Rajiv Gandhi estudia la convocatoria de elecciones generales
La fecha de celebraci¨®n de las elecciones generales indias puede decidirse una vez que acaben, el pr¨®ximo lunes, los 12 d¨ªas de luto oficial por la muerte de Indira Gandhi. Su hijo Rajiv, primer ministro, y sus m¨¢s inmediatos asesores est¨¢n estudiando un llamamiento que pueda servir de pistoletazo de salida a una campa?a centrada en el gancho popular de la estadista asesinada.
Los ide¨®logos del Partido del Congreso (I), gobernante, no est¨¢n muy convencidos de que la conmoci¨®n popular generada por el asesinato de Indira Gandhi a manos de dos miembros de su escolta pueda ser transformada en votos. Faltan para ello dos elementos fundamentales: la reafirmaci¨®n del liderazgo de su hijo Rajiv, todav¨ªa sometida a maniobras intrapartidarias, y que los indios se convenzan de que el nuevo primer ministro est¨¢ dispuesto a sanear el corrompido sistema pol¨ªtico de este pa¨ªs; algo que Indira Gandhi no hizo cuando estuvo en condiciones de llevarlo a cabo.Una de las grandes dificultades de Rajiv Gandhi es que no hay en el Gobierno ning¨²n dirigente de la estatura necesaria para compartir con ¨¦l la dureza de una campa?a electoral. El primer ministro deber¨¢ asumir esta responsabilidad en solitario, toda vez que ya es demasiado tarde para reintegrar en el Partido del Congreso (I) a alguna de las personalidades prominentes que lo abandonaron a consecuencia de los excesos autoritarios de Indira Gandhi.
Las tensiones religiosas y nacionalistas, cuyo m¨¢ximo exponente es la envenenada situaci¨®n en el Estado norte?o de Punjab van a hacer, por otra parte, muy dif¨ªcil la credibilidad del mensaje de secularismo que Rajiv Gandhi pretende dirigir a sus conciudadanos. La capital de Pakist¨¢n, Islamabad, ha sido el jueves escenario de un acontecimiento muy significativo a este respecto: alrededor de 1.500 destacados radicales del credo sij acudieron a ella para participar en una convenci¨®n cuyo lema ha sido luchar contra "los imperialistas indios".
Con el pretexto del aniversario del nacimiento del fundador de su religi¨®n, el gur¨² Nanak, los sijs procedentes de vanos pa¨ªses, concentrados en Islamabad -partidarios de la transformaci¨®n de Punjab en un Estado independiente, Jalist¨¢n-, montaron en la capital paquistan¨ª una aut¨¦ntica plataforma de lucha contra el Gobierno de Nueva Delhi. La reuni¨®n se celebr¨® al amparo de las autoridades paquistan¨ªes y con una presencia nutrida de l¨ªderes musulmanes.
El precario prestigio de Rajiv Gandhi, para quien el aparato de inteligencia indio est¨¢ buscando ya una residencia a prueba de atentados, se basa por el momento en la rapidez con que ha actuado para designar un Gobierno interino y en su determinaci¨®n por controlar los graves disturbios que siguieron al asesinato de su madre.
P¨¦rdida de base
La normalizaci¨®n de la convivencia entre las diferentes comunidades indias, sobre todo la sij y la hind¨², es ahora la tarea prioritaria del primer ministro si quiere garantizar la supervivencia electoral del Partido del Congreso (I). Opiniones autorizadas recogidas en Nueva Delhi sugieren una importante p¨¦rdida de base pol¨ªtica para la formaci¨®n gobernante, y ello a pesar del descr¨¦dito y la disgregaci¨®n de los partidos opositores.Rajiv Gandhi ha dado instrucciones a los dirigentes de su partido y a sus miembros para que colaboren firmemente en la rehabilitaci¨®n de las v¨ªctimas de los desmanes que, en los Estados del norte, siguieron al asesinato de su madre. El primer ministro ha pedido tambi¨¦n informes exhaustivos sobre la posible participaci¨®n de j¨®venes radicales del Partido del Congreso (I) en las matanzas de sijs y el terror que ha asolado las calles de Delhi.
La normalidad, entretanto, se reinstala en la capital de la India. M¨¢s de 5.000 sijs, de las varias decenas de miles que permanecen en campos de refugiados por motivos de seguridad, han regresado ya a sus hogares, y est¨¢ a punto de concluir en los suburbios la retirada del millar de veh¨ªculos que quedaron calcinados en los d¨ªas que siguieron a la muerte de Indira Gandhi.
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