El mapa de la segregaci¨®n
Si bien los 500.000 gitanos que se calcula viven en Espa?a est¨¢n esparcidos por todo el territorio, aunque especialmente en Andaluc¨ªa, el mapa de la segregaci¨®n racial se completa con la importante colonia de marroqu¨ªes, con una nutrida presencia de portugueses y una abundante representaci¨®n de pa¨ªses del ?frica negra, especialmente senegaleses, gambianos y angole?os.El racismo en estos casos, por norma general, se presenta principalmente por la v¨ªa de la explotaci¨®n, como en el caso de los trabajadores de raza negra afincados desde hace a?os en las comarcas barcelonesas del Maresme y del Alt y Baix Llobregat, contratados en granjas agr¨ªcolas y tratados pr¨¢cticamente como esclavos, con jornadas laborales que van literalmente de sol a sol y con jornales que en ocasiones no sobrepasan las 100 pesetas la hora.
Racismo que se completa con el hacinamiento en guetos de estos trabajadores se lleg¨® a contabilizar hasta 23 de ellos que dorm¨ªan en una vivienda de menos de 50 metros cuadrados, que no expresan ning¨²n af¨¢n reivindicativo y no hacen frente al frecuente trato vejatorio que les dan j¨®venes y para dos de la zona que estiman que les roban los puestos de trabajo, por temor a ser denunciados por es tancia ilegal en Espa?a. Llegaron a alcanzar la cifra de m¨¢s de 4.000, ahora notablemente reducida, con una parte importante de ellos con su situaci¨®n ya legalizada y menos conflictiva.
La presencia marroqu¨ª en Espa?a supera la cifra de los 100.000 ciudadanos, aunque oficialmente est¨¦ inscrito menos del 25%. De ellos, m¨¢s de la mitad est¨¢n asentados en las plazas de soberan¨ªa de Ceuta y Melilla, donde, aun cuando ocupan los lugares m¨¢s bajos en la escala laboral, social y econ¨®mica, empiezan a constituir un importante problema por su elevado y creciente n¨²mero.
Otros 30.000 est¨¢n instalados en las zonas industrializadas de Catalu?a, Pa¨ªs Vasco y Madrid, y hay una presencia importante de moros -como se les acostumbra a calificar de forma despectiva, especialmente en las ciudades espa?olas de Africa del Norte- en las islas Canarias, donde se calcula que existen m¨¢s de 3.000 ciudadanos de pa¨ªses de ?frica Occidental (principalmente Marruecos y Mauritania) que residen de forma ilegal.
Unos 10.000 portugueses trabajan en la construcci¨®n, en la agricultura y como empleadas de hogar en las provincias de Lugo y Orense; como mineros en los pozos cercanos a Gij¨®n, y como empleados en empresas de Miranda de Ebro, donde igualmente admiten un trato laboral discriminatorio -con sueldos miserables, sin seguridad social y despido libre sin indemnizaci¨®n- y viven aislados en guetos, como en el caso de los casi 5.000 trabajadores de las minas de Le¨®n, inmigrantes extranjeros procedentes de Angola, Cabo Verde, Togo, Dahomey y Senegal, adem¨¢s de varios centenares de paquistan¨ªes.
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