Libertad
?Por qu¨¦ es tan importante la libertad? Es una pregunta enorme y urgente. La libertad en nuestros d¨ªas no es lo que era hace 100 a?os. Hay que pensar en t¨¦rminos diferentes cuando se habla de la libertad en ¨¦pocas y pa¨ªses distintos. La libertad para nosotros y la libertad para los indios norteamericanos que viven en reservas son dos cuestiones diferentes. La libertad en Polonia es diferente a la libertad en ?frica, de manera que la respuesta a la pregunta de por qu¨¦ es tan importante la libertad var¨ªa de un lugar a otro.Hace falta conocer el pa¨ªs, hace falta conocer la comunidad espec¨ªfica para poder comprender el tipo de libertad que ¨¦sta necesita.
Pero algo permanece invariable. En todos los pa¨ªses, en cualquier ¨¦poca, el hombre nace libre, con el derecho inalienable a desarrollar su propia personalidad en el mayor grado posible.
El hombre s¨®lo ser¨¢ feliz cuando viva tan libre como se lo permitan las limitaciones de la ¨¦poca y el lugar.
En Polonia hablamos de libertad en t¨¦rminos diferentes a los empleados en otros pa¨ªses en los que se dan otras condiciones. Lo que necesitamos en Polonia, en primer lugar, es el derecho a tomar decisiones sobre determinadas cuestiones, el derecho a expresar opiniones pol¨¦micas y una mayor libertad en cuestiones econ¨®micas.
Cuanto m¨¢s se tiene m¨¢s se quiere. Y esto tambi¨¦n es aplicable a la libertad. Pero es importante hablar de los m¨¦todos. Ahora, que estamos en el umbral del siglo XXI, es vital que desarrollemos nuestra lucha con los m¨¦todos m¨¢s pac¨ªficos posibles.
En la ¨¦poca que est¨¢ ahora llegando a su fin era posible confiar en la fuerza bruta para alcanzar los objetivos que se deseasen. Creo que ahora ha llegado el momento de emplear los argumentos. Debemos emplear el poder del argumento en lugar del argumento del poder.
Por este motivo es indispensable contar con una solidaridad interna en cada pa¨ªs e internacionalmente entre las naciones. S¨®lo con la ayuda de la solidaridad entre personas y la solidaridad entre naciones podr¨¢ ser eficaz la lucha por la libertad. Cuanto mayor sea nuestra solidaridad y m¨¢s nos ayudemos los unos a los otros, sin emplear m¨¦todos violentos, m¨¢s f¨¢cil ser¨¢ la batalla y antes conseguiremos nuestro objetivo.
La libertad puede ampliarse en todas partes. Incluso los pa¨ªses que disfrutan de un alto grado de libertad deben recordar que no hay ning¨²n lugar en este mundo en el que no se pueda mejorar la libertad. Siempre se puede aumentar la libertad de maneras diferentes.
No estoy defendiendo la anarqu¨ªa y el caos, por supuesto; siempre habr¨¢ l¨ªmites a la libertad, en todas partes y en todas las ¨¦pocas. La tecnolog¨ªa impone ciertos l¨ªmites; no hay m¨¢s que pensar en los l¨ªmites que impone un simple reloj. Nos est¨¢ continuamente recordando cu¨¢ndo tenemos que levantarnos o cu¨¢ndo tenemos que ir a trabajar, a pesar de que nos gustar¨ªa ser libres para obrar de manera diferente. Sin embargo, no hay ning¨²n lugar en el mundo, en el que no se pueda mejorar la situaci¨®n, ning¨²n lugar en donde no deber¨ªamos exigir mejoras.
En muchos pa¨ªses las condiciones econ¨®micas imponen sus propios l¨ªmites a la libertad. Las personas sin dinero no pueden comprar todo lo que quieren ni pueden viajar donde desear¨ªan. Pero incluso pa¨ªses en los que tales limitaciones son m¨ªnimas, pa¨ªses con un gran nivel de vida y un alto grado de respeto por los derechos pol¨ªticos y la libertad de expresi¨®n, no deben olvidar jam¨¢s que tienen una obligaci¨®n que cumplir en ayudar a otros pa¨ªses-.
Tal como ya he dicho, estamos en el umbral del siglo XXI. Se acerca una ¨¦poca en la que todo el mundo debe luchar. Solidaridad emplea m¨¦todos no violentos en defensa de los derechos humanos.
Los adelantos tecnol¨®gicos son tales que ning¨²n pa¨ªs puede pensar l¨®gicamente que vaya a ser autosuficiente en todo. Todos los pa¨ªses est¨¢n unidos unos a otros y dependen unos de otros. Por esa raz¨®n hay que llevar con inteligencia la lucha por los derechos humanos.
La gente est¨¢ empezando a comprender que tiene que elegir otros m¨¦todos diferentes que lanzar ladrillos o destrozar f¨¢bricas, como se hac¨ªa en otras ¨¦pocas. Estos m¨¦todos suponen simplemente que ellos mismos tienen que reparar los da?os que han causado, porque no hay nadie m¨¢s que pueda hacerlo. Los m¨¦todos del futuro deben ser pac¨ªficos.
Pero incluso nosotros, en Polonia, carececemos de m¨¦todos pac¨ªficos eficaces. Sin embargo, tenemos que esforzarnos por encontrarlos para poder mejorar nuestra situaci¨®n. Sean cuales sean los m¨¦todos que empleemos, tienen que ser pac¨ªficos.
