Victorino y los matadores salen a hombros por la puerta grande
Victorino Mart¨ªn, Ruiz Miguel y V¨ªctor Mendes salieron a hombros por la puerta grande. Tom¨¢s Campuzano tambi¨¦n, pero la polic¨ªa, nada menos, le hizo regresar, porque le faltaba una oreja (de toro no la suya) para merecer el alto honor.
Victorino Mart¨ªn estaba en peor caso, pues no hab¨ªa cortado ninguna. Y sin embargo ten¨ªa mejor derecho que nadie a salir por la puerta grande, pues ¨¦l hab¨ªa sido el art¨ªfice del triunfo general y de la tarde de toros m¨¢s completa que se haya visto en la temporada. Para conseguirlo, Victorino Mart¨ªn se ha hecho confitero. Se ve¨ªa venir, pues este hombre del toro de lidia lo sabe todo, y le bastaba meterse en el obrador, con la f¨®rmula adecuada, para crear los confites que ayer derramaron su dulzura por el ruedo de Las Ventas.
Plaza de Las Ventas
16 de septiembre. Tercera de feria.Toros de Victorino Mart¨ªn, terciados con trap¨ªo, bravos y nobles, excepto el quinto. Cuarto, premiado con vuelta al ruedo. Ruiz Miguel. Estocada corta tendida (oreja). Estocada baja (oreja y dos vueltas). Tom¨¢s Campuzano. Estocada desprendida (oreja). Estocada tendida y cuatro descabellos (ovaci¨®n y tambi¨¦n pitos cuando saluda). Victor Mendes. Bajonazo (oreja). Estocada ca¨ªda (oreja). El ganadero y Ruiz Miguel y Mendes salieron a hombros por la puerta grande.
Hubo uno, que no. Hubo uno, el quinto, c¨¢rdeno de gran trap¨ªo, que recordaba a los viejos victorinos. Pudo ser industria del confitero, que met¨ªa de matute un sobrante de la producci¨®n anterior, porque el caso es vender. Ese toro, en fin result¨® manso, desarroll¨® sentido, y Campuzano le mulete¨® con voluntarioso af¨¢n. Pero los dem¨¢s resultaron bravos y nobles.
El primero seguramente fue el m¨¢s bravo de todos. Igual que el resto, acudi¨® pronto y recarg¨® encelado en sus encuentros con la acorazada de picar, que hab¨ªa sacado crecido el animus belli para atacar a los victorinos, y montaba un Hiroshima sobre sus lomos. Sin embargo en el ¨²ltimo tercio no acus¨® el castigo, sino que embest¨ªa codicioso y vivaz a la r¨¢pida muleta de Ruiz Miguel, el cual hizo una faena animosa y valentona. No le dieron la vuelta al ruedo a este toro, como ten¨ªa merecido.
Al cuarto, que estaba inv¨¢lido, en cambio s¨ª se la dieron. Ser¨ªa, por santo, Ruiz Miguel le hizo de todo, menos violarlo. Ruiz Miguel daba derechazos, naturales, circulares, pases de pecho ligados con los circulares, circulares ligados con los pases de pecho, trincheras, molinetes; lo que se le ocurriera. La enternecedora sumisi¨®n del toro no conoc¨ªa l¨ªmite. De becerrito, era el que, en la manada, jugaba a las mu?ecas. Impresionado por tanta bondad, el p¨²blico pidi¨® su indulto y Ruiz Miguel, lejos de d¨¢rselo, le peg¨® un sablazo en los blandos.
El espect¨¢culo hab¨ªa entrado en fase de delirio. Todo ven¨ªa de mejores fastos, de anteriores faenas meritorias y toros bravos a carta cabal. Tom¨¢s Campuzano hab¨ªa dado cien naturales o as¨ª al segundo, que fue un toro importante, tremendamente encastado, con peligro sordo por el pit¨®n derecho y agresiva nobleza por el izquierdo. El torero, corto de arte pero largo de t¨¦cnica, obligaba y mandaba en el natural, en tanto que, en los derechazos, sorteaba con agilidad las tarascadas.
V¨ªctor Mendes, por su parte, hab¨ªa tenido una actuaci¨®n emotiva en el tercero. Bien con el capote, en banderillas prendi¨® tres soberanos pares reuniendo en la cara, que pusieron al p¨²blico en pie. Hizo toda la faena de muleta en un palmo de terreno, y la construy¨® progresivamente dominadora, variada y ce?ida, hasta alcanzar la cima del toreo bueno en dos hermosas series de redondos.
El sexto sali¨® veleto, chico e inv¨¢lido. De no llevar la acreditada marca del confitero, la afici¨®ntabr¨ªa exigido que lo tiraran a la basura. Acaso por fortuna se valor¨® m¨¢s la bravura y nobleza del toro, y se restableci¨® el ambiente triunfal de la corrida, que hab¨ªa interrumpido la mansedumbre del toro anterior. Mendes protagoniz¨® otro excelente tercio de banderillas y como el confite ofrec¨ªa apetitoso aspecto por el pit¨®n izquierdo, se emple¨® a fondo en el toreo al natural.
El p¨²blico estaba feliz. Hab¨ªa visto toros bravos, buenos tercios de banderillas, quites, faenas de muleta. Y, al final, los sac¨® a todos a hombros. La fiesta est¨¢ en esta feria de Oto?o de un arte que no se pu¨¦-aguant¨¢.
Babelia
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