Nula ambici¨®n ofensiva del Atl¨¦tico frente a un Sion fogoso, y r¨¢pido
ENVIADO ESPECIALLa escasa ambici¨®n de unos jugadores y un entrenador como los del Atl¨¦tico y su pobre juego, de colegio, no se merecieron otra cosa que su derrota, aunque sea por la m¨ªnima, ante el Sion. La m¨ªnima desventaja fue el resultado menos malo. El Sion, a base de entrega, inter¨¦s y fuerza, se gan¨® a pulso el triunfo que el equipo espa?ol no pudo ofrecer a sus compatriotas, emigrantes en Suiza, que presenciaron el encuentro. De todos modos, el Atl¨¦tico contin¨²a siendo el favorito de la eliminator¨ªa, aunque no debe pecar de optimismo.
El Atl¨¦tico plante¨® el partido para empatar sin goles. En el primer tiempo apenas cre¨® situaciones de peligro. Su juego result¨® falto de conexi¨®n y careci¨® de efectividad. La pauta de los jugadores espa?oles se limit¨® a contener al equipo contrario con la ¨²nica pretensi¨®n de cerrar lo m¨¢ximo posible su porter¨ªa. Hab¨ªa muchos jugadores madrile?os en el centro del campo y no pisaban el ¨¢rea contraria. Dos tiros de Ruiz desde fuera del ¨¢rea y una clara ocasi¨®n, con fallos garrafales de Marina y Votava, fue el pobre balance de ur equipo al que le falt¨® la ilusi¨®n po la victoria.
El Sion, un modesto cuadro, super¨® al Atl¨¦tico con fogosidad y sobre todo, rapidez. Impidi¨® en todo momento que su rival jugase con tranquilidad. Para ello los jugadores suizos apenas tuvieron que esforzarse, bien dirigidos por un cerebro espa?ol, L¨®pez, emigrado hace quince a?os a Suiza. El Sion cre¨® bastantes ocasiones de peligro, pese a la mara?a que el Atl¨¦tico amonton¨® en la zona media. El equipo espa?ol careci¨® de conductor, funci¨®n que pretendieron hacer varios jugadores sin conseguirlo. Entreg¨® su suerte a los fallos del contrario para buscar el triunfo que no se mereci¨®.
El Atl¨¦tico no modific¨® su sistema en el segundo tiempo, tanto despu¨¦s de encajar el gol como antes, pese a sustituir a un centrocampista, Land¨¢buru, por un delantero te¨®rico, Rubio. ?ste se coloc¨® en el centro y la ofensiva qued¨® para otra ocasi¨®n. S¨®lo en los ¨²ltimos compases el Atl¨¦tico de Madrid intent¨®, por lo menos, la igualada.
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