El torero de Barbate muri¨® poco despu¨¦s de ingresar en el hospital militar de C¨®rdoba

Paquirri muri¨® anoche como consecuencia de una cornada grav¨ªsima que sufri¨® cuando lanceaba al cuarto toro de la corrida de feria de Pozoblanco (C¨®rdoba), celebrada ayer. Trasladado a la enfermer¨ªa, el doctor Eliseo Mor¨¢n le hizo una cura de urgencia y dada la extrema gravedad del torero, orden¨® su traslado inmediato a la residencia de la seguridad social Princesa Sof¨ªa, de C¨®rdoba. Los doctores Ruiz y Fumes, acompa?aron al herido en la ambulancia. Ya cerca de C¨®rdoba sufri¨® un paro card¨ªaco y decidieron ingresarlo en el hospital militar, por encontrarse m¨¢s cerca. All¨ª falleci¨®.

Hacia las 21.30 horas lleg¨® Paquirri, pr¨¢cticamente agonizante, al centro sanitario, donde los doctores Ruiz Villegas y Villarta, le sometieron a un intenso masaje cardiaco, en el transcurso del cual se produjo la muerte del torero. Certificaron la defunci¨®n a las 21.40 horas.El toro que hiri¨® a Paquirri pertenec¨ªa a la ganader¨ªa de Sayalero y Bandr¨¦s; su nombre era Avispado, marcado con el n¨²mero 9, y pes¨® 254 kilos en canal. El diestro lo recibi¨® con ver¨®nicas mirando al tendido. Cuando lo lanceaba para llevarlo al caballo, el toro se le col¨® dos veces y en una tercera embestida se le avalanz¨®, clav¨¢ndole el pit¨®n izquierdo en el muslo derecho. Eran las 19.20 horas. La cogida fue impresionante. Relata el doctor Mor¨¢n que vio penetrar profundamente el asta e, intuyendo la gravedad, corri¨® por el callej¨®n a la enfermer¨ªa; y que al llegar a ella, se volvi¨® para mirar al ruedo, y a¨²n continuaba Paquirri clavado en el pit¨®n. El torero se desprendi¨® despu¨¦s apoy¨¢ndose sobre el testuz. Las cuadrillas que lo trasladaron a la enfermer¨ªa pudieron apreciar que el boquete de la herida era enorme y la hemorragia, abundant¨ªsima.

Paquirri lleg¨® conciente y animoso a la enfermer¨ªa, y le dijo al cirujano: "Tranquilo, que yo he tenido muchas cogidas y s¨¦ de qu¨¦ va esto. Tengo tres trayectorias

Y las describi¨® exactamente como eran. Durante media hora le intervinieron los m¨¦dicos, y decidieron trasladarlo a la residencia de la seguridad social de C¨®rdoba. En la ambulancia, Paquirri charlaba con los doctores. Ruiz y Funes, pero unos 20 kil¨®metros antes de llegar a C¨®rdoba empez¨® a sudar copiosamente, dijo: "Me encuentro muy mal", y sufri¨® un paro card¨ªaco, por lo que hubo que detener durante unos minutos la ambulancia. Efectuada la reanimaci¨®n en el propio veh¨ªculo, reemprendieron la marcha. El torero hab¨ªa entrado en per¨ªodo preag¨®nico. Poco despu¨¦s era ingresado en el hospital militar.

"En plenitud, lleno de vida"

El parte facultativo, firmado por el doctor Mor¨¢n, describ¨ªa as¨ª la cornada: "Herida en el tercio superior del muslo derecho, con tres trayectorias: una ascendente, de 15 cent¨ªmetros de longitud; otra hacia adentro, de 8 cent¨ªmetros, y otra inferior, de 4 cent¨ªmetros. Rotura de vena il¨ªaca, safena y, femoral. Choque hemorr¨¢gico. Pron¨®stico muy grave".

Los parientes de Paquirri, informa Alfredo Rela?o desde C¨®rdoba, avisados desde Pozoblanco a Sevilla, se dirigieron inmediatamente a C¨®rdoba. La esposa del torero, Isabel Pantoja, lleg¨® al hospital militar sobre las 22.30 horas, visiblemente afectada. Para esa hora ya hab¨ªa una gran multitud de gente a la puerta del centro sanitario. Las escenas en el dep¨®sito fueron realmente tr¨¢gicas. El padre de Paquirri sufri¨® un amago de ataque de histeria, e Isabel Pantoja pas¨® largo rato clavada de rodillas frente al cuerpo de su marido, repitiendo mon¨®tonamente: "En plenitud, lleno de vida". Tambi¨¦n se encontraban Bernardo, hermano de Isabel Pantoja; el hermano del diestro, Rafael Riverita, tambi¨¦n matador de toros, y el popular cantante Chiquetete, primo hermano de la esposa del diestro.

Por voluntad de la propia familia del torero se aceleraron lo m¨¢s posible los tr¨¢mites para que el cuerpo fuese trasladado a la capital andaluza. Una vez que el juez hubo dado permiso, una ambulancia, seguida de un cortejo con los coches de los familiares, franqueba las puertas del hospital militar para tomar rumbo a Sevilla. En tomo al edificio se hallaban en ese momento no menos de 2.000 personas, en las que se mezclaron los aplausos con los llantos en una escena de fort¨ªsima emotividad.