El triunfo de las manos libres
( ... ) Este ¨¦xito no sorprende a nadie. Se debe a la amplitud de la recuperaci¨®n econ¨®mica de estos ¨²ltimos meses, ciertamente realizada a expensas de 35 millones de pobres, pero que ha beneficiado a muchos y tambi¨¦n, o casi lo mismo, a la imagen, popularizada por un gran maestro de la comunicaci¨®n de un pa¨ªs que, despu¨¦s de tantos fracasos, humillaciones, dudas, ha recuperado la confianza en s¨ª mismo y se hace de nuevo respetar.A la fuerza que le proporciona este plebiscito, el presidente reelegido a?ade la ventaja de desprenderse de ahora en adelante, al menos en lo que le concierne personalmente, de toda preocupaci¨®n electoral. Puede obrar con una libertad acrecentada, aunque el mantenimiento en el Congreso de una mayor¨ªa dem¨®crata implica para ¨¦l y sus colaboradores la obligaci¨®n de negociaciones a veces agotadoras. ?Qu¨¦ va a hacer Reagan con esta libertad? Los adversarios como los aliados de Estados Unidos no pueden dejar de plante¨¢rselo. Sobre el tema de las relaciones con la URSS, la respuesta no es evidente. Las primeras declaraciones del vencedor despu¨¦s de su reelecci¨®n est¨¢n en la l¨ªnea que hab¨ªa sostenido durante la campa?a electoral. Expresar una aspiraci¨®n a la distensi¨®n m¨¢s, que un llamamiento a la lucha contra el imperio del mal. Si piensa, como muchos jefes de Estado envejecidos, en el sitio que le reservar¨¢ la historia, puede so?ar en quedar como el hombre de la reconciliaci¨®n m¨¢s bien que el de la guerra fr¨ªa. ( ... )
Pero hay que ser dos para hacer la paz. Anquilosada, replegada en s¨ª misma, la actual direcci¨®n sovi¨¦tica desconf¨ªa como de la peste de un presidente que no ha ocultado desde el comienzo de su primer mandato de llevarla a las cuerdas. La tentaci¨®n puede ser fuerte para Reagan de explotar la ventaja que le da por el momento el retroceso de la URSS en ?frica austral y su prudencia en Am¨¦rica Central. ( ... )
7 de noviembre
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.