Los ¨¢rabes moderados prefieren la reelecci¨®n de Reagan porque desconf¨ªan de los dem¨®cratas
Los reg¨ªmenes ¨¢rabes moderados prefieren la reelecci¨®n del presidente republicano Ronald Reagan a una victoria de su rival dem¨®crata, Walter Mondale, a pesar de los fracasos que la pol¨ªtica del actual inquilino de la Casa Blanca ha cosechado en Oriente Pr¨®ximo. Los ¨¢rabes recelan de los dem¨®cratas, tradicionalmente m¨¢s pr¨®ximos a los israel¨ªes.
La actuaci¨®n de Reagan en Oriente pr¨®ximo ha sido muy atacada por la Prensa y los gobernantes ¨¢rabes: desde la no aplicaci¨®n de su plan de paz para la regi¨®n hasta la apresurada retirada de los marines estadounidenses destacados en Beirut, pasando por el fortalecimiento de la cooperaci¨®n con el enemigo israel¨ª. Sin embargo, los pa¨ªses ¨¢rabes desean ahora que Reagan se mantenga en el poder.Casi todos los ¨¢rabes coinciden en que no hay diferencias en los programas o declaraciones de los dos aspirantes a la Casa Blanca a prop¨®sito de la guerra irano-iraqu¨ª, del conflicto ¨¢rabe-israel¨ª, de su rechazo a cualquier negociaci¨®n con la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina y de su deseo de buscar una soluci¨®n en el marco de los acuerdos de Camp David.
La inclinaci¨®n ¨¢rabe por el candidato republicano se explica, no obstante, por dos razones: una es que tradicionalmente los dem¨®cratas han mantenido relaciones m¨¢s estrechas que los republicanos con el lobby (grupo de presi¨®n) jud¨ªo en EE UU, del que Reagan ser¨¢, adem¨¢s y segunda raz¨®n, menos dependiente durante su segundo mandato al no tener que buscar su apoyo para la reelecci¨®n en 1983, ya que la Constituci¨®n le prohibe presentarse por tercera vez.
A estos motivos fundamentales para optar por Ronald Reagan como mal menor se a?aden la insistencia con la que Walter Mondale anunci¨® durante su campa?a su intenci¨®n de transferir, en caso de victoria, la Embajada de Estados Unidos en Israel de Tel Aviv a Jerusal¨¦n, lo que los ¨¢rabes consideran como una aut¨¦ntica ofensa, y lo que no es seguro que Reagan haga pese a que inicialmente se mostr¨® favorable a ello. El candidato dem¨®crata rechaz¨®, por otra parte, una contribuci¨®n financiera para su campa?a en favor de ciudadanos norteamericanos originarios de pa¨ªses ¨¢rabes.
El portavoz de los jefes de Estado ¨¢rabes moderados, el rey Hussein de Jordania, es hasta ahora la ¨²nica personalidad ¨¢rabe que se ha pronunciado abiertamente a favor de Reagan, no sin antes criticarle duramente. En una entrevista concedida la semana pasada a la Prensa kuwait¨ª, el monarca asegur¨® que el triunfo de Reagan ser¨ªa para ¨¦l un motivo de "gran optimismo", mientras que el de Mondale podr¨ªa provocar un "grave enfrentamiento" con el mundo ¨¢rabe.
El soberano de la dinast¨ªa hachemita explic¨® su optimismo a la revista ¨¢rabe Chark el Ausat, editada en Par¨ªs, al afirmar que "los a?os pasados por Reagan en el poder han podido darle una idea m¨¢s clara de lo que ocurre en Oriente Pr¨®ximo y de las medidas que es necesario adoptar". Entre esas medidas, los ¨¢rabes moderados esperan que figure la reactivaci¨®n del plan de paz de 1982, que, en contra de lo afirmado por el presidente republicano, se sale del marco estricto de Camp David y constituye la propuesta m¨¢s atrevida formulada hasta ahora por la Administraci¨®n norteamericana para solucionar el problema palestino.
A diferencia de los moderados, los escasos pa¨ªses ¨¢rabes radicales, encabezados por Siria, colocan, en cambio, en pie de igualdad al presidente y a su adversario. "Ambos", sosten¨ªa un editorial del diario Al Baas, ¨®rgano del partido en el poder en Damasco, "creen que la amenaza permitir¨¢ a la diplomacia norteamericana tomar todas las decisiones y concentrar en sus manos las cartas de la guerra y de la paz, olvid¨¢ndose, voluntariamente o no, de que Siria es capaz de sorprenderles".
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