?Una cuesti¨®n de relevos?
El protagonismo ejercido por la pareja catalana, Montserrat Caball¨¦ y Jos¨¦ Carreras, en el encuentro oper¨ªstico celebrado en el Metropolitan Opera House de Nueva York no deja de ser fruto de una determinada casualidad capaz, por ella misma, de remontar de manera satisfactoria la situaci¨®n de la ¨®pera en Espa?a, al menos en lo que se refiere a su proyecci¨®n exterior.Este pa¨ªs, que funciona al margen de estructuras oper¨ªsticas, que no dispone de escuelas para la formaci¨®n adeacuada de cantantes, ni de teatros en los que empujar a sus j¨®venes promesas hacia el estrellazgo, dispone, parad¨®jicamente, de algunos monstruos que s¨ª funcionan y encabalgan en las escenas m¨¢s prestigiosas sus dotes como cantantes con las inusitadas performances que requiere su -quiz¨¢s por fortuna- nulo aprendizaje de actor.
Ah¨ª debe leerse, acaso, esta extraordinaria incapacidad demostrada por afrontar montajes conjuntamente. Los divos espa?oles han comprobado que su limitaci¨®n como plantilla nacional les permite la mayor de las independencias personales y un consecuente reparto equiparado de ¨¦xitos.
Uno canta, el otro prepara la voz
Es una cuesti¨®n de relevos bien establecidos: mientras uno canta, el otro prepara su voz para una posterior aparici¨®n, y as¨ª sucesivamente. En el grado de deseo de los amantes de la ¨®pera estriba el poder imaginar qu¨¦ suceder¨ªa con las reminiscencias espa?olas de Verdi de presentarse en una misma escena el cuatriunvirato Montserrat Caball¨¦-Victoria de Los ?ngeles-Pl¨¢cido Domingo-Jos¨¦ Carreras.
No son v¨¢lidas las excusas emitidas por los circunspectos programadores y agentes art¨ªsticos del mundo de la ¨®pera. Del amplio repertorio oper¨ªstico, nacional y extranjerizante, es posible extraer las m¨¢s curiosas propuestas, las variantes m¨¢s espeluznantes para la encarnaci¨®n de personajes m¨ªticos. La cuesti¨®n es encontrar la manera de casar aparentes rivalidades, acotar el posible riesgo que comporta el acercarse a nuevos planteamientos esc¨¦nicos. Una vez resuelto el primer paso, todo habr¨¢ de ser coser y cantar.
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