La ¨²ltima pel¨ªcula de los hermanos Taviani 'Kaos' salva de la mediocridad y el voluntarismo al cine italiano
En la 41? Mostra de Venecia se ver¨¢ hoy Les nuits de la pleine lune, de Eric Rohmer, con lo que acaba el pase de pel¨ªculas francesas y pr¨¢cticamente, el de favoritas. El director Alberto Lattuada recibi¨® ayer el premio Bianchi en reconocimiento a su carrera cinematogr¨¢fica. Lattuada no pudo presentar en Venecia un fragmento de su Cristoforo Colombo porque, se encontraba todav¨ªa en montaje. Hasta ahora el lote italiano ha confirmado lo que se tem¨ªa: la abundancia de t¨ªtulos no tiene nada que ver con su calidad, sino con un voluntarismo que pretende olvidar la crisis de p¨²blico e industria a base de cubrirnos de pel¨ªculas. Parad¨®jicamente, de todos esos metros de celuloide s¨®lo recordaremos Kaos, de Paolo y Vittorio Taviani, que va fuera de concurso.
Los Taviani tienen tras s¨ª una filmograf¨ªa que les ha acreditado como aut¨¦nticos creadores de im¨¢genes.Pertenecen a esa raza de cineastas que poseen un mundo propio, una po¨¦tica personal, en la que incluso las equivocaciones son interesantes.
Kaos debe figurar entre sus grandes aciertos, expresi¨®n bella y moderna del sue?o te¨®rico de un Grainsci cuando hablaba de c¨®mo acercarse a textos cl¨¢sicos de autores del pasado. Aqu¨ª el autor elegido es Pirandello, y el punto de vista lo expone uno de los personajes, una madre a su hijo, que es el propio Pirandello: "Intenta mirar las cosas con los ojos de quien ya no las ve. Te causar¨¢ dolor, pero este dolor te las har¨¢ m¨¢s sagradas y m¨¢s bellas".
El recuerdo
Desde esta perspectiva, la memoria se despliega sin problemas, reconstruyendo el pasado en una clave muy especial en la que el recuerdo no equivale a idealizaci¨®n, sino a saber buscar los grandes temas y sentimientos de cada instante.Kaos consta de cuatro episodios y un ep¨ªlogo. Cada uno de ellos tiene una tonalidad propia, sin que eso prive de homogeneidad al filme. El primero, el m¨¢s tr¨¢gico, narra la desesperaci¨®n de una madre cuyos hijos emigraron a Am¨¦rica 14 a?os antes y de los que no tiene noticias; el segundo es una muy peculiar versi¨®n de la leyenda del hombre-lobo, en la que ¨¦ste es curado por el amor; el tercero, el m¨¢s farsesco, es una f¨¢bula en la que se enfrentan el poder de los terratenientes y la sabidur¨ªa popular; el cuarto cuenta el enfrentamiento entre las razones legales de la autoridad y los derechos religiosos de la colectividad; el ep¨ªlogo sirve para unificar los cuatro relatos de la mano del propio Pirandello y proponer o, mejor dicho, hacer expl¨ªcita la significaci¨®n de esta lectura del pasado.
Reconstrucci¨®n hist¨®rica y universo m¨¢gico se dan la mano en Kaos, en sus historias de campesinos, en las que los autores saben buscar, seg¨²n sus propias palabras, "acentos de ternura, de piedad por los amores, las supersticiones, enfermedades y rebeliones, de los hombres, por el drama terrible del trabajo, eligiendo ciertos momentos ¨¦picos y un tratamiento coral".
Las razones por las que Kaos no figura entre los t¨ªtulos a concurso son desconocidas, ya que si los hermanos Taviani forman parte del jurado de este a?o se debe precisamente a este no estar en competici¨®n.
En cualquier caso, el filme: de los Taviani, Kaos es una pel¨ªcula suficientemente hermosa y asequible como para no necesitar de un Le¨®n de oro de cara a su difusi¨®n internacional.
Miserias y confusi¨®n
Los otros dos t¨ªtulos presentados en la jornada de ayer son perfectamente olvidables. La guerra de ?ngela, de Leija-Elina Bergh¨®lm, una producci¨®n finlandesa situada en la segunda guerra mundial, y Der spiegel, un cinta alemana dirigida por Erden Kiral, cuya acci¨®n transcurre en esa Turqu¨ªa intemporal y terrible, en la que coexisten la OTAN y las situaciones feudales, son dos pel¨ªculas muy menores, cuyo ¨²nico inter¨¦s radica en el hecho de que nos muestran pa¨ªses y momentos delos que el cine se ha ocupado en pocas ocasiones.En La guerra de ?ngela las vicisitudes de los finlandeses entre alemanes y sovi¨¦ticos se nos explican a trav¨¦s del drama personal de una mujer que se enamora de un oficial germano. Los destinos individuales se ver¨¢n arrastrados por los colectivos; la honestidad personal, sometida por la honestidad oficial que impone una posguerra. Lo m¨¢s sorprendente e inquietante de La guerra de Angela es el hecho de que despu¨¦s de llevar m¨¢s de una semana sometidos a un r¨¦gimen de cinco pel¨ªculas diarias, sus im¨¢genes se nos antojan fabricadas con retazos de otras que desfilaron en d¨ªas anteriores: hay un problema de amnesia, como en Scandalo per bene;. amores entre ciudadanos de pa¨ªses en guerra, como en El amo del sol quieto; la protagonista desempe?a misiones hospitalarias, como en la cinta filipina, y se masturba, como Nastasja Kinski en Maria's lovers; la nieve uniformiza el paisaje, como en Tukuma, etc¨¦tera.
Der spiegel nos acerca de nuevo a los campesinos turcos, a esa miseria c¨®smica en la que no se sabe si son peores las condiciones de trabajo de los protagonistas o la esclavitud a que les tienen sometidos sus propias ideas. Drama rural, entre lo psicol¨®gico y lo policiaco, Der spiegel es tan aburrido como sobrio, tan previsible como pertinente.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.