La huelga de celo de pilotos arruina el rumbo econ¨®mico de Iberia
En plena huelga de celo de los pilotos y t¨¦cnicos de mantenimiento, en favor de la readmisi¨®n de los despedidos, la punta del iceberg de Iberia se mostr¨®, en todo su esplendor y en forma de circular, durante la ma?ana de ayer, en las direcciones, subdirecciones, delegaciones y servicios de la compa?¨ªa. El pacto de sangre sellado hace dos a?os entre el director general, Luis Mar¨ªa Gonzalo del R¨ªo, alias el naranjito, y el hasta anteayer director de Operaciones, Jos¨¦ Mar¨ªa Ordov¨¢s Artieda, alias Pep¨®n, qued¨® roto.El experto comandante Ordov¨¢s, de la casta brahamaniana de los jumbo Boeing-747, fue sustituido por Miguel Adrover Forteza-Rey, alias El Teniente, perteneciente, por su experiencia profesional, a la m¨¢s baja de las castas del aire, la del obsoleto avi¨®n DC-9. Debido a la fuerte tensi¨®n que viven los ochocientos pilotos de las flotas de Iberia, Naranjito no ha podido convencer a ninguno de los brahamanes del Jumbo para que aceptaran la Direcci¨®n de Operaciones. Todos los tanteados para el cargo han exigido condiciones de pacificaci¨®n general y amnist¨ªa para sus compa?eros.
Adios a los atajos
El cargo ha tenido que recaer finalmente en El Teniente, uno de los leales del director general, calificado por sus compa?eros con el sobrenombre poco respetuoso de pitufo, que es el que reciben todos los que no apoyaron la huelga o aqu¨¦llos que siguen pidiendo, como era habitual antes del conflicto, aproximaci¨®n visual para ahorrar combustible a la compa?¨ªa. La mayor¨ªa de los pilotos actualmente en huelga de celo han decidido, en su argot, no tirar del carro, y cumplir el reglamento y el plan de vuelo a rajatabla, por lo que no buscan atajos que ahorren combustible y realizan la aproximaci¨®n por instrumentos. Cuando un piloto pide permiso por radio para recortar la l¨ªnea quebrada de las aerov¨ªas o iniciar aproximaci¨®n visual al aeropuerto, los huelguistas le llaman pitufo.
Hay quien dice que si en Espa?a se cumplieran las leyes quedar¨ªa inmediatamente paralizado todo el pa¨ªs. Y como aqu¨ª no hay nada m¨¢s desastroso que cumplir al dedillo las leyes y los reglamentos, la huelga de celo est¨¢ arruinando a Iberia. Los pilotos tardan cinco, diez o quince minutos m¨¢s en cada uno de sus vuelos. Ello supone mantener volando a la tercera flota de Europa y una de las mayores del mundo durante unas sesenta horas diarias adicionales. En los ¨²ltimos tres meses de trabajo a reglamento y de no colaboraci¨®n con la direcci¨®n actual de la compa?¨ªa, el coste de combustible ha aumentado en unos 1.000 millones de pesetas, cifra que habr¨¢ que unir las ya cuantiosas p¨¦rdidas.
Por otra parte, las quejas de los pasajeros crecen con motivo del empeoramiento de la puntualidad en la salida y llegada de los vuelos de Iberia, lo que provoca la consiguiente p¨¦rdida de conexiones con otros vuelos de otras compa?¨ªas competidoras y el malestar de los clientes habituales. El ¨ªndice de puntualidad de Iberia, que fue el 12 de febrero de 1984 del 97,25%, uno de los mejores del mundo, mientras los pilotos estaban en luna de miel con su compa?ero-jefe Ordov¨¢s, ha descendido dram¨¢ticamente durante la huelga de celo hasta los niveles alarmantes del 69,73% en agosto, del 56% en septiembre y de,50% en octubre. El ¨ªndice de puntualidad recoge el porcentaje de aviones que experimenta un retraso superior a quince minutos.
Iberia no perdona invasiones
La circular n¨²mero 11, que deja fuera de juego al lentamente derrumbado comandante Pep¨®n, fue firmada anteayer, 5 de noviembre, por el presidente Carlos Espinosa a su regreso de Montreal, mientras el ministro de Transportes, Enrique Bar¨®n, de quien depende la m¨¢xima autoridad aeron¨¢utica, aunque no Iberia, segu¨ªa fuera de Espa?a. El cese y nombramiento del director de Operaciones de cualquier compa?¨ªa a¨¦rea, que es el jefe de todos los comandantes de aeronaves, debe ser consultado previamente, seg¨²n los requ1sitos oficiales vigentes, derivados de la responsabilidad que asume el Gobierno ante la OACI (Organizaci¨®n Internacional de Aviaci¨®n Civil), con la autoridad aeron¨¢utica del pa¨ªs correspondiente. El director general de Aviaci¨®n Civil tiene capacidad para derogar el nombramiento.
