Dos pilotos, frente a frente
Niki Lauda y Alain Prost se juegan el campeonato mundial en el circuito de Estoril
El austriaco Niki Lauda, de 35 a?os de edad, con 14 de experiencia en la F¨®rmula 1 y dos t¨ªtulos mundiales -1975 y 1977-, y el franc¨¦s Alain Prost, seis a?os m¨¢s joven y con cinco de experiencia, son los dos ¨²nicos aspirantes al campeonato del mundo de esta temporada. Ambos son pilotos de la escuder¨ªa Mclaren. El circuito portugu¨¦s de Estoril resolver¨¢ sus diferencias. A la ¨²ltima carrera de la temporada, el Gran Premio de Portugal, Lauda llega con 3,5 puntos de ventaja y con una probada buena fortuna a su favor. Prost, sensiblemente m¨¢s r¨¢pido, tendr¨¢ que luchar contra el austriaco y contra la mala fortuna que le persigue. La suerte, favorable a uno y desfavorable al otro, puede ser decisiva
IGNACIO LEWIN ENVIADO ESPECIAL A los largo de esta temporada a punto de terminar, los coches Mclaren han demostrado ser muy superiores a los dem¨¢s. Rara vez se produce en la F¨®rmula 1 un dominio tan aplastante y durante tanto tiempo de un equipo frente a los dem¨¢s. Pero el chasis del Mclaren, unido al potente y robusto motor Porsche que lo impulsa, a la efectividad de los neum¨¢ticos y a la calidad de los pilotos, ha marcado la enorme diferencia. De las 15 carreras disputadas hasta ahora, los McLaren ganaron un total de 11, cinco a favor de Lauda y seis para Prost. Al margen de ellos, s¨®lo el ya ex campe¨®n del mundo, Nelson Piquet (Brabham-BMW), por dos veces, el italiano Michele Alboreto (Ferrari) y el finland¨¦s Keke Rosberg (Williams-Honda) tuvieron acceso al triunfo a lo largo de todo el a?o. Pobre respuesta para tan duro ataque por parte de Mclaren.
Niki Lauda se march¨® un d¨ªa del Circo de forma sorprendente. El miedo y la falta de motivaci¨®n, de una parte, y el inter¨¦s por dedicarse al mundo de los negocios de aviaci¨®n, de otra, precipitaron su marcha. El fracaso en esta actividad, por su parte, forz¨® su vuelta, con un objetivo m¨¢s econ¨®mico que deportivo.
Contrato millonario
Gracias a su imagen muy comercial, Niki Lauda logr¨® hace dos a?os un millonario contrato con la escuder¨ªa Mclaren, que, por entonces atravesaba una grave crisis econ¨®mica y deportiva. Sin un coche en condiciones, los resultados del equipo eran menos que discretos. Lauda no contaba, seguramente, que aquel Mclaren por el que hab¨ªa fichado iba a convertirse -en buena parte con su ayuda y, en buena parte tambi¨¦n, por la incorporaci¨®n del motor Porsche- en el mejor coche de todos. Pero, al cambiar el coche cambi¨® tambi¨¦n la situaci¨®n del piloto. Lauda pas¨® de ser un piloto comercial y con gran capacidad para desarrollar un modelo a convertirse en un potencial ganador, situaci¨®n mucho m¨¢s inc¨®moda. Con un coche solamente discreto cualquiera tiene la disculpa de no poder ganar. Con un coche ganador, ampliamente superior a los dem¨¢s, es preciso ganar sin disculpa. En el peor de los casos, ¨²nicamente se puede se batido por el compa?ero de equipo, que conduce un coche igual, y eso ya de por s¨ª es bastante duro por lo que pone en evidencia.
El tradicional conservadurismo del piloto austriaco, beneficiado por la calidad de su coche, se ha visto favorecido esta temporada por la buena suerte, tradicionalmente, tambi¨¦n, aliada a Niki Lauda. Los que saludan con adjetivos de inteligente una carrera de Lauda, rematada con un buen puesto al final de la misma, olvidan con frecuencia que el buen resultado lleg¨® por los abandonos de algunos de los que le preced¨ªan. De no haberse producido esos abandonos, y no est¨¢ en las mamos del austriaco poder controlar eso, el resultado habr¨ªa sido descorazonador, y la carrera ser¨ªa exactamente la misma.
