Comisiones Obreras y el AES
El autor, afiliado a Comisiones Obreras, critica la ausencia de este sindicato en la firma del Acuerdo Econ¨®mico y Social. Seg¨²n sus tesis, la ausencia de CC OO debilita la defensa de los intereses de los trabajadores y obliga a una oposici¨®n que no puede ir m¨¢s all¨¢ de las normales movilizaciones.
El acuerdo econ¨®mico y social (AES) se ha firmado con oposici¨®n pol¨ªtica y sindical. Es comprensible la fuerte oposici¨®n mostrada por Alianza Popular, que se desprende de su actitud pol¨ªtica derechista, y la del Partido Comunista de Espa?a, al que el Gobierno no ha solicitado colaboraci¨®n en lo que va de legislatura y al que los comunistas responden de forma similar. Sin embargo, es m¨¢s dif¨ªcil comprender los motivos que han impulsado a Comisiones Obreras (CC OO), existiendo la preocupaci¨®n de que su an¨¢lisis no sea todo lo sindical que debiera.Una lectura tranquila del AES nos advierte de inmediato sobre su mayor amplitud de contenidos socioecon¨®micos respecto a anteriores pactos y acuerdos. En su t¨ªtulo primero, junto a los incentivos a la inversi¨®n y las medidas de generaci¨®n de empleo, que al inscribirse en las indicaciones del Fondo Social Europeo adquieren una mayor racionalidad, se encuentran medidas para iniciar una nueva fase en la formaci¨®n profesional y, especialmente, para la construcci¨®n de un entramado normativa que d¨¦ a las organizaciones sindicales y patronales una participaci¨®n sustantiva en aspectos sociolaborales hasta ahora reservados exclusivamente a la Administraci¨®n (inversi¨®n p¨²blica, Fondo de Solidaridad Nacional, reforma de la Seguridad Social, Consejo General de Formaci¨®n Profesional, Comisi¨®n Central del Fondo Nacional de Protecci¨®n al Trabajo, Comisi¨®n Asesora de la Presidencia del Gobierno, empresa p¨²blica, mediaci¨®n en conflictos -¨¦sta, en el t¨ªtulo segundo-, etc¨¦tera), todo ello unido a la devoluci¨®n, en usufructo, del patrimonio sindical acumulado.
El t¨ªtulo segundo ofrece pocas novedades respecto a acuerdos anteriores, quiz¨¢ ¨²nicamente el de mayor participaci¨®n sindical en temas de productividad y seguridad e higiene, as¨ª como la unificaci¨®n de criterios y aceptaci¨®n de la revisi¨®n salarial para los trabajadores de las administraciones p¨²blicas (funcionarios y contratados).
La Espa?a de hoy
En el pol¨¦mico tema del despido libre, el AES, como es sabido, no lo contempla expresamente. El acuerdo indica que una comisi¨®n formada por los representantes sindicales y patronales firmantes elevar¨¢ al Gobierno, en un per¨ªodo de seis meses, una propuesta para adaptar nuestra legislaci¨®n laboral a las indicaciones de la directiva de 17 de febrero de 1975 y a las normas habituales en los pa¨ªses de la CEE. La referida directiva indica que en cada pa¨ªs se respetar¨¢n las condiciones m¨¢s ventajosas para los trabajadores, al tiempo que la normativa comunitaria, Italia incluida, permiten una mayor agilidad y menor coste en los despidos por causas tecnol¨®gicas en las empresas de menos de 25 trabajadores, pero nunca la indefensi¨®n jur¨ªdica del trabajador.El AES, adem¨¢s, se firma en la Espa?a de hoy. Una Espa?a que cuenta con un Gobierno socialista, pero tambi¨¦n con unos poderes f¨¢cticos pr¨¢cticamente intactos respecto a lo que eran hace unos a?os y, lo que es m¨¢s importante, sin esa conciencia colectiva de la que Berlinguer tanto hablaba como elemento esencial para todo avance pol¨ªtico progresista. Ello se evidencia en la baja tasa de afiliaci¨®n sindical, la escasa vida asociativa y pol¨ªtica y la cuasi ruptura cultural de la juventud respecto a los esquemas existentes. Es poco marxista creer que 10 millones de votos lo son todo.
Sin embargo, el AES sirve, y bastante, para avanzar; tanto en cuestiones relacionadas con el empleo como en aquellas, ya indicadas, que tienden a la ampliaci¨®n de la presencia sindical, y es por ello que ser¨ªa lamentable que CC OO no participara en la construcci¨®n de esta nueva legalidad, cuya definici¨®n ahora comenzar¨¢ a negociarse en las 16 comisiones que se constituir¨¢n tanto para aspectos socioecon¨®micos como institucionales.
Creo sinceramente que, aun siendo cr¨ªticos con el AES, nada imped¨ªa a CC OO firmar su t¨ªtulo segundo (negociaci¨®n colectiva) y en su t¨ªtulo primero (acuerdos tripartitos) firmar indicando que la posici¨®n definitiva estar¨ªa a expensas de lo que las comisiones de trabajo acordaran, pues como muy bien ha dicho el l¨ªder de la CEOE, Jos¨¦ Mar¨ªa Cuevas, "la negociaci¨®n no ha terminado" y es claro que las batallas m¨¢s duras se dar¨¢n en los pr¨®ximos meses en el marco de las comisiones de trabajo, especialmente en lo que hace referencia a nuestra adecuaci¨®n con la normativa comunitaria.
La ausencia de CC OO debilita la defensa de los intereses de los trabajadores y obliga a ese sindicato a una oposici¨®n que no puede ir m¨¢s all¨¢ de las normales movilizaciones que se generan en la negociaci¨®n colectiva y la reconversi¨®n industrial (¨¦sta con un marco de negociaci¨®n sindical que no es el AES), con el peligro de que esa situaci¨®n le lleve a tener m¨¢s puntos de coincidencia con expresiones sindicales a¨²n hoy marginales y apartarla del esfuerzo por conseguir avanzar en la dif¨ªcil pero necesaria unidad de acci¨®n con UGT, con las negativas consecuencias que ello tendr¨ªa en el ¨¢mbito nacional e internacional (tema CES, por ejemplo). Los pr¨®ximos a?os ser¨¢n fundamentales para el sindicalismo espa?ol y CC OO no debe excluirse de un proceso que hist¨®ricamente la hace merecedora de un papel protagonista.
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