La contaminaci¨®n de r¨ªos y embalses, el m¨¢s grave problema del medio ambiente de Madrid
Todos los r¨ªos importantes de la provincia de Madrid presentan. unos niveles de contaminaci¨®n alarmantes ya desde el tramo medio de sus cloacas al aire libre en cuanto cauces, y se convierten en aut¨¦nticas dejan atr¨¢s localidades importantes, excepcion hecha del Manzanares a su paso por Madrid y hasta su confluencia con el Jarama. "La contaminaci¨®n de r¨ªos y embalses es hoy el m¨¢s grave problema medioambiental que tenemos planteado", afirm¨® el director general de Recursos Hidr¨¢ulicos de la Comunidad de Madrid, Miguel Aguil¨®, quien a?adi¨®: "Para entendernos, si en Europa el nivel de contaminaci¨®n permitido es de 20, en Madrid hemos llegado a 200".
Miguel Aguil¨® opina que el nulo respeto y la miop¨ªa pol¨ªtica con que se ha tratado tradicionalmen te un bien escaso y preciado como es el agua se han plasmado en la inexistencia de una pol¨ªtica coordinada y previsora del tratamiento de las aguas residuales. La contaminaci¨®n hace que los r¨ªos, despues de transcurrir por zonas muy pobladas o pol¨ªgonos industriales, ya no sean aptos para nuevos consumos humanos, pero tambi¨¦n los inutilizan para el riego. Asimismo la desaparici¨®n de la fauna y flora, los malos olores y la suciedad del agua impiden que el paisaje fluvial pueda ser utilizado para a¨²tividades recreativas de la poblaci¨®n. La imprevisi¨®n ha afectado tambi¨¦n gravemente a los embalses de donde se toma el agua que consumen los madrile?os. Los estudios realizados por la Direcci¨®n de Recursos Hidr¨¢ulicos demuestran que el agua de presas como las de Valmayor, El Vell¨®n o Santillana no es potable, por ¨¦ltar casi totalmente eutrofizada (excesivo contenido de f¨®sforo y nitr¨®geno, lo que facilita extraordinariamente la aparici¨®n de algas y bacterias, y da al l¨ªquido un mal olor caracter¨ªstico). En toda la provincia hay unas 15 depuradoras que no funcionan, por problemas de mantenimiento. Hay muchas otras que lo hacen de forma muy irregular, o simplemente est¨¢n paradas, pero corresponden a urbanizaciones peque?as, cuyo impacto ecol¨®gico es menor, aunque la suma de todas ellas sea tambi¨¦n importante.
El estado en que se encuentra la presa de Valmayor es un ejemplo de la descoordinaci¨®n con que se han tratado los temas hidrol¨®gicos en Madrid. "Lo de Valmayor es una cosa de locos", afirm¨®, por su parte, el consejero de Obras P¨²blicas de la comunidad, C¨¦sar Cimadevilla. Su construcci¨®n y todas las obras adicionales supusieron unos 5.000 millones de pesetas de los a?os setenta. Sin embargo, el agua embalsada en Valmayor est¨¢ tan eutrofizada que se considera no potable. Son fundamentalmente las aguas residuales provenientes de Collado Villalba y los Escoriales las causantes de la contaminaci¨®n. Collado Villalba -m¨¢s de 50.000 habitantes en los meses de verano- no cuenta con depuradora de aguas residuales. El Escorial y San Lorenzo de El Escorial, s¨ª, terminada totalmente desde hace cinco meses, tras una inversi¨®n de 266 millones, pero nunca se ha llegado a inaugurar, porque el ayuntamiento, al que se entreg¨® la depuradora una vez terminada, no tiene capacidad t¨¦cnica ni econ¨®mica para explotarla.
El alto nivel de contaminaci¨®n obliga a someter el agua de Valmayor a un complejo proceso de potabilizaci¨®n que asegure que su consumo no reviste peligro. Aunque no se conoce el coste que origina la continua potabilizaci¨®n del agua de Valmayor, por no estar las cifras desglosadas, Cimadevilla est¨¢ convencido de que con lo que se lleva gastado se podr¨ªan haber construido varias depuradoras. Una situaci¨®n similar se da en el embalse de El Vell¨®n, aunque en este caso la causa de la contaminaci¨®n son, fundamentalmente, las aguas residuales procedentes del numeroso ganado estabulado en las localidades ganaderas cercanas.
Pagar multas, m¨¢s barato
La lucha contra la contaminaci¨®n ser¨¢, por tanto, uno de los objetivos principales del Plan Integral del Agua, que ser¨¢ puesto en marcha por el Gobierno regional. En este aspecto juega un papel crucial la construcci¨®n de una red de depur¨¢doras, cuyo mantenimiento y gesti¨®n correr¨¢n a cargo de la propia consej¨¦r¨ªa de Obras P¨²blicas. Hasta ahora, la competencia de vigilancia y control de los vertidos residuales pertenece a la Comisar¨ªa de Aguas del Tajo, "organismo que no tiene ni med¨ªos humanos ni t¨¦cnicos suficientes para cumplir su misi¨®n con eficacia. Casi lo ¨²nico que puede hacer es imponer multas a los ayuntamientos e industrias m¨¢s contaminantes, pero siempre a toro pasado, y con la particularidad de que sale m¨¢s barato pagar las multas -cuando se pagan- que construir las depuradoras necesarias". En el caso de los ayuntamientos no habr¨¢ problemas, opinaron Aguil¨® y Cimadevilla, que esperan, sin embargo, fuertes resistencias de las empresas cuando se vean obligadas a depurar sus vertidos. Un reflejo de la magnitud de las obras previstas pueden darlo las actuaciones realizadas en el Plan de Saneamiento Integral de Madrid, ya terminado. Durante cuatro a?os, se han invertido 27.000 millones de pesetas, con los que se ha costeado la construcci¨®n de 150 colectores con un total de 200 kil¨®metros. Se han construido, o terminado y mejorado, siete depuradoras de gran capacidad. Solamente la recuperaci¨®n y limpieza del cauce del r¨ªo y sus m¨¢rgenes en un trecho no demasiado largo han supuesto un gasto de 200 millones.
La financiaci¨®n ha corrido a cargo de los propios madrile?os, mediante el pago de una cuota incluida en el recibo habitual del agua. La cuota se aprob¨® en mayo de 1978, y se fij¨® en 2,90 pesetas, que se incrementar¨ªan cada a?o hasta alcanzar, en 1981, las 11,60 pesetas. Los encarecimientos de los cr¨¦ditos solicitados han hecho que los madrile?os paguen actualmente una cuota de 29.60 pesetas, junto a las 27 pesetas por metro c¨²bico del consumo de agua. Pero, por fin, el pasado s¨¢bado, Enrique Tierno, alcalde de Madrid, abri¨® la compuertas de las esclusas por las que 2.000 carpas se deslizaron a un r¨ªo hasta hace poco muerto.
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