Las extradiciones

En derecho, el dossier es, s¨®lido. El Gobierno franc¨¦s ha fijado claramente hace dos a?os las normas de extradici¨®n. Se sab¨ªa, pues, a qu¨¦ atenerse. Todas las jurisdicciones competentes han sido consultadas, y las que se han pronunciado hasta ahora han justificado la decisi¨®n adoptada. Las serias garant¨ªas solicitadas a las autoridades espa?olas, y obtenidas, pueden superar los ¨²ltimos escr¨²pulos.Pol¨ªticamente, el dossier es casi tan bueno. M¨¢s all¨¢ de la solidaridad socialista entre los dirigentes de los dos pa¨ªses, hay el reconocimiento de un hecho evidente: en Espa?a se ha dado un r¨¦gimen democr¨¢tico respetuoso de las libertades y de los derechos fundamentales. La desconfianza con respecto a su Gobierno no tiene sentido alguno, y la voluntad de abortar los fermentos de desestabilizaci¨®n de esta democracia, todav¨ªa fr¨¢gil, son dignos de elogio. Los socialistas franceses estaban obligados a ayudar a los dem¨®cratas espa?oles.

Se puede considerar que se anticipan con audacia a la l¨®gica de la construcci¨®n europea. En un conjunto de naciones unidas por la misma concepci¨®n de la libertad y de la justicia, la noci¨®n de extradici¨®n pierde su sentido. Alg¨²n d¨ªa los europeos que tengan problemas con la justicia ser¨¢n reenviados ante las jurisdicciones geogr¨¢ficas competentes.

25 de septiembre