El Parlamento colombiano veta la apertura de un di¨¢logo pol¨ªtico con la guerrilla
, La tregua firmada por el Gobierno colombiano y tres organizaciones guerrilleras corre peligro de convertirse en papel mojado tras el rechazo de los legisladores a cualquier di¨¢logo pol¨ªtico que pretenda establecerse fuera de la escena parlamentaria. La reacci¨®n de los rebeldes no se ha hecho esperar: las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se disponen a convocar un paro civil nacional y el Movimiento Diecinueve de Abril (M-19) anuncia que activar¨¢ la lucha popular.
La apertura de un di¨¢logo nacional -en el que participen todos los sectores de la vida colombiana- para pactar una reforma en profundidad del sistema pol¨ªtico y de las estructuras econ¨®micas es uno de los compromisos adquiridos por el presidente Belisario Betancur con las guerrillas en el documento de alto el fuego que se firm¨® a finales de agosto.La propuesta enviada en tal sentido al Parlamento ha recibido una negativa categ¨®rica por parte de las mesas directivas del Congreso y del Senado, que en un texto conjunto se?alan: "El foro natural establecido por nuestro sistema democr¨¢tico para decidir el ordenamiento jur¨ªdico que nos rige es el Congreso de la Rep¨²blica, y, por tanto, cualquier participaci¨®n institucional que ponga en duda la suprema atribuci¨®n de las c¨¢maras legislativas no puede ni debe ser aceptada por ¨¦stas".
La imaginaci¨®n puesta en pr¨¢ctica por el presidente Betancur para convencer a los rebeldes de que sus exigencias reformistas pod¨ªan cumplirse al margen de las armas tendr¨¢ que desplegarse ahora con diputados y senadores, a fin de mostrarles que el di¨¢logo no compromete la soberan¨ªa de las c¨¢maras, ya que cualquier acuerdo tendr¨¢ que ser refrendado, en ¨²ltima instancia, por el Parlamento.
El camino emprendido hacia la paz es sin duda heterodoxo en una democracia cl¨¢sica, pero no rompe necesariamente la legalidad. El presidente ha garantizado que respetar¨¢ con rigor el ordenamiento jur¨ªdico vigente, pero con ello no ha disipado del todo el recelo de los legisladores ante la posibilidad de que el di¨¢logo nacional pueda convertirse en una especie de asamblea constituyente paralela.
El texto de la tregua no define con claridad las reglas del juego. En una entrevista concedida a este peri¨®dico, ?lvaro Fayad, segundo hombre de la jerarqu¨ªa del M-19, admit¨ªa en v¨ªsperas de la firma que el di¨¢logo no tiene poderes constituyentes porque el sistema no ha sido derrotado militarmente, pero advirti¨® que tampoco puede limitarse a ser un simple foro intelectual, ya que los rebeldes mantienen en su poder las armas para hacer valer los puntos de vista populares.
La ¨²nica v¨ªa para hermanar la legalidad con una operatividad real de ese di¨¢logo, tal como pretenden los guerrilleros, es que el presidente asuma personalmente sus conclusiones y las remita al Parlamento en forma de proyectos de ley. Por las conversaciones sostenidas, por ambas partes, es probable que sea ¨¦ste el procedimiento previsto, ya que la Constituci¨®n colombiana establece reglas muy restrictivas para reformar su texto. Es necesario el refrendo de dos legislaturas consecutivas, por lo que cualquier reforma electoral no entrar¨¢ en vigor hasta las pr¨®ximas elecciones de 1986.
La preocupaci¨®n de los legisladores colombianos parece excesiva ante las seguridades ofrecidas por Betancur, pero responde a la tradici¨®n de dos partidos, liberal y conservador, que han monopolizado la vida pol¨ªtica de Colombia desde su independencia y que se resisten a perder esta hegemon¨ªa compartida. Los rebeldes exigen, entre otras cosas, una reforma a fondo de la ley electoral para romper el bipartidismo.
Ante el documento de los legisladores, el Ej¨¦rcito Popular de Liberaci¨®n (EPL) ha pedido precisamente que se refuerce el car¨¢cter constituyente del di¨¢logo nacional, ya que "el Congreso constituye un baluarte de las oligarqu¨ªas liberales y conservadoras, sin que pueda esperarse de ¨¦l ninguna apertura democr¨¢tica".
Las FARC aseguran estar promoviendo un paro civil "para que sean o¨ªdas nuestras reclamaciones". Israel Santamar¨ªa, dirigente del M-19, ha proclamado que, a pesar de la negativa del Congreso, su organizaci¨®n promover¨¢ el di¨¢logo a escala nacional mediante la convocatoria en escuelas, sindicatos, iglesias y plazas p¨²blicas, para que el pueblo pueda exponer sus necesidades y proyectos.
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