La calidad como piloto de Niki Lauda es, sin embargo, incuestionable. Ya no es el hombre r¨¢pido que fue, seguramente porque asume menos riesgos que antes, pero mantiene intacto todo lo dem¨¢s y acrecentada la experiencia. El coche que tiene, la suerte y sus condiciones le bastan para estar donde est¨¢, a punto de conquistar su tercer t¨ªtulo mundial. Ese es irrebatible. Por m¨¢s que, en las 15 carreras disputadas, Alain Prost haya merecido ampliarnente ser el primer franc¨¦s de la historia de este deporte en proclamarse campe¨®n del mundo.
Esta temporada, en no menos de tres carreras, Alain Frost vio esfumarse el triunfo cuando rodaba en cabeza y destacado. De haber ganado, esos puntos le habr¨ªan bastado para acudir a la ¨²ltima prueba con el t¨ªtulo en su poder. Porque, en alg¨²n caso, no s¨®lo perdi¨® un triunfo que casi ten¨ªa al alcance de la mano, sino que, para reforzar a¨²n m¨¢s su mala fortuna, dej¨® ¨¦ste en poder de su compa?ero y gran rival Niki lauda. Demasida mala suerte como para poder imponerse a pesar de todo.
En Estoril, un circuito dif¨ªcil, en discutible estado de conservaci¨®n y que ninguno de los dos aspirantes al t¨ªtulo conoce bien, Alain Prost se ver¨¢ forzado a ganar. Podr¨ªa desbancar a Lauda de la primera posici¨®n del campeonato incluso con un tercer puesto, pero, para eso, el austriaco tendr¨ªa que haber abandonado previamente. En esas condiciones, el franc¨¦s tendr¨¢ que salir a ganar a cualquier precio y, s¨®lo si las circunstancias le favorecen, podr¨¢ permitirse cierto relajamiento.
Probabilidad matem¨¢tica
De acuerdo con los resultados que, en esta ¨²ltima carrera de la temporada, benefician, respectivamente, a Niki Lauda y a Alain Prost para convertirse en campeones, el c¨¢lculo de probabilidades matem¨¢ticas favorece ampliamente al austriaco. De las 43 combinaciones de resultados posibles en las que intervienen uno y otro, 34 de ellas favorecen a Niki Lauda y s¨®lo 9 a Alain Prost. Eso supone casi un 80% favorable al austriaco, por un 21% para el franc¨¦s. S¨®lo que las carreras no se ganan por c¨¢lculos matem¨¢ticos ni por leyes de probabilidad.
Niki Lauda tiene la ventaja de 3,5 puntos a su favor. Adem¨¢s de muchas otras combinaciones de resultados posibles, aunque Prost consiga la victoria, al austriaco le basta con terminar en segunda posici¨®n para conquistar el t¨ªtulo. Con el coche que tiene, sin necesidad de forzar la mec¨¢nica ni asumir riesgos innecesarios, Niki Lauda es muy capaz de mantener un segundo puesto, aunque sea muy lejos de su compa?ero de equipo. Eso le bastar¨ªa.
Los dem¨¢s tambi¨¦n cuenten
Pero, para ello, tendr¨¢ que luchar con otros pilotos que, al margen ya de la lucha por el campeonato, participar¨¢n en la pugna directa por el triunfo en el Gran Premio de Portugal. Entre los m¨¢s cualificados estar¨¢ el brasile?o Nelson Piquet, que no ha podido ni siquiera intentar reeditar su t¨ªtulo por los muchos -y de diferente ¨ªndole- fallos que ha sufrido esta temporada el motor BMW que impulsa su Brabham. Tambi¨¦n estar¨¢n los dos pilotos de la escuder¨ªa Renault, el franc¨¦s Patrick Tambay y el brit¨¢nico Derek Warwick, alejados en demasiadas ocasiones de los primeros lugares las clasificaciones finales por problemas mec¨¢nicos. Estar¨¢n, asimismo, los pilotos de Ferrari, el italiano Michele Alboreto y el franc¨¦s Ren¨¦ Arnoux y, ese grupo de pilotos imprevisibles, como el finland¨¦s Keke Rosberg (Williams-Honda) o el italiano Elio De ?ngelis (Lotus-Renault), capaces de grandes actuaciones si sus coches les responden pero que, con demasiada frecuencia, se tienen que conformar con ver los instantes finales de las carreras desde sus respectivos boxes, faltos sus monoplazas de la imprescindible puesta a punto.
Todos ellos, al margen de poder incidir en la carrera de Lauda, al incrementar las dificultades del austriaco para ocupar el segundo puesto con cierta comodidad, afectar¨¢n al propio Alain Prost en su desesperada lucha hacia el primer puesto. Su participaci¨®n, por tanto, podr¨ªa ser decisiva en cualquiera de los casos.
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