Julio Cer¨®n o la iron¨ªa comprometida
El tema del compromiso moral y pol¨ªtico jugaba un importante papel -una carga sobre nuestras conciencias- para los hombres de la generaci¨®n a la que pertenecemos Julio Cer¨®n y yo mismo. Hoy en d¨ªa la libertad puede manifestarse en los intelectuales mediante una consciente marginaci¨®n respecto al poder. En los a?os cincuenta y sesenta, tomaba la forma de una oposici¨®n al poder. En la voluntad de disidencia. Se negaba inicialmente la aceptaci¨®n de los valores postulados como los ¨²nicos v¨¢lidos. Valores definidos desde el poder. Se pasaba luego a la manifestaci¨®n de la disidencia en forma de oposici¨®n.Muchos de los que mantuvieron una resistencia c¨ªvica frente a los efectos aplastantes de la dictadura no encontraron la ocasi¨®n de encuadrarse en formaciones con proyecto pol¨ªtico de superaci¨®n de la situaci¨®n-oposici¨®n. No obstante, la democracia actual no ser¨ªa una realidad sin este substarato previo a la acci¨®n pol¨ªtica, sin la participaci¨®n en la negaci¨®n del sistema de muchos de estos resistentes c¨ªvicos.
En los a?os cincuenta y sesenta, en este viejo palacio de Santa Cruz exist¨ªa un n¨²mero apreciable de compa?eros diplom¨¢ticos que participaban en la negaci¨®n del sistema. Las circunstancias de la vida, el ir y venir a los destinos en el extranjero, permiti¨® a unos u otros participar m¨¢s o menos en el esfuerzo pol¨ªtico concreto.
Podr¨ªamos, con exceso de simplificaci¨®n, encuadrarlos. Habr¨ªa, en primer lugar, juanistas de talante liberal y democr¨¢tico. Rafael M¨¢rquez Cano, hoy senador de AP, por ejemplo, nunca ocult¨® ni su lealtad al conde de Barcelona ni su concepci¨®n democr¨¢tica de la monarqu¨ªa. Otro grupo era el de los falangistas desencantados que hicieron una revisi¨®n a fondo y comprometida. Aurelio Valls; Juli¨¢n Ayesta habr¨ªan, bajo la influencia de Dionisio Ridruejo, realizado este viaje. Alumnos de Tierno hab¨ªamos seguido la peripecia que llevar¨ªa al PSI y al PSP; Cassinello, Villanueva, entre otros. Desde un enfoque global de la izquierda, funcionarios de tanto prestigio como Gonzalo Puente, ejerc¨ªan una gran influencia intelectual e ideol¨®gica. Algunos, como Vicente: Girbau, entroncaron desde muy pronto con el PSOE, y desde esta casa la c¨¢rcel y el exilio fueron un testimonio y una exigencia moral para todos. Los m¨¢s j¨®venes se entroncaron -pero ya en los setenta- en un PSOE nacido en Suresnes. Y en las mismas promociones -Dicenta, entre ellos-, un n¨²cleo creciente que del liberalismo pasaba a posiciones socialistas o socialdem¨®cratas.
Julio Cer¨®n estaba en aquellos a?os empe?ado en una empresa de la que derivar¨ªa parte de los cuadros de la clase pol¨ªtica de hoy. Julio estaba comprometido en una tarea arriesgada y rigurosa. Solamente en el momento de su detenci¨®n conocimos el alcance de su apuesta. Nunca goc¨¦ de su intimidad. No particip¨¦ en su esfuerzo. Segu¨ªa yo otra l¨ªnea que conduc¨ªa, quiero pensar, al mismo fin. Julio actuaba cubierto de grandes capas de cultura. Revestido de lucidez. Su armadura eran el humor y la iron¨ªa, y su compromiso se resguardaba en ellos. Pero no era un compromiso medido, sino total. Era el miembro de la oposici¨®n que se tomaba a s¨ª mismo con menor aire de pretensi¨®n o de hero¨ªsmo. Ha pagado con silencios, prisiones, desvelos, sinsabores. Pero ha dejado en tantos compa?eros de esta carrera un efecto de exigencia, de rigor, de servicio para con la Patria.
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