El espacio exterior, campo de pruebas para la farmacia del futuro
La falta de gravedad permite aislar sustancias biol¨®gicas imposibles de obtener en la Tierra
CARMEN MARI?O La inclusi¨®n de un laboratorio espacial, el Spacelab, en el programa de vuelos de los transbordadores norteamericanos que integran el proyecto Shuttle ha abierto una serie de caminos para la investigaci¨®n en el espacio, que permitir¨¢n la instalaci¨®n de factor¨ªas espaciales permanentes en las que los laboratorios farmac¨¦uticos esperan obtener todas las sustancias que permitan combatir las enfermedades y deficiencias del cuerpo humano. Lejos de la gravedad terrestre se producir¨¢n hormonas, enzimas, vacunas y antibi¨®ticos de gran pureza, y en un futuro ya muy pr¨®ximo las estaciones orbitales permanentes dispondr¨¢n incluso de hospitales donde se puedan curar determinadas enfermedades en un ambiente de ingravidez.
El viaje del Discovery, que acaba de finalizar, ha inaugurado de hecho la era de la comercializaci¨®n del espacio por las compa?¨ªas farmac¨¦uticas. Charles Walker, de la McDonell Douglas Corp., es el primer viajero privado que ocupa un transbordador espacial. Su misi¨®n era lograr la purificaci¨®n de una hormona cuyo nombre permanece en el m¨¢s absoluto de los secretos.
Cantidad y pureza
Todo se debe a que la ingravidez del espacio permite realizar t¨¦cnicas impensables en la Tierra. As¨ª, es posible separar tipos espec¨ªficos de c¨¦lulas,componentes celulares, productos citol¨®gicos y prote¨ªnas. Una caracter¨ªstica que ser¨¢ ampliamente utilizada en'ingenier¨ªa gen¨¦tica.
Otra particularidad de la falta de gravedad es la pureza de las sustancias obtenidas. La fabricaci¨®n espacial permitir¨¢ abaratar algunas que el organismo s¨®lo produce en cantidades m¨ªnimas. El interfer¨®n, un anticancer¨ªgeno en el que se han depositado muchas esperanzas, podr¨¢ obtenerse de este modo en cantidades importantes. Tambi¨¦n se esp¨¦ra sintetizar una insulina totalmente similar a la humana.
La ausencia de gravedad permite la levitaci¨®n delos l¨ªquidos y, por tanto, la realizaci¨®n de procesos sin que reaccionen o se contaminen con sus recipientes durante la fabricaci¨®n, como ocurre en la Tierra. Mol¨¦culas que aqu¨ª es imposible unir lo hacen en situaci¨®n de ingravidez y permanecen luego estables.
En el espacio se pueden separar productos biol¨®gicos como las c¨¦lulas renales o los linfacitos (gl¨®bulos blancos), estos ¨²ltimos de gran importancia para el sistema inmunol¨®gico humano, ya que contienen ciertas s ustancias activas contra la artritis reum¨¢tica y posiblemente tambi¨¦n contra el c¨¢ncer. De las c¨¦lulas renales se obtiene la uroquinasa, una enzima que puede disolver los co¨¢gulos sangu¨ªneos, por lo que est¨¢ indicada para, el tratamiento de embolias, flebitis y otras enfermedades coronarias. La producci¨®n de uroquinasa, muy costosa en la Tierra, puede incrementarse unas siete veces en el espacio.
El cambio que va a experimentar la medicina en estos a?os es tan grande que, en opini¨®n del doctor Jos¨¦ Oriol Camerino, especialista en medicina espacial, supondr¨¢ un salto como el producido desde Pasteur hasta nuestro d¨ªas, cbn la diferencia de que ahora habr¨¢n transcurrido entre cinco y 10 a?os.
La comercializaci¨®n biorn¨¦dica del espacio se realiza, por lo que respecta a la agencia espacial nor teamericana (NASA), a trav¨¦s de una secci¨®n dedicada exclusivamente a transferir las investigaciones realizadas en el espacio a aplicaciones puntuales y rentables. Se trata del llamado Modelo de Transferencia Aeroespacial, con programas cuyos precedentes se pueden encontrar en el l¨¢ser, que fue desarrollado para ser aplicado a la telemetr¨ªa de sat¨¦lites y posteriormente ampli¨® su campo de acci¨®n a varias ramas de la medicina.
Esta transferencia de experimentos para su comercializaci¨®n est¨¢ previsto en el caso del an¨¢lisis espectral de electromiografia, un programa inform¨¢tico que reduce el tiempo de detecci¨®n de peque?os temblores de tierra y que ser¨¢ utilizado en potenciales musculares, con aplicaciones como la epilepsia.
Tambi¨¦n est¨¢ previsto utilizar un procedimiento para detectar c¨¢nceres de pulm¨®n, que se basa en el registro de sonidos pulmonares y que emplea asimismo elementos de la t¨¦cnica aeroespacial. Un medidor ¨®ptico de perfiles, que fue empleado en el Viking I, se ha derivado para poder descubrir malformaciones en toda la zona far¨ªngea.
El mecanismo ideado para permitir a las naves espaciales mantener su equilibrio t¨¦rmico podr¨¢ ser aplicado en la congelaci¨®n controlada de l¨ªquidos. Esto permitir¨¢ el tratamiento de varias formas de c¨¢ncer para el que se precisa almacenar c¨¦lulas hasta reunir la cantidad necesaria, algo no logrado hasta ahora, al deteriorarse ¨¦stas por los procedimientos habituales de congelaci¨®n.
Gran parte de las investigaciones biom¨¦dicas realizadas en el transcurso de los vuelos espaciales se dirigen a lograr el perfeccionamiento de las condiciones f¨ªsicas de los astronautas en el espacio, aunque posteriormente pueden ser derivadas para otras aplicaciones. La URSS dirige sus esfuerzos preferentemente hacia la permanencia prolongada en el espacio, con vistas al establecimiento de colonias estables.
En general, los cient¨ªficos est¨¢n interesados en averiguar las posibles alteraciones que sobre el organismo pueda causar la falta de gravedad. De esta manera, se estudia la influencia del vuelo espacial sobre el movimiento de los hemat¨ªes (gl¨®bulos rojos), las alteraciones en los perfiles de lipoprote¨ªnas y la forma de evitar el famoso s¨ªndrome del mareo espacial, que se produce cuando los mecanismos encargados de mantener el sentido del equilibrio pierden ese punto de referencia que es la gravedad.
Por otra parte, se ha medido el nivel de radiaci¨®n que penetra a trav¨¦s de las paredes del Spacelab, examinando tambi¨¦n las bacterias y otros microorganismos, despu¨¦s del primer vuelo, para determinar los riesgos biol¨®gicos de la exposici¨®n a la radiaci¨®n ambiental, c¨®smica a y ultravioleta.
Adem¨¢s se han transportado ratas con artritis reumatoide para comprobar los efectos beneficiosos que sobre esta enfermedad tiene la microgravedad. Esta experiencia se basaba en la constataci¨®n de que los astronautas, en expediciones anteriores, hab¨ªan aumentado de talla hasta 25 mil¨ªmetros, por no existir compresi¨®n en los discos intervertebrales y en los cart¨ªlagos articulares debido a la ausencia de gravedad.
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