La primera v¨ªctima socialista de ETA Militar
La reacci¨®n de las bases socialistas y de las propias instituciones no habr¨ªan sido muy distintas si el atentado contra Vicente Gajate no hubiese sido reivindicado por ETA Militar. Esta organizaci¨®n monopoliza de hecho, la pr¨¢ctica y el discurso terrorista, y son sus simpatizantes les que han acu?ado en pintadas el eslogan PSOE igual a GAL y los que tratan de identificar a los militantes socialistas con la polic¨ªa. Nunca, hasta la noche del jueves, ETA Militar y la propia Herri Batasuna hab¨ªan sido tan repetidamente insultadas, amenazadas y desafiadas en Renter¨ªa.En la manifestaci¨®n que sigui¨® al funeral participaron militantes socialistas, de otros municipios vascos e incluso de otras capitales espa?olas, pero buena parte de las 4.000 personas que desfilaron en Renter¨ªa -localidad de casi 50.000 habitantes- habita en Beraun, un barrio obrero que re¨²ne unas 10.000 personas, en su mayor¨ªa de origen emigrante, y que vota masivamente al PSE-PSOE.
Vicente Gajate viv¨ªa en Beraun, al igual que los tres trabajadores ametrallados hace ahora a?o y medio. ETA Militar les acus¨® de colaborar con la polic¨ªa y nunca rectific¨®, pese a las insistentes llamadas de los propios familiares de las v¨ªctimas y al convencimiento de las fuerzas pol¨ªticas que sosten¨ªan que el atentado deb¨ªa de ser forzosamente un error de organizaci¨®n. Tambi¨¦n en aquella ocasi¨®n, parte de la poblaci¨®n de Beraun descendi¨® en manifestaci¨®n por las largas pendientes que separan el barrio del centro de la ciudad, donde les esperaban los contramanifestantes convocados por HB.
El jueves, la poblaci¨®n de Beraun baj¨® en masa y en silencio tras el f¨¦retro hasta llegar a la calle donde comienza la zona centro. Gritos de "ETA y HB asesinas", "'HB, cobardes, salid a la calle" "ETA, racista, fascista, da la cara" y la acci¨®n de un grupo que rompi¨® los cristales de una pasteler¨ªa y zarande¨® a su propietario, a quien atribu¨ªan simpat¨ªas a HB, antes de que interviniera el nutrido servicio de orden de la. manifestaci¨®n. Esta vez no hubo contramanifestaci¨®n, ni m¨¢s respuesta que la de una mujer que grit¨® "espa?oles" a los manifestantes, y algunos insultos de personas que se encontraban distantes de la manifestaci¨®n. Fue una demostraci¨®n de fuerza y un desaf¨ªo a ETA Militar y a Herri Batasuna.
Cuando los manifestantes llegaron a la plaza del Ayuntamiento, una mujer que encabezaba la multitud puso sus brazos en jarras y grit¨® en direcci¨®n a los balcones: "HB, y ahora ?qu¨¦!". Cualquier respuesta habr¨ªa desencadenado entonces la violencia contenida (le muchos manifestantes. S¨®lo cuando la multitud se desperdig¨®, simpatizantes de HB que hab¨ªan contemplado en silencio el paso de la manifestaci¨®n se enzarzaron con algunos grupos de participantes y rompieron a pedradas los cristales de un autob¨²s en el que hab¨ªan llegado militantes socialistas de distintas ciudades espa?olas.
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