Una leyenda de infancia
Beau Geste es un hito en la formaci¨®n del gusto cinematogr¨¢fico de infinidad de ni?os espa?oles de la posguerra. La pel¨ªcula fue, en su tiempo, una peque?a leyenda casi ¨ªntima, labrada en millones de ojos dentro de la oscuridad de infinidad de cines de barriada y de aldea.Se realiz¨® Beau Geste en 1939, en plena guerra civil espa?ola, y fue estrenada en Espa?a varios a?os m¨¢s tarde. Obtuvo un ¨¦xito enorme. La emoci¨®n del relato, inspirado en la novela de P. C. Wren, su raro, casi ins¨®lito misterio, la fuerza de los grandes int¨¦rpretes con que se hizo el reparto, la orfandad cr¨®nica de las carteleras espa?olas de entonces y la transparencia estil¨ªstica del director William A. Wellman, contribuyeron a crear la aureola de este filme, que fue un hito de la cinefilia de aquellos a?os.
La historia de los hermanos Geste, en manos de Wellman, director artesanal pero de fuerte personalidad, es menos una rocambolesca saga familiar, como quer¨ªa ser la novela, que un filme de trepidantes aventuras dise?adas con tiral¨ªneas, muy pr¨®ximo a las esplendorosas conquistas formales del western adulto, que comenzaba ya a entrar por entonces en los que fueron sus a?os dorados. La composici¨®n de Beau Geste recuerda, de este modo, a los mejores y m¨¢s duros westerns de desierto en los que el propio Wellman nos dio a?os m¨¢s tarde un monumento, con Cielo amarillo, de intensidad y de perfecci¨®n casi inigualadas.
La pel¨ªcula tiene, y esto es probervial en el cine de Wellman, un desarrollo f¨¢cil, casi ingenuo. Se ve con desarmante ligereza, como quien diluye un caramelo en la boca, y con esa precisi¨®n en la sucesi¨®n y en la cadencia de los acontecimientos propia de los pioneros del cine mudo, que alcanzaron su plenitud como cineastas precisamente con la irrupci¨®n del sonoro. Este es el caso de Wellman, que con John Ford, King Vidor, Allan Dwan o Henry King, se hizo como hombre de cine a caballo entre las dos grandes ¨¦pocas: la plenitud del mudo y la r¨¢pida formaci¨®n del primer clasicismo sonoro de los a?os 30.
Energ¨ªa formal
De ah¨ª la perfecta combinaci¨®n entre la visualidad, de la historia y la capacidad sugeridora de lo que no se ve en ella, su zona oscura, que proporciona al filme al mismo tiempo transparencia y opacidad, luminosidad y misterio. No es Beau Geste una de las pel¨ªculas mayores de Wellman, pero s¨ª una obra menor realizada con esa casi imperceptible energ¨ªa formal que s¨®lo tienen las obras m¨¢s acabadas de la historia del cine norteamericano de acci¨®n.
Por ejemplo, la doble secuencia -en realidad es la misma solo que vista desde dos puntos de vista que nunca coinciden- de la batalla y conquista del fort¨ªn del desierto, es una de los m¨¢s grandes e inspirados instantes del cine de aventuras de una d¨¦cada cinematogr¨¢fica plagada de maravillas aventureras de este tipo. Es un momento antol¨®gico del cine de acci¨®n y de misterio, que incluso ha sido llegado a estudiar, plano a plano, como modelo insuperable, en muchas escuelas de cine.
Un aspecto decisivo del poder m¨ªtico de este sencillo filme est¨¢ en su reparto, en el que intervienen gente de la garra de Gary Cooper, Ray Milland, Robert Preston, Broderick Crawford, una Susan Hayward muy joven y todav¨ªa profesionalmente en pa?ales, y Brian Donlevy, en su famoso papel de sargento villano que compone, cara a cara con un Gary Cooper en su mejor momento, un d¨²o Malo-Bueno que ha dejado muchas huellas en infinidad de pel¨ªculas posteriores.
El modelo Beau Geste, pese a que ha transcurrido mucho tiempo, sigue, en cuanto tal modelo, vigente. Vista ahora, la pel¨ªcula recordar¨¢ a muchos espectadores a otras, quiz¨¢s mejores que ella, pero no hay que olvidar que esta fue la primera de todas, lo que da a Beau Geste la frescura de lo reci¨¦n inventado y que ahora es objeto de continuos y t¨¦cnicamente muy solventes refritos por parte del nuevo cine norteamericano, sin ir m¨¢s lejos el de Spielberg y compa?¨ªa.
Beau Geste se emite hoy a las 21.35 por la primera cadena.
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