?ngel Facio
Director de teatro independiente desde hace 20 a?os, presenta ahora en Madrid 'La Celestina' con el grupo Teatro del Aire
A sus 46 a?os tiene todav¨ªa mirada de ni?o travieso, quiz¨¢ porque lleva casi la mitad disfrutando con lo que hace. "En estos 20 a?os no he hecho nada que no me guste. Otra cosa es que haya hecho siempre lo que m¨¢s me hubiera gustado hacer, claro". Hace ya casi nueve a?os tuvo que escoger entre el trabajo en la c¨¢tedra de Historia de las Ideas y las Formas Pol¨ªticas y la dedicaci¨®n plena al teatro. Y escogi¨® el teatro. "Estoy aqu¨ª porque es donde he encontrado un ¨¢mbito de convivencia m¨¢s saludable, ese clima de alegr¨ªa que da el hacer algo juntos. Aunque tengo una cierta imagen de iconoclasta, en realidad soy como el lobo feroz pero en broma... "Y ni siquiera eso", masculla para sus adentros.
Desde los ya lejanos tiempos en los que la furgoneta del grupo de teatro Los Goliardos rodaba por polvorientas carreteras divirtiendo y escandalizando aqu¨ª y all¨¢, han pasado muchas cosas y muchos escenarios por la vida de este contumaz hombre de teatro. La boda de los peque?os burgueses, de Brecht, un a?o en Portugal (La noche de los asesinos, La casa de Bernarda Alba) y otro con esta ¨²ltima obra en Madrid. En enero de 1977, como respuesta a una oferta de la Escuela de Arte Dram¨¢tico para que d¨¦ un curso de interpretaci¨®n, ?ngel Facio monta con los alumnos durante un curso La Celestina de Fernando de Rojas, esta misma Celestina rotunda y carnal que ahora se exhibe en Madrid, despu¨¦s de 126 representaciones, en Espa?a y en Am¨¦rica.Ni?o prodigio de la ciencia pol¨ªtica (termin¨® la carrera a los 20 a?os), confiesa que le gusta el trabajo intelectual, pero no puede ejercerlo 10 horas al d¨ªa. "Tampoco pod¨ªa estarme medio curso con Hooker, por ejemplo", dice con cierta pesadumbre, "aunque hubiera podido estar un curso entero con Rousseau o Hegel". Una de las im¨¢genes m¨¢s estimulantes del caser¨®n de la madrile?a calle de San Bernardo, donde estaba la Facultad de Ciencias Pol¨ªticas y Econ¨®micas, durante los primeros a?os sesenta, era la que ofrec¨ªan, sentados tras la misma mesa profesoral, el catedr¨¢tico D¨ªez del Corral, pulcro, distante y aristocr¨¢tico, y su encargado de curso, el socarr¨®n y desali?ado ?ngel Facio. Dice que no le gusta competir ni ejercer el poder. "Quiz¨¢ por ello no he sabido ser padre. Tengo vocaci¨®n de novio perpetuo ... ; la familia no la entiendo, pero, necesito a la gente a mi lado"."Nuestra Celestina ha escandalizado a veces, pero en el texto de Fernando de Rojas est¨¢ lo que nosotros hacemos en escena. Otra cosa es no quererlo ver. La Celestina es tremenda porque se da en una ¨¦poca de ruptura, propicia para el surgimiento de conductas liberadoras, de rechazo; un poco como pasa ahora mismo".
Bastante pesimista sobre la situaci¨®n actual de la Cultura en Espa?a, piensa que no hay unos criterios art¨ªsticos selectivos por parte del gran empresario que es el Estado. "El dinero se reparte a unos porque siempre se les ha dado, a otros porque parecen que suenan y dan buena imagen: una imagen de auxilio social y electoralismo". Y cree que el teatro, a la larga, tiene que depender b¨¢sicamente del p¨²blico, y y para eso no puede aburrir, que es lo que, en su opini¨®n ocurre ahora.
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