Un cambio de lo individual a lo social

La teolog¨ªa de la liberaci¨®n es un movimiento teol¨®gico y pastoral que tuvio su cuna en Am¨¦rica Latina y que hoy inspira a millones de cristianos, especialmente en el Tercer Mundo. Este movimiento quiz¨¢ no tiene una fecha exacta de nacimiento, pero se puede decir que fue engendrado por el Concilio Vaticano II, con el nuevo concepto de Iglesia como pueblo de Dios y con la acogida hecha a los Nuevos signos de los tiempos.

Despu¨¦s vino la importante reuni¨®n del episcopado de Latinoam¨¦rica en Medell¨ªn, Colombia, que lanz¨® la pastoral progresista para. aquel continente, con una clara condena de las injusticias sociales que oprim¨ªan a aquellos pueblos, doblegados muchos de ellos por dictaduras militares.

Fue as¨ª como un grupo de j¨®venes te¨®logos, que ven¨ªan trabajando ya en el di¨¢logo entre cat¨®licos y marxistas, empezaron a elaborar una nueva interpretaci¨®n del concepto de liberaci¨®n, expuesto en la Biblia, a favor de les pueblos oprimidos. Se trataba de una teolog¨ªa que arrancaba de la necesidad de no separar la doctrina de la pr¨¢ctica en la defensa de los oprimidos y de que la acci¨®n de la Iglesia ten¨ªa que arrancar "desde los m¨¢s pobres", con una encarnaci¨®n efectiva y real en las clases m¨¢s desheredadas y oprimidas.

Mientras la Iglesia tradicional insist¨ªa en que Cristo vino a liberar al hombre del pecado, considerado ¨¦ste en clave personal, Ios te¨®logos de la liberaci¨®n identificaron el pecado como social, en clave de injusticia, y la lucha deb¨ªa encaminarse contra las estructuras que produc¨ªan tal pecado.

La elaboraci¨®n ha sido lenta y ha tenido muchos matices diversos, desde los de inspiraci¨®n fuertemente marxista a los m¨¢s ortodoxos en clave de teolog¨ªa popular. Empezaron as¨ª las primeras publicaciones y los primeros encuentros de los te¨®logos que se inspiraban en esta teolog¨ªa nueva. En realidad, el mayor ataque que se ha hecho siempre desde el Vaticano a esta teolog¨ªa de la liberaci¨®n ha sido el de haber usado los instrumentos del an¨¢lisis marxista en su elaboraci¨®n. Todos los te¨®logos de la liberaci¨®n se han defendido siempre afirmando su fidelidad al Evangelio y presentando a Jes¨²s de Nazareth como el m¨¢ximo ex.ponente de esta teolog¨ªa.

En realidad se trata de dos concepciones distintas de la teolog¨ªa: la tradicional, que ve el concepto de liberaci¨®n en clave personal y trascendente, y la moderna, que defiende que no existe liberaci¨®n cristiana que no arranque de la liberaci¨®n de la opresi¨®n humana y que la liberaci¨®n final empieza ya en esta tierra.