no sistem¨¢ticas, y es un libro que ofrece interpretaciones francamente subjetivas, cuyos valores se derivan de sus estudios literarios y de sus observaciones perspicaces de la gente entre quienes hab¨ªa vivido durante los aproximadamente 15 a?os anteriores a la redacci¨®n del Laberinto.
Lo que distingue inmediatamente este trabajo de la mayor¨ªa de los libros de investigaci¨®n cient¨ªfica es precisamente su preocupaci¨®n filos¨®fica. El autor intenta explicarse en primer lugar los hechos y despu¨¦s quiere exponer al lector el colapso tr¨¢gico de la convivencia espa?ola. Las notas de pie de p¨¢gina y los ap¨¦ndices a veces contienen un pensamiento m¨¢s rico que el mismo texto.
Brenan habla de sus vecinos, de la gente amada entre quienes ha decidido morar. Admira la vitalidad de esta gente, su sentido igualitario, su individualidad, su idealismo tanto religioso como secular, la ausencia relativa -al menos en relaci¨®n con la Inglaterra de su juventud- de ambiciones materiales compulsivas y de esnobismos morales compulsivos. ?Qu¨¦ ha ocurrido? ?Qu¨¦ es lo que de repente hace que esa gente encantadora y admirable se comprometa en una org¨ªa de atrocidades mutuas? Para contestar a esa pregunta angustiosa escribe de latifundios y minifundios, de parlamentos y gobiernos, de los papeles desarrollados por el Ej¨¦rcito, la Iglesia, los carlistas, los socialistas, los sindicatos marxistas Y anarco-sindicalistas, y no como narrador despreocupado, sino con el prop¨®sito de explicar en profundidad los conflictos materiales e ideol¨®gicos que desembocaron en la guerra civil.
Su obra es original porque a ra¨ªz de sus intereses literarios y antropol¨®gicos y de su convivencia con la Andaluc¨ªa rural se embarca en un an¨¢lisis socioecon¨®mico razonado y documentado de las d¨¦cadas de antes de 1936. Escribi¨® esta obra como historiador aficionado antes de la ¨¦poca de Pierre Vilar y Jaume Vicens Vives, los dos grandes investigadores que han aportado a la Espa?a de los a?os cincuenta los nuevos m¨¦todos de historia econ¨®mica y social. Antes de 1943 tambi¨¦n se hab¨ªan escrito obras de destacado valor social: El colectivismo agrario, de Joaqu¨ªn Costa (1898); Historia de las agitaciones campesinas andaluzas-C¨®rdoba, de Juan D¨ªaz del Moral (1929), y Los latifundios de Espa?a, de Pascual Carri¨®n (1932). Pero estas obras trataban de asuntos muy limitados, y no es exagerado decir que El laberinto espa?ol fue el primer estudio que integr¨® una rica variedad de datos econ¨®micos y sociales en un libro sobre la historia contempor¨¢nea de Espa?a.
Puesto que Brenan escrib¨ªa para un p¨²blico brit¨¢nico, el libro contiene muchas analog¨ªas entre la experiencia espa?ola y la inglesa. Se compara la desamortizaci¨®n en Espa?a con el movimiento de enclosure (cercamiento) de tierras de la Inglaterra del siglo XVIII. Se compara el fen¨®meno de los terratenientes ausentes y de la falta de cualquier forma de seguridad social con el papel de los squires y de las poor laws en Inglaterra. Se relaciona el caciquismo y el turno pol¨ªtico de la Restauraci¨®n con el sistema de rotten boroughs (burgos podridos) en la Inglaterra de antes de las reformas electorales de 1832 y 1867. Se compara la seriedad moral y el fanatismo ocasional de los anarquistas con el comportamiento parecido que tuvieron las sectas protestantes de izquierdas en la Inglaterra del siglo XVII. Claro que unas comparaciones tan amplias no pueden ser completamente acertadas, y varios investigadores especializados las han sometido a fuertes cr¨ªticas. A mi parecer, son comparaciones generalmente v¨¢lidas, y su contribuci¨®n a una comprensi¨®n amplia de dos pueblos y de varias ¨¦pocas distintas tiene un valor que llega m¨¢s all¨¢ de los errores de detalle.
Un aspecto del Laberinto que ha generado pol¨¦mica es la simpat¨ªa claramente expresada hacia los anarco-sindicalistas no-violentos, hacia hombres como Salvador Segu¨ª y ?ngel Pesta?a; tambi¨¦n la ha creado el hecho de que retratara a los anarquistas como supuestamente menos materialistas y centralistas que los socialistas, a quienes tacha de herederos de las tradiciones autoritarias y ceritralistas de la monarqu¨ªa castellana. Claro que hay muchos matices que discutir en cualquier comparaci¨®n entre las tradiciones marxistas y anarquistas. No obstante, los juicios de Brenan son bastante v¨¢lidos y constituyen un punto de ref¨¦rencia y un est¨ªmulo intelectual para todos los estudiosos del asunto. Durante 25 a?os utilic¨¦ El laberinto en mis clases universitarias y siempre aconsej¨¦ a mis estudiantes que leyesen las notas de pie de p¨¢gina para poder apreciar la profundidad del pensamiento de Brenan, y les alert¨¦ tambi¨¦n para que tuviesen en cuenta el elemento rom¨¢ntico, casi anarquista, del mismo. Pero debido al hecho de que hab¨ªan le¨ªdo mucha menos historia que su profesor, quer¨ªa darles a entender que El laberinto tiene el valor excepcional de entretejer con un relato hist¨®rico una interpretaci¨®n coherente y personal.
Por desgracia, debido a nuestra mutua timidez, Brenan y yo no nos hab¨ªamos conocido hasta noviembre del a?o pasado, con ocasi¨®n de una mesa redonda dedicada a su obra. ?l ya estaba muy cansado, y junto a s as horas de lucidez y buen humor viv¨ªa horas de confusi¨®n, por lo que su deseo simplemente de morir y no molestar a nadie, esa actitud ejemplar y emocionante ya conocida por el p¨²blico desde que pas¨® una breve estancia en un asilo londinense. Espero que en un momento de tranquilidad disfrute de este homenaje que le rinde un disc¨ªpulo de siempre.
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