La consigna de cerrar filas en tomo al PCUS provoca una creciente sensaci¨®n de acoso
La vida cultural en la URSS no permanece al margen de la situaci¨®n pol¨ªtica internacional y, con una sensaci¨®n de acoso como tel¨®n de fondo, las autoridades sovi¨¦ticas bombardean a los intelectuales y artistas del pa¨ªs para que cierren filas en torno a la l¨ªnea del Partido Comunista de la Uni¨®n Sovi¨¦tica (PCUS). Piden que propaguen de forma "art¨ªstica y veraz el esp¨ªritu del partido" y las cualidades positivas del "car¨¢cter sovi¨¦tico". Y adem¨¢s, quieren "calidad".
Las instancias oficiales de Mosc¨² aprovecharon el cincuentenario de la Uni¨®n de Escritores para reiterar que el realismo socialista sigue siendo v¨¢lido. Lo que esto quiere decir en la pr¨¢ctica para el futuro inmediato est¨¢ a¨²n por ver. Algunos medios intelectuales sovi¨¦ticos temen una mayor cerraz¨®n y control sobre la producci¨®n literaria, pict¨®rica y, especialmente, cinematogr¨¢fica y televisiva. Otros medios contemplan la ret¨®rica oficial con cierto escepticismo. "Los discursos van por una parte, pero la vida va por otra, y es imposible pararla. Seguir¨¢ habiendo obras que reflejen los problemas de la vida sovi¨¦tica, aunque ¨¦stos no contribuyan a una visi¨®n heroica de la misma. Los discursos y las directrices s¨®lo influir¨¢n en la obra de los mediocres". Konstant¨ªn Chernenko ha convertido en una causa propia el problema de la relaci¨®n entre la ideolog¨ªa y el arte. Su discurso ante el pleno del Comit¨¦ Central del PCUS de junio de 1983 se ha convertido ya en un texto cl¨¢sico que casi todo escritor que se precie cuida bien de mencionar cuando abre la boca oficialmente. El pasado 25 de septiembre, ante los socios de la Uni¨®n de Escritores de la URSS, Chernenko manifest¨® que "el realismo socialista -principal m¨¦todo de nuestra literatura y nuestro arte- tiene como sentido pol¨ªtico afirmar el aut¨¦ntico humanitarismo y los magnos ideales socialistas". En opini¨®n del m¨¢ximo dirigente sovi¨¦tico, deben buscarse las formas de expresi¨®n art¨ªsticas correspondientes al per¨ªodo de socialismo desarrollado, fase de larga duraci¨®n previa al comunismo, en cuyo comienzo se encuentra la sociedad sovi¨¦tica, seg¨²n la doctrina oficial.
"H¨¦roes dignos de cr¨¦dito"
"Se trata", afirmaba Chernenko, "de evaluar sopesadamente y de modo realista las particularidades del per¨ªodo que vivimos, sin menoscabar nuestros grandes e indiscutibles logros, sin dorar la realidad ni dramatizar las insuficiencias". El realismo socialista, surgido en los a?os treinta como soluci¨®n (unificada y excluyente) a los problemas ideol¨®gicos en el terreno art¨ªstico, sigue vigente hoy, pero "los criterios se han perdido", opina un intelectual sovi¨¦tico, para quien la ¨²ltima discusi¨®n seria sobre el tema tuvo lugar durante la desestalinizaci¨®n, en los a?os sesenta, y no se ha repetido. En su discurso de junio de 1983, Chernenko pidi¨® que el arte reflejara a los "h¨¦roes del plan quinquenal", a saber, trabajadores, campesinos y expertos, hombres de altos ideales, fuertes convicciones ideol¨®gicas y amor al trabajo, que adem¨¢s deb¨ªan reunir la condici¨®n de "estar entre nosotros". Ante los escritores, el l¨ªder sovi¨¦tico lament¨® la ausencia, en los libros y en la pantalla, de "h¨¦roes dignos de cr¨¦dito", con los que el lector o espectador joven "pudiera encari?arse realmente" y a quienes quisiera imitar en la vida.