En Espa?a, el director general de Aviaci¨®n Civil, Pedro Tena, ha tenido conocimiento del cambio de cargo m¨¢s sensible de Iberia a posterior! y mediante un oficio que le comunicaba ayer el hecho consumado. La profunda confrontaci¨®n entre Iberia (dependiente del INI-Ministerio de Indutria) y Aviaci¨®n Civil (direcci¨®n general del Ministerio de Transportes), que tanto dinero y prestigio est¨¢ costando a los espa?oles, no puede explicarse s¨®lo por las peculiares caracter¨ªsticas de Carlos Espinosa de los Monteros y Pedro Tena.
Seg¨²n la jerga aeron¨¢utica, en Espa?a hay dos organismos eminentemente militares: uno lleva el nombre de Guardia Civil y el otro, el de Aviaci¨®n Civil. El origen hist¨®rico-militar de la mayor¨ªa de los ases del aire y de la aviaci¨®n misma puede aclarar una parte del di¨¢logo de sordos, cuando no las zancadillas, que enfrentan a una empresa y un organismo p¨²blicos condenados a colaborar y entenderse.
El primer Gobierno de la democracia decidi¨® trasladar del ¨¢mbito militar al civil ala vieja y poderosa Subsecretar¨ªa de Aviaci¨®n Civil, que dominaba un sector y un presupuesto en fuerte expansi¨®n, mientras los escasos medios dedicados al Ej¨¦rcito languidec¨ªan durante el franquismo. El primer Gobierno socialista civiliz¨® y rebaj¨® el organismo a la categor¨ªa administrativa de direcci¨®n general.
Por primera vez, tambi¨¦n, Aviaci¨®n Civil e Iberia rompieron sus vasos comunicantes y dejaron de ser la misma cosa. Iberia, reina del aire -por supuesto, militar, y cuya administraci¨®n, al rev¨¦s de los que ocurre en pa¨ªses modernos, se delega, en tiempos de paz, en la autoridad civil- a¨²n se nutre de escalafones y estilos de inspiraci¨®n o de tradici¨®n castrenses. Aunque se trata de una empresa comercial, Iberia se resiste panza arriba a aceptar la intromisi¨®n de la nueva autoridad aeron¨¢utica civil en su ordenamiento y disciplina, as¨ª como de la autoridad industrial en los temas de gesti¨®n.
La batalla por meter en cintura aeron¨¢utica y econ¨®mica a la compa?¨ªa Iberia es tan vieja como la invenci¨®n del aeroplano, pero se intensific¨® c¨®micamente con a llegada de los socialistas al poder. El superministro de Econom¨ªa, Miguel Boyer, nombr¨® a Enrique Moya -viejo compa?ero suyo a las ¨®rdenes de Claudio Boada- presidente del INI y apoy¨® el reparto de las empresas p¨²blicas entre los llamados tecn¨®cratas independientes. As¨ª, el vicepresidente del INI con UCD, Carlos Espinosa, corresponsable como tal de la anterior gesti¨®n de Felipe Cons al frente de Iberia, fue elevado a la presidencia de la compa?¨ªa donde aterriz¨®, sin equipo alguno de salvamento, en enero de 1983.
Acosado por la galopante tendencia de Iberia hacia la ruina econ¨®mica -su primer ejercicio se cerr¨®, el 31 de octubre de 1983, con la escalofriante cifra r¨¦cord de 29.965 millones de pesetas en p¨¦rdidas-, Carlos Espinosa se apoy¨® en los viejos gestores y estrategas, cambiando simplemente las fichas de su sitio. El Naranjito, reconocido se?or de la poderosa direcci¨®n de Material, fue confirmado por Espinosa como director general de Iberia, tras haber alcanzado un pacto de colaboraci¨®n con el comandante Ordov¨¢s, quien podr¨ªa dominar a los pilotos para llevar a cabo los sacrificios que exig¨ªan el llamado plan de salvamento de la compa?¨ªa. Al cabo del segundo ejercicio, el pacto Gonzalo-Ordov¨¢s ha saltado finalmente hecho a?icos debido a la rebeli¨®n de los pilotos y a la guerra de nervios a que ha sido sometido el propio Ordov¨¢s. Iberia es una pen¨ªnsula de rumores sobre ceses y nombramientos y ya circulan listas para volver a cambiar de sitio las mismas fichas, incluido el seis doble.
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