El 'te¨®logo de la liberaci¨®n' Leonardo Boff defendi¨® en el Vaticano, durante cinco horas sus criterios doctrinales
El coloquio entre el fraile franciscano brasile?o Leonardo Boff, acusado de sostener errores graves en materia de fe en su libro Iglesia: poder y carisma, y el prefecto de la Sagrada Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe, el cardenal alem¨¢n Josef Ratzinger, dur¨® ayer cinco horas en una sala del edificio vaticano que alberga las dependencias del ex Santo Oficio. Fray Leonardo defini¨® el encuentro como "una conversaci¨®n inteligente y ¨²til". Al final del interrogatorio, el Vaticano emiti¨® un comunicado muy suave en la forma pero inflexible en el fondo. En ¨¦l se habla de una "conversaci¨®n llevada a cabo en clima fraterno" y se afirma que el te¨®logo Boff habia tenido la posibilidad de "aclarar algunos aspectos del libro que hab¨ªan creado dif¨ªcultad". Ser¨¢ Juan Pablo II quien diga la ¨²ltima palabra probablemente, dentro de algunos meses.
Lo grave es que el comunicado anuncia que la carta enviada por Ratzinger el 15 de mayo pasado al padre Boff, -seis p¨¢ginas de graves acusaciones contra su 'teolog¨ªa de la liberaci¨®n'- ser¨¢ igualmente publicada. El comunicado explica, sin embargo, que "la Sagrada Congregaci¨®n estudiar¨¢, seg¨²n los m¨¦todos habituales, c¨®mo tener en cuenta en la publicaci¨®n de esta carta cuanto se ha dicho" en el coloquio de ayer. Una novedad es, que el comunicado vaticano est¨¢ firmado conjuntamente por interrogador e interrogado, Ratzinger y Boff.El anuncio de la publicaci¨®n de la carta a Boff del responsable de la comisi¨®n que vigila la ortodoxia cat¨®lica es la demostraci¨®n de que la sentencia ha sido ya de alguna manera decidida, aunque su divulgaci¨®n puede tardar varios meses, una vez que los cardenales, en sesi¨®n plenaria de toda la Congregaci¨®n, den su parecer sobre la defensa de su pensamiento religioso hecha ayer por Leonardo Boff en 50 folios le¨ªdos casi ¨ªntegramente ante el cardenal Ratzinger. El resultado del parecer de los cardenales pasar¨¢ al estudio del Papa y s¨®lo entonces Roma emitir¨¢ un parecer definitivo.
Respecto al pronunciamiento definitivo del Vaticano, aparecen como razonables varias hip¨®tesis: que la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe publique la carta y a?ada que algunos puntos controvertidos -o todos- han sido suficientemente aclarados por el autor; o bien que sigue en pie el parecer del ex Santo Oficio seg¨²n el cual en los escritos del te¨®logo brasile?o existen errores graves, como dec¨ªa el primer comunicado vaticano; o, incluso, que la jerarqu¨ªa vaticana redacte una carta nueva, como especulaba ayer el cardenal brasile?o Evaristo Arns.
La presi¨®n de los cardenales brasile?os presentes en Roma para mostrar su apoyo a Leonardo Boff consigui¨® de la Curia un compromiso para que dos de ellos pudieran estar presentes en la segunda parte de la sesi¨®n doctrinal.
Antes de comenzar el coloquio numerosos periodistas se concentraron ante el portal del palacio del ex Santo Oficio. El primero que entr¨® fue el cardenal Ratzinger, en coche negro, pero tan r¨¢pido que no hubo modo ni de fotografiarlo.
Por otra puerta
En cierto momento empez¨® a cundir la voz de que Boff hab¨ªa entrado por otra puerta. Lo confirmaron minutos despu¨¦s los tres hermanos de Leonardo: el religioso servita Clodovis, la monja Mar¨ªa Lina y el profesor de Pedagog¨ªa Lovanio Ruy.Mientras tanto, los dos cardenales, Arns y Lorscheider, estaban en su convento esperando la llamada del Vaticano. Se les vio ir apresuradamente en un coche a la una en punto. Casi a las tres salieron, tambi¨¦n en coche, por la puerta principal, sonrientes. El cardenal Arns levantaba el dedo como en se?al de victoria. ?Y Leonardo Boff? Nada. Todos los informadores salieron corriendo hacia la curia franciscana y llegaron en el momento en el que otra vez el secretario del cardenal Ratzinger devolv¨ªa al fraile a su convento. All¨ª fue literalmente asaltado a preguntas. Boff fue muy inteligente y h¨¢bil.
El coche hab¨ªa quedado en la calle estrecha, sin salida, embotellado por los coches de periodistas y fot¨®grafos, y el secretario tuvo que asistir a una hora de conferencia de prensa. Un alem¨¢n rubio, joven, alto y guapo como el cardenal, sonre¨ªa viendo la escena. Un redactor de EL PAIS le pregunt¨® c¨®mo era la sala en la que se hab¨ªa celebrado el coloquio, y respondi¨®: "No estoy autorizado a decirlo". "?Es que hab¨ªa alg¨²n retrato de Marx?", intervino un periodista de la agencia de Ansa con sorna.
Mientras tanto, Boff hablaba de todo y se lo o¨ªa decir: "Los problemas de la opresi¨®n econ¨®mica, social y pol¨ªtica del Tercer Mundo tienen sus ra¨ªces en el primer mundo". E insist¨ªa en que lo hab¨ªan tratado muy bien, que no le hab¨ªan impuesto nada y que hasta el cardenal Ratzinger le hab¨ªa aconsejado hacer una conferencia de prensa. "?Han hablado de la teolog¨ªa de la liberaci¨®n?", le pregunt¨® un periodista espa?ol. Y Boff respondi¨®: "No era el tema del di¨¢logo, pero junto con los cardenales le hemos pedido que antes de que escriban el nuevo documento anunciado sobre Libertad y liberaci¨®n nos consulten a cuantos trabajamos en medio de los oprimidos, para que no resulte, como la instrucci¨®n sobre la teolog¨ªa de la liberaci¨®n, "otro documento europeo" muy dif¨ªcil de entender para nosotros los del Tercer Mundo.
"?Qui¨¦n ha ganado?", fue la ¨²ltima pregunta; y Boff, intentando in¨²tilmente escabullirse del enjambre de fot¨®grafos y periodistas, respondi¨®: "No me interesan las victorias, yo lucho s¨®lo por la verdad y por los pobres y oprimidos".
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