Hero¨ªna y salud p¨²blica
Es cierto que cuando se viven los conflictos desde dentro se pierde perspectiva para analizarlos, pero, en cambio, se gana realismo. Mi caso ha sido que, casi sin quererlo, me he visto metido en el tratamiento m¨¦dico de un buen n¨²mero de heroin¨®manos. Ello me ha producido satisfacciones profesionales, pues en este campo -si tienes ¨¦xito- sientes que es una vida la que salvas. Y disgustos personales, pues es un terreno lleno de barro y esti¨¦rcol que ensucia a todo el que transita por ¨¦l. Despu¨¦s de pasar muchas horas hablando con adictos a la hero¨ªna he sacado las siguientes conclusiones que me gustar¨ªa que aportasen alguna luz en un tema muy controvertido.
1. Es incre¨ªble el tremendo parecido que existe entre el alcoh¨®lico con cirrosis y el heroin¨®mano que ya ha cumplido los 30 a?os. Ambos son conscientes de que la droga les va a matar en breve plazo, pero no son libres para dejarla.
2. El problema de la hero¨ªna tiene cada vez m¨¢s repercusi¨®n en la salud p¨²blica y, desde luego, en la seguridad ciudadana. La mayor¨ªa de los enganchados tiene que robar continuamente para conseguir la droga.
3. Hemos llegado a tal punto en Espa?a que no se puede confiar s¨®lo en las instituciones cerradas para tratar a los enfermos. El peso fundamental debe recaer en los equipos de atenci¨®n primaria (compuestos por m¨¦dicos, psic¨®logos, asistentes sociales, etc¨¦tera), aunque s¨ª es precis¨® que estos equipos est¨¦n apoyados y asesorados por el hospital. El drogadicto pertenece a un ambiente y va a volver a ese ambiente; si no recibe ayuda desde all¨ª, habremos perdido el tiempo y el dinero.
4. Las medidas de orden p¨²blico son un complemento necesario, pero nunca una soluci¨®n al problema de la hero¨ªna en nuestro pa¨ªs. Perm¨ªtanme que ponga un ejemplo: confiar s¨®lo en la polic¨ªa para que deje de haber adictos a esta droga es como confiar s¨®lo en la cirug¨ªa para que no haya muertes causadas por el c¨¢ncer. En mi opini¨®n, ¨¦l presente y el futuro de la soluci¨®n a ambos problemas est¨¢ en las medidas preventivas (sobre todo pol¨ªtico-sociales), en la detecci¨®n precoz y en la quimioterapia. Confundir lo complementario con lo fundamental es enga?arse peligrosamente.
5. Son tales los sinsabores que los adictos a la hero¨ªna causan a la sociedad que en ciertos ambientes flota la idea de que "el ¨²nico heroin¨®mano bueno es el heroin¨®mano muerto". Es cierto que el yonki -siempre expuesto al terrible sufrimiento del s¨ªndrome de abstinencia- se pasa las 24 horas del d¨ªa obsesionado por la hero¨ªna y c¨®mo conseguirla, y que eso le convierte en un individuo f¨¢cil de manejar, explotar y castigar. Pero nadie debe olvidar que es una persona humana y que debemos luchar por mejorar su esperanza de vida y la cajidad de ¨¦sta.-
doctor en medicina y diplomado en sanidad.
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