Durante meses, la Prensa especializada ha tratado de aclarar, mediante un enrevesado debate, cu¨¢les deb¨ªan ser las caracter¨ªsticas del h¨¦roe positivo. En opini¨®n de buenos conocedores de la sociedad sovi¨¦tica, uno de sus graves problemas reside precisamente en la falta de modelos susceptibles de inspirar deseos de imitaci¨®n a los j¨®venes. "El problema del h¨¦roe positivo", comentaban las fuentes, "es, en ¨²ltimo extremo, un problema generacional. Los que vivieron la guerra ten¨ªan sus h¨¦roes en lo militar, en lo pol¨ªtico y en lo social. Los j¨®venes se desentienden de la pol¨ªtica y sus h¨¦roes est¨¢n en el deporte, en la m¨²sica o en el cine, y en muchos casos son occidentales. El grupo de rock sovi¨¦tico Machina Vremini, el brit¨¢nico Kiss, la cantante sovi¨¦tica Ana Pugachova, el fallecido Vladimir Visotski, el equipo de hockey Spartak, los cantantes mel¨®dicos italianos o Julio Iglesias eran citados como ejemplos en este contexto.
El precio de la individualidad
A veces, el cine y tambi¨¦n la literatura de la URSS presentan situaciones l¨ªmites, con finales desesperanzadores y pesimistas. A algunos creadores se les tolera m¨¢s que a otros, pero el precio de la individualidad cr¨ªtica genial son sopor¨ªferas declaraciones period¨ªsticas de apoyo al sistema y su pol¨ªtica. El equilibrio depende de muchos factores, y a veces resbala hacia la emigraci¨®n. As¨ª, el director de cine Andrei Tarkovski (realizador de Andrei Rublev y Solaris) y el director de teatro Yuri Lyubimov (ex responsable del teatro de vanguardia de La Taganka) son dos de las p¨¦rdidas m¨¢s recientes de la cultura sovi¨¦tica. Hay casos en que los artistas son criticados desde las p¨¢ginas de los peri¨®dicos, pero su obra contin¨²a public¨¢ndose y exhibi¨¦ndose, aunque esto se haga en tiradas reducidas y en publicaciones especializadas. Algunos aspectos in¨¦ditos de la segunda guerra mundial, los procesos en Siberia tras la revoluci¨®n y el origen de algunos de los males de la sociedad sovi¨¦tica actual pueden asomar en el cine y en la literatura, donde no encuentra cabida, por ejemplo, ning¨²n trabajo sat¨ªrico sobre el Ej¨¦rcito Rojo.
Entre las pel¨ªculas que se han exhibido en Mosc¨² con ¨¦xito, pese a la cr¨ªtica oficial, se encuentra Jard¨ªn de infancia, de Evgeni Evtuschenko, considerado el ni?o terrible de los artistas sovi¨¦ticos, y Espantap¨¢jaros, de Roland Bikov, un filme cuyo tema es la crueldad infantil. Las sugerencias oficiales para la producci¨®n de los principales estudios sovi¨¦ticos (Mosfilm) incluyen lo siguiente: joven director de f¨¢brica enfrentado a la revoluci¨®n tecnol¨®gica, obrero de una granja colectiva introduciendo nuevos m¨¦todos de trabajo y diplom¨¢tico poniendo en pr¨¢ctica la pol¨ªtica de la URSS en un foro de desarme.
En el campo de la pintura, los monstruosos retratos de la ¨¦poca estalinista coexisten en las exposiciones oficiales con otros lienzos desprovistos de ret¨®rica revolucionaria, afirma un cr¨ªtico art¨ªstico sovi¨¦tico. Los c¨ªrculos no oficiales se agrupan en torno a la galer¨ªa Mala Gruzinskaia, que alcanz¨® su apogeo a finales de los a?os setenta, cobijando a un grupo de artistas que utilizaba t¨¦cnicas del arte conceptual y m¨¦todos de vanguardia. Una parte de este grupo est¨¢ hoy en la emigraci¨®n.
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