El recargo sobre el IRPF, un instrumento de solidaridad

Los autores de este art¨ªculo defienden la propuesta de crear en la Comunidad de Madrid un recargo en el impuesto sobre la renta de las personas f¨ªsicas (IPPF), que, afirman, potenciar¨¢ la solidaridad entre los ayuntamientos de la provincia y facilitar¨¢ la coordinaci¨®n