Una flota pesquera al borde de la ilegalidad, seg¨²n los sindicatos
MadridEl hundimiento del pesquero Islamar III en aguas del banco pesquero sahariano el pasado 10 de agosto, con un balance de cuatro tripulantes muertos y 22 desaparecidos, que tuvo lugar a causa de un brusco corrimiento de la carga originado por un golpe de mar, es uno de los problemas m¨¢s repetidamente denunciados por los sindicatos con mayor implantaci¨®n en el sector en las islas Canarias, el Sindicato de Trabajadores del Mar (STM), el Sindicato Libre de la Marina, Mercante (SLMM), el Sindicato Obrero Canar¨ªo (SOC) y la Uni¨®n General de Trabajadores (UGT). Se trata de la sobrecarga de las embarcaciones, tanto a su partida del puerto, con un exceso de combustible con el fin de conseguir una mayor autonom¨ªa, como a su regreso con capturas de pesca superiores a las que puede transportar el barco.
Las denuncias presentadas por estos sindicatos ante las autoridades de la Marina, de la Secretar¨ªa de Pesca y de la Direcci¨®n General de la Marina Mercante se refieren fundamentalmente a que algunos barcos cargan gas¨®leo en los tanques de lastre (es obligatorio que vayan llenos de agua) e incluso que han hecho reformas para aumentar la capacidad de los tanques de combustible, con lo que se desplaza el centro de gravedad del barco. A ello se une el hecho de que en los cursos para patr¨®n de pesca no se explica la asignatura de estiba, que queda a expensas de la experiencia de los marineros, no siempre suficiente. La l¨ªnea m¨¢xima de flotaci¨®n, el disco en la jerga, que varia seg¨²n las estaciones o si se trata del Atl¨¢ntico norte no es visible en algunos de los barcos.
La desaparici¨®n del arrastrero gallego Montrove, a punto de cumplirse dos meses, puso de manifiesto otra de las irregularidades denunciadas por los sindicatos: frecuentemente los roles (listas de tripulantes despachadas por Marina cada vez que zarpa el barco) no coinciden con la identidad de los marineros. En el caso del Montrove la lista inicial variaba en ocho nombres con la presentada con posterioridad a las primeras noticias de la desparici¨®n del buque, y aun as¨ª uno de los tripulantes no lleg¨® a embarcarse. Siempre seg¨²n los sindicatos, es muy frecuente que naveguen las matriculas (cartilla de navegaci¨®n personal e intransferible), pero no los marineros.
Desenrolamiento voluntario
Incluso es usual que armadores y patrones sean los depositarios de esas cartillas o se aprovechen del paro en el sector -alrededor de un 50%. en Canarias- para obligar a los aspirantes a embarcar a firmar el f¨²turo el desenrolamiento de forma voluntaria y los contratos. Un marinero que hace mareas de 60 d¨ªas, s¨®lo con per¨ªodos m¨ªnimos de descansos -nunca m¨¢s de dos horas seguidas- suele ganar como media en torno a las 50.00060.000 pesetas mensuales. Se han presentado ante el juzgado de guardia de Las Palmas casos en los que jefes de personal de las compa?¨ªas cobraban un impuesto de entre 5.000 y 20.000 pesetas para enrolar a marineros.Los sindicatos han presentado igualmente denuncias porque no se comprueban las listas de tripulantes y, peor a¨²n, si efectivamente el n¨²mero de tripulantes, ya al margen de la identidad, es el mismo de los que se hacen a la mar. Una buena parte de los pesqueros no cumplen la disposici¨®n relativa a,las tripulaciones m¨ªnimas para ahorrarse gastos de sueldos y Seguridad Social, lo que en opini¨®n de aquellos supone un riesgo muy grande para la navegabilidad del buque.
Los sindicatos UGT, SLMM y STM se?alaron igualmente que es frecuente que los patrones de los barcos se presten entre ellos radiobalizas, botes salvavidas, balas e incluso extintores de fuego cuando han de pasar los controles anuales ante las autoridades de la Marina. Se pueden contar con los dedos de las manos los barcos que realizan los simulacros de salvamento que deben hacerse a trav¨¦s del Servicio de Vigilancia del Mar (Sevimar). Asimismo afirman que solo dos de cada cinco barcos llevan radiobaliza, un artilugio que al entrar en contacto con el agua (naufragio) de forma permanente lanza un SOS, indicando la posici¨®n del buque que es captado por todos los barcos y todas las estaciones mar¨ªtimas.
Seg¨²n los portavoces de los sindicatos, los armadores impiden la sindicaci¨®n de los -marineros y el desarrollo de cualquier reivindicaci¨®n de las condiciones de navegabilidad o de seguridad de los barcos por el mecanismo antes aludido del desenrolamiento voluntario. Un portavoz del SLMM mostr¨® documentaci¨®n sobre el caso del Lucha, un barco que parti¨® del puerto de Las Palmas el 26 de mayo de 1983. Los marineros que denunciaron irregularidades graves en la navegabilidad del buque fueron obligados a desenrolarse por los responsables. Sin embargo, seg¨²n un escrito del comandante general de la Marina, tras la inspecci¨®n del ingeniero el barco se hizo a la mar con la obligatoriedad de llevar el barco al varadero para hacerle varias reformas una vez concluida la marea. El barco estuvo a punto de hundirse a pocas millas de Las Palmas.
Representantes de las dos principales empresas consignatarias (Andr¨¦s Perdomo, SA, y Consignaciones Canarias Africanas, SA), que representan casi al 90% de los armadores pesqueros de la zona, negaron, una tras otra, todas las acusaciones de los sindicatos. Para Andr¨¦s Perdomo, el m¨¢s veterano de los consignatarios en Las Palmas, relacionado con la pesca desde hace 43 a?os, "desde que se pescaba en barcos de vela", el problema es que "los marineros canarios se dedican, a trav¨¦s de los sindicatos, a pedir cosas que no deben, por lo que los armadores est¨¢n empezando a contratar tripulaciones de la pen¨ªnsula".
Un portavoz oficial de la Comandancia de Marina rechaz¨® igualmente todas las denuncias relativas a enrolamientos, despachos de buques y condiciones de navegabilidad y seguridad de los barcos, aunque reconoci¨® que en alguna ocasi¨®n se hab¨ªan producido cambios en los roles que no fueron comunicados a las autoridades.
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