La ¨²ltima 'misa patri¨®tica'
Jerzy Popieluszko, el sacerdote polaco asesinado, seg¨²n confesi¨®n de uno de sus secuestradores, predic¨® ayer a unas 25.000 personas que acudieron a la misa patri¨®tica en la parroquia de San Estanislao de Kostka, en Varsovia: desde lo alto de la iglesia, por medio de altavoces, una cinta magnetof¨®nica difundi¨® el ¨²ltimo serm¨®n del cura desaparecido, el que hab¨ªa pronunciado en Bydgoszcz el mismo d¨ªa de su secuestro.A pesar del fr¨ªo cortante, una muchedumbre se reuni¨® ante la iglesia en la oscuridad.
Dos banderas polacas colgaban a los lados de la terraza, desde donde un sacerdote empez¨® el rezo de un rosario que dur¨® una hora antes de la misa patri¨®tica, que se celebr¨® como cada ¨²ltimo domingo de mes, a pesar de que su creador, el cura Popieluszko, ha desaparecido.
El sacerdote que dirig¨ªa el rosario dijo: "El padre Popieluszko est¨¢ con nosotros aqu¨ª espiritualmente y, como est¨¢ escrito aqu¨ª, donde quiera que est¨¦s, Cristo y nuestras oraciones est¨¢n contigo".
Intercalado entre cada misterio del rosario, se escucharon las palabras de Popieluszko, que en su ¨²ltimo serm¨®n toc¨® los temas de la dignidad humana, la libertad, la justicia, la verdad y la valent¨ªa. El sacerdote desaparecido empezaba cada fragmento de su serm¨®n con la frase "Al mal hay que vencerlo con el bien".
Popieluszko dijo que "hay que vivir dignamente, porque, como hijos de Dios, no podemos ser esclavos". Sobre la libertad expres¨® que "la libertad verdadera es el primer rasgo humano. De ah¨ª se desprende el deber de luchar por esta libertad all¨ª donde est¨¦ limitada injustamente".
Al referirse a la justicia, dijo que "la injusticia se siente con dolor en aquellos pa¨ªses en que la forma de gobierno no est¨¢ basada en el amor al hombre, sino en la violencia y en la opresi¨®n. Hay que darse cuenta de la injusticia que se comete con nuestro pueblo, en su mayor¨ªa cristiano, cuando se le trata de hacer ateo por medio del dinero producido por los mismos cristianos". Sobre la verdad, Popieluszko afirm¨®: "Tenemos que aprender a distinguir la verdad de la mentira. Esto no es f¨¢cil en los tiempos en que vivimos. Como dijo un poeta contempor¨¢neo, nunca como ahora hemos sido tan azotados por el l¨¢tigo de la mentira y la hipocres¨ªa".
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