La multitud comparti¨® con Juan Pablo II el protagonismo de la segunda visita papal a Espana

La multitud comparti¨® ayer con Juan Pablo Il el protagonismo de la segunda visita papal a Espa?a, tal como ocurri¨® hace cerca de dios a?os. Un inmenso gent¨ªo cifrado en varios cientos de miles de persontis aguard¨® en el pol¨ªgono Actur y en la plaza del Pilar la llegada del pontiflice desde primeras horas de la tarde. Cuando el avi¨®n que transportaba a Juan Pablo Il tom¨® tierra en el aeropuerto de Zaragoza, todas las campanas de la ciudad repicaron y la muchedumbre congregada en la Avenida de los Pirineros, en el Pol¨ªgono Actur, estall¨® en vivas y gritos de "Juan Pablo, amigo, Espa?a est¨¢ contigo".

El avi¨®n papal, el jumbo Monte Argentario, de la compa?¨ªa Alitalia, lleg¨® con puntualidad, a las 18 horas. Le esperaban los Reyes y las Infantas, el presidente del Gobierno, los ministros de Asuntos Exteriores, Justicia, Presidencia y Administraci¨®n Territorial, entre otras autoridades civiles, y los miembros de la Conferencia Episcopal.Tras escuchar los himnos espa?ol y vaticano, don Juan Carlos dio la bienvenida al Papa en un discurso de salutaci¨®n que parti¨® del recuerdo de la anterior visita.

"Vuestra escala en Espa?a", dijo el Rey, "tiene una significaci¨®n para nosotros entra?able. V¨¢is camino de Iberoam¨¦rica; de Santo Domingo, cuna de la civilizaci¨®n occidental del Nuevo Mundo, a llevar a aquellas tierras, tan queridas y tan ¨ªntimamente vinculadas al pueblo espa?ol, el mensaje de paz, que es el lema principal de vuestra misi¨®n al frente de la Iglesia". "Espa?a vuelve a ser punto de arranque hacia Iberoam¨¦rica como lo fue cuando, en una empresa hist¨®rica sin precedentes, llev¨® a aquellas tierras y a aquellos pueblos la tradici¨®n grecolatina que lat¨ªa vigorosa en la cultura espa?ola, as¨ª como la concepci¨®n cristiana de la vida", prosigui¨®.

Don Juan Carlos resalt¨® la importancia del legado espa?ol en el Nuevo Mundo, "obra ingente de toda una sociedad, y por tanto, tambi¨¦n de la Iglesia Cat¨®lica", y se?al¨® que la atenci¨®n preferente que el Papa concede a las tierras y pueblos de Am¨¦rica es una muestra de la valoraci¨®n que Juan Pablo II concede a esa obra.

Juan Pablo II respondi¨® con la lectura de un texto en correcto castellano y luego salud¨® a los representantes gubernamentales y a los obispos.

Lluvia de confeti, golpear de campanas y sorprendido alletear de las palomas anunciaron, a las 19.20 horas, la llegada del Papa a la Bas¨ªlica del Pilar. Juan Pablo II, ataviado de blanco inmaculado, lleg¨® en el mismo veh¨ªculo que utiliz¨® en 1982. La llegada papal al santuario zaragozano se produjo con media hora de retraso sobre el horario previsto, ya de noche, pero eso no import¨® a los miles de personas que esperaban frente al santuario.

Mientras el p¨²blico tomaba posiciones ante el Pilar y en el pol¨ªgono Actur, tambi¨¦n lo hac¨ªan los tiradores de elite de los GEO. Se les pudo ver en los tejados de la bas¨ªlica con armas largas de precisi¨®n. Unos 5.000 polic¨ªas y 1.200 voluntarios de protecci¨®n civil cubrieron ayer la segunda visita a Zaragoza de Juan Pablo II, incluso en el interior de la bas¨ªlica del Pilar, donde el Papa permaneci¨® unos 40 minutos.

El acto en el Pilar tuvo un estricto car¨¢cter religioso. Juan Pablo II, como poco antes hab¨ªa hecho la familia real, bes¨® la Santa Columna, y luego rez¨® en p¨²blico por los 18.670 religiosos espa?oles que en la actualidad predican el evangelio en Am¨¦rica Latina.

A la salida del templo, tras recibir las llaves de la ciudad de manos del alcalde, Ram¨®n S¨¢inz de Varanda (PSOE), Juan Pablo II efectu¨® una intervenci¨®n no prevista. "Con esta llave", dijo, "se podr¨ªan abrir todos los corazones de los ciudadanos, de los fieles de esta Zaragoza, de esta ciudad muy privilegiada por tener el santuario de la madonna del Pilar, patrona y madre de la Hispanidad". Y luego, al ser nuevamente interrumpido por una salva de aplausos, condescendi¨® con tal actitud exclam¨®: "Esp¨ªritu latino".

A la salida del Pilar se dirigi¨® al polig¨®no de Actur, donde celebr¨® una acto religioso, ante cientos de miles de personas, llegados de todos los puntos de Espa?a. Posteriormente, se retir¨® al Palacio Arzobispal donde se reuni¨® a cenar con el pleno del episcopado. Los miles de j¨®venes que realizan la vigilia en las proximidades del palacio episcopal interpretaron canciones frente al edificio en que se aloja el Papa.