La amenaza del cielo
EUGENE F. MALLOVE,WashingtonLa colisi¨®n de la Tierra con un asteroide producir¨ªa el mismo efecto que un ataque nuclear
?Qu¨¦ posibilidades tiene la vida humana de no ser destruida por asteroides o cometas errantes? Aunque sea una cuesti¨®n que indudablernente se encuentra en uno de los ¨²ltimos lugares de la lista de nuestras preocupaciones cotidianas, es inevitable, afirman los cient¨ªficos, que un d¨ªa le llegue el turno a la Tierra, como ya ha sucedido numerosas veces en el pasado. Estos cient¨ªficos y el propio Gobierno de Estados Unidos estudian seriamente el riesgo de que el planeta colisione de nuevo con un asteroide de millones de toneladas de peso, como sucedi¨®, seg¨²n todas las pruebas disponibles, hace 65 millones de a?os, lo que provoc¨® la desaparici¨®n de los dinosaurios.
Es cada vez mayor la evidencia cient¨ªfica de que la desaparici¨®n hace 65 millones de a?os de los dinosaurios est¨¢ relacionada con la colisi¨®n con la Tierra de un asteroide de 9,5 kil¨®metros de largo. Se extiende cada vez m¨¢s el convencimiento de que una colisi¨®n con un asteroide de entre 8 y 16 kil¨®metros de di¨¢metro ser¨ªa semejante a una guerra nuclear: la cat¨¢strofe ser¨ªa global, ya que la atm¨®sfera se contaminar¨ªa con polvo y cenizas.Existir¨ªan dos diferencias principales entre la colisi¨®n de un asteroide y una guerra nuclear. El aspecto positivo ser¨ªa que la ca¨ªda del asteroide no provocar¨ªa lluvia radiactiva. El aspecto negativo es que el impacto se producir¨¢ inevitablemente, a menos que se tomen medidas para evitarlo. Consecuentemente, tanto los cient¨ªficos, como el Gobierno de EE UU est¨¢n analizando seriamente los peligros que supondr¨ªa bombardear los asteroides y cometas.
En 1980, una junta consultiva de la NASA declar¨®: "Un asteroide de gran tama?o podr¨ªa llegar, en el futuro, a destruir la civilizaci¨®n terrestre. Durante los 150 millones de a?os que los dinosaurios poblaron la Tierra, fueron incapaces de desarrollar un tipo de tecnolog¨ªa que evitara su extinci¨®n. El Homo sapiens ha desarrollado una tecnolog¨ªa apropiada. Puede impedir su extinci¨®n por el impacto de un asteroide, y creemos que debe hacerlo."
En 1981, la NASA convoc¨® una conferencia en Snowmass (Colorado), para estudiar diversos m¨¦todos de evitar la ca¨ªda en la Tierra de asteroides peligrosamente grandes. El estudio lleg¨® a la conclusi¨®n de que si se consegu¨ªa informaci¨®n exacta de la ¨®rbita del asteroide con tiempo suficiente (unos 10 a?os), incluso con un peque?o explosivo convencional, o mediante un ingenio de cohetes, se podr¨ªa frenar su velocidad lo suficiente como para hacer que el asteroide desviara su ruta hacia la Tierra.
Las conclusiones de la NASA eran similares a las que hab¨ªan alcanzado en 1967 un grupo de estudiantes y profesores del departamento de aeron¨¢utica y astron¨¢utica del Instituto de Tecnolog¨ªa de Massachusetts. El grupo lleg¨® a la conclusi¨®n de que el asteroide ?caro, que tiene 800 metros de di¨¢metro, podr¨ªa ser desviado de un hipot¨¦tico curso de colisi¨®n con la Tierra. En este caso se dio por sentado que se deb¨ªan utilizar cargas nucleares, pues el tiempo imaginario de prevenci¨®n era solamente de un a?o.
En 1971, Samuel Herrik, un experto en mec¨¢nica astron¨®mica, sugiri¨® volar con explosivos un fragmento del asteroide Ge¨®grafo e impulsarlo con cohetes para hacerlo colisionar con la Tierra el 24 de agosto de 1994. El objeto ser¨ªa el de hacerlo caer al noroeste de Colombia, en el r¨ªo Atrato, y formar un cr¨¢ter canalizador interoce¨¢nico. Un subproducto de ello, afirm¨®, ser¨ªa el aterrizaje de n¨ªquel y elementos raros tales como iridio, platino y oro por valor de m¨¢s de 90 billones de d¨®lares.
Proteger la Tierra
Pero cualquiera que sea el posible resultado, escribi¨® en un art¨ªculo publicado p¨®stumamente en 1979: "Hemos de dedicarnos a proteger toda la Tierra, no solamente nuestras vidas, nuestro entorno o nuestra ecolog¨ªa, aplicando parte de nuestro programa espacial a la detecci¨®n, reducci¨®n, control y utilizaci¨®n del destino prefijado de esos min¨²sculos planetas".
El pasado a?o la atenci¨®n de los cient¨ªficos se centr¨® en gran medida en el estudio de los efectos de una guerra nuclear en la que se llegar¨ªan a detonar hasta 10.000 megatones. Hay una opini¨®n generalizada de que el clima cambiar¨ªa de tal forma que las posibilidades de supervivencia humana ser¨ªan dudosas. Ascender¨ªa tanto polvo y cenizas de los incendios a la estratosfera que el Sol
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.