Perm¨ªtanme que se lo demuestre con un ejemplo. Cuando las bacterias viven par¨¢sitas en un organismo, jam¨¢s ver¨¢n que destruyan a su hu¨¦sped. Las bacterias no son tan tontas. Los seres humanos tenemos que aprender a ser igual de ¨ªntefigentes. Si no lo conseguimos tendremos que pagar un precio demasiado alto por los cambios que pedimos. Indudablemente, el organismo pol¨ªtico puede y debe mejorarse, pero hay que hacerlo por m¨¦todos pac¨ªficos, porque los adelantos tecnol¨®gicos han llegado a un punto en que ni los Estados ni los grupos de individuos tienen esperanza de lograr nada por la violencia.
Y esto puede aplicarse, de manera destacada, a la gran cat¨¢strofe de la guerra y del conflicto militar. No debemos destruir el mundo del que todos dependemos. No hay m¨¢s alternativa que la colaboraci¨®n entre pueblos diferentes, con sus opiniones y sistemas diferentes. Creo que ninguna persona en su sano juicio puede dejar de entenderlo.
Ya no vivimos en la ¨¦poca de la espada y la armadura, cuan do el mundo pod¨ªa permitirse un poco de locura. El mundo se ha hecho peque?o, los continentes se han aproximado y las armas son tan potentes que no podemos permitirnos, que nadie puede permitirse, iniciar una guerra. Jam¨¢s debemos olvidar que vivimos en un per¨ªodo de transici¨®n entre dos ¨¦pocas. En otro tiempo era posible imaginarse que se pod¨ªa lograr algo con la guerra, pero en nuestra era esto es impensable.
Sin embargo, al final de una ¨¦poca existe el gran peligro de que quienes tienen el poder hagan todo lo que puedan para aferrarse a ¨¦l en la nueva. Todav¨ªa es posible encontrarse con muchas personas de la antigua ¨¦poca que se aferran al instrumento de la guerra como medio para resolver los conflictos. Pero quienes se dan cuenta de que est¨¢ naciendo una nueva ¨¦poca no pueden aceptar ya las guerras como un medio de solucionar los problemas. La generaci¨®n m¨¢s joven no permitir¨¢ el empleo de los m¨¦todos de la vieja generaci¨®n, ni entre Estados ni entre grupos de individuos. No obstante, no debemos olvidar que los ¨²ltimos a?os de toda ¨¦poca son los m¨¢s peligrosos. Al final de una ¨¦poca puede darse cualquier cosa, hasta la guerra.
?C¨®mo se puede propiciar una transici¨®n pac¨ªfica a la nueva ¨¦poca? Poco importa un peque?o cambio en las altas esferas del poder; los Gobiernos lo deciden todo.
Ha habido ¨¦pocas, ha habido pa¨ªses, en los que el objetivo principal de las acciones populares era un cambio de Gobierno. Pero en ocasiones, cuando han triunfado quienes ten¨ªan los buenos ideales, las condiciones han seguido siendo tan miserables como antes, y a veces han empeorado. Y ¨¦ste es uno de los aspectos m¨¢s terribles de los m¨¦todos que, seg¨²n s¨¦, se est¨¢n empleando en ?frica del Sur: que las personas que son v¨ªctimas de tales m¨¦todos pueden adoptar los mismos medios cuando ellos lleguen al poder. Los seres humanos no deben emplear jam¨¢s armas sobre otros seres humanos.
En el caso de nuestra revoluci¨®n polaca no hemos buscado el poder. No se puede excluir la posibilidad de que Solidaridad, si lograra el poder pol¨ªtico, creara peores condiciones que aquellas de las que queremos librarnos. Por eso, a todas las personas que piensan les digo con todas mis energ¨ªas: no debemos ansiar el poder del Gobierno. Lo que debemos hacer es crear en nuestra sociedad un tipo de estructura democr¨¢tica que todo Gobierno tenga que respetar. El objetivo de nuestra actividad ha sido y sigue siendo la creaci¨®n de estas estructuras, no la toma del poder.
Nos han acusado de querer derrocar al Gobierno y de tomar nosotros el poder. La acusaci¨®n se basa en la falta de experiencia de nuestra joven organizaci¨®n. De cuando en cuando hemos hecho declaraciones que no han sido siempre lo suficientemente precisas y concretas; la gente sospechaba de nuestros motivos y cre¨ªa que Solidaridad quer¨ªa tomar las riendas del Gobierno. En alguna ocasi¨®n hemos expresado nuestras ideas mal y sin precisi¨®n, como, por ejemplo, cuando criticamos el sistema electoral polaco. Esto le podr¨ªa haber dado a ciertas personas la idea de que quer¨ªamos el poder del Gobierno. Pero no es cierto. Es, en realidad, un caso de malentendido.
Los ciudadanos de otros pa¨ªses pueden aprender de esto. El objetivo m¨¢s importante de la gente en los pa¨ªses en los que se est¨¦ dando o preparando una revoluci¨®n no debe ser el cambio del poder. Lo que importa es la creaci¨®n de estructuras que puedan democratizar al Gobierno.
No hay duda de que algunos de quienes est¨¢n en el poder han cometido errores tan graves que tienen que marcharse. Pero el objetivo primario no puede ser la consecuci¨®n de estos cambios ni hacer que un grupo de personas elimine a otro. Lo importante es crear estructuras democr¨¢ticas desde la base de la sociedad.
Si la gente puede crear estas estructuras sociales, entonces todo gobernante, todo Gobierno se ver¨¢ obligado a tener en cuenta la democracia; y reinar¨¢ la libertad, la justicia y el bienestar.
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