Uno de los principales procesados en el sumario de la colza, en libertad provisional bajo fianza de 10 millones de pesetas
El juez Alfonso Barcala, encargado del sumario de la colza, decret¨® ayer la libertad provisional bajo fianza de 10 millones de pesetas de Salvador Alamar Belloch, propietario de la empresa valenciana Sociedad Mediterr¨¢nea de Industria y Comercio, SA, y uno de los principales procesados en la causa que se sigue por comercializaci¨®n de aceite de colza desnaturalizado, presunto causante del s¨ªndrome t¨®xico.
El juez desestim¨®, sin embargo, la petici¨®n de sobreseimiento y archivo de la causa con respecto a Alamar, a pesar de que los an¨¢lisis de los aceites de la empresa, que se encuentran en dep¨®sitos precintados, han dado resultado negativo en cuanto a toxicidad, puesto que las muestras no contienen ni anilinas ni anilidas. El magistrado destaca que Alamar fue procesado no s¨®lo como presunto autor de un delito contra la salud p¨²blica, sino de otro de falsificaci¨®n en documentos mercantiles, por lo que no es posible el sobreseimiento.El auto del juez se?ala que se concede la libertad bajo fianza de 10 millones debido a que "a su presunta conducta delictiva no debe aplicarse el plazo excepcional para la prolongaci¨®n de la prisi¨®n provisional". A?ade que la fianza debe ser de 10 millones, ya que ¨¦sa fue la cantidad exigida a Jos¨¦ Mar¨ªa Abascal Romero, ya en libertad provisional, intermediario y cliente de Alamar que fue procesado al mismo tiempo. Alamar era, adem¨¢s de propietario de la empresa Sociedad Mediterr¨¢nea de Industria y Comercio, SA, apoderado de la entidad Encarnaci¨®n Belloch, Viuda de Marcelino Alamar, sociedades establecidas en Valencia y dedicadas a la comercializaci¨®n de aceite.
Alamar prest¨® declaraci¨®n ante el juez el 7 de octubre de 1982, y fue procesado, junto con Jos¨¦ Mar¨ªa Abascal Romero, el 4 de diciembre del citado a?o. El magistrado Alfonso Barcala decret¨® la prisi¨®n provisional incomunicada (sin fianza) para ambos, aunque Alamar se encontraba en paradero desconocido y contra ¨¦l pesaba orden de b¨²squeda y captura. El juez requiri¨® 6.000 millones de pesetas, tanto a Alamar como a Abascal, para hacer frente a las responsabilidades pecuniarias que pudieran declararse.
Salvador Alamar se present¨® voluntariamente ante el juez el 2 de julio de 1984, despu¨¦s de que permaneciera siete meses en paradero desconocido y fuera declarado en rebeld¨ªa. El juez orden¨® su ingreso en la prisi¨®n de Carabanchel. Seg¨²n el auto de procesamiento, Alamar vendi¨® a Abascal 600.000 kilos de aceite de colza crudo, del que, despu¨¦s de refinado, el segundo suministr¨® unos 15.549 y 25.720 kilos a las firmas Aceites Castro, SA, de Marchena (Sevilla), y Aceites Aguado del Prado, de Cedillo del Condado (Toledo), respectivamente. Como Alamar s¨®lo hab¨ªa declarado a las autoridades la venta de unos 40.000 kilos, cantidad que coincid¨ªa con las ventas hechas por Abascal, aqu¨¦l propuso a ¨¦ste que confeccionase unas muestras con las que poder justificar el porcentaje de venta, para lo que Alamar facilit¨® a Abascal los pesos de las partidas y las matr¨ªculas de los camiones. Abascal elabor¨® los albaranes y la carta de pedido, en los que se hac¨ªa constar que se hab¨ªan recibido 25.410 y 10.952 kilos de aceites de semillas refinados con colza.
En su primera declaraci¨®n, Alamar reconoci¨® que entre febrero y junio de 1981 vendi¨® tres millones y medio de kilos de aceite de colza de contrabando, introducidos en Espa?a, procedentes de Rotterdam, por la empresa barcelonesa L¨ªpidos Ib¨¦ricos. El aceite fue importado bajo la denominaci¨®n "para uso industrial", y vendido sin control de Sanidad.
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