Entusiasmo en el expreso
La parte delantera del convoy est¨¢ llena de alumnos del colegio masculino El Prado. En la otra parte viajan las chicas del colegio Montealto. Las dos mitades est¨¢n divididas por la cafeter¨ªa. Los colegios El Prado y Montealto son del barrio madrile?o de Mirasierra y dependen de una sociedad de padres cat¨®licos.Con los estudiantes, de edades comprendidas entre los 13 y los 18 a?os, viajan sus profesores, uno por cada 30 excursionistas. Los ense?antes masculinos van con los chicos, delante; las profesoras, con las chicas, detr¨¢s. Con los primeros no viajan padres. Con las segundas, un nutrido grupo de madres.
Felic¨ªsimo Gonz¨¢lez Esteban, director del colegio El Prado, es el principal encargado de controlar a la alborotada tropa de chavales. Asegura: "Lo tenemos todo bajo control; pese al gent¨ªo que habr¨¢ en Zaragoza, no se nos perder¨¢ ni un estudiante". Efectivamente, la organizaci¨®n lo ha previsto todo y a los pocos kil¨®metros de comenzado el viaje ya ha detectado a tres j¨®venes indocumentados que han aprovechado la confusi¨®n para intentar llegar gratis a Zaragoza. Uno de los sacerdotes que acom pa?an a la expedici¨®n los califica de carteristas y se encarga de que en la primera parada, en Arcos de Jal¨®n, sean depositados en tierra. La parte trasera del convoy, donde viajan las ni?as, sus profesoras y sus madres, es la m¨¢s entusiasta. Se canta: "?Que viva el Papal ?El Papa es el mejor!", con la m¨²sica del pasodoble ?Que viva Espa?a!
Las estudiantes, j¨®venes de clase media alta, hablan de ropa y de cremas contra el acne, y se escapan a los pasillos y lavabos para fumar. Sus madres leen revistas del coraz¨®n. Un sacerdote anciano con sotana no despega su mirada de la Biblia. Otro, de paisano, duerme con un rosario en la mano y un ejemplar de L'Osservatore Romano al lado.
En el ¨²ltimo compartimiento del expreso est¨¢n las benjaminas de la excursi¨®n, las gemelas Ester y Teresa ?lvarez ?lvarez, de seis a?os, que este curso han iniciado la EGB en el colegio Montealto. Llevan el pelo rubio corto, jersei de cuello alto y leotardos de color marfil y trajecitos de cuadros escoceses. Van felices. En el pecho, como la mayor¨ªa de los viajeros, una chapa con el lema "Juan Pablo II, te quiere todo el mundo. Totus tuus". Don Anastasio, el capell¨¢n del colegio Montealto, les cuenta que el Papa vive en Roma y va a Zaragoza a saludar a los ni?os. "?Le dar¨ªais un beso y le dir¨ªais que le quer¨¦is mucho?", pregunta a las gemelas. Y ¨¦stas responden a coro con un "s¨ª¨ª¨ª¨ª¨ª¨ª".
Los vagones de los alumnos de El Prado y las alumnas de Montealto est¨¢n separados por una puerta que permanece cerrada a lo largo de todo el viaje. Los profesores controlan que cada hora unos u otras puedan ir a la cafeter¨ªa, pero sin llegar a mezclarse nunca. Dicen que es para evitar las aglomeraciones.
El expreso llega puntual a la 1.30 horas a Zaragoza. Los escolares son recogidos por autobuses. Les entregan banderas vaticanas. Los vendedores de llaveros y chapas con la efigie del Papa les rodean ofreciendo su mercanc¨ªa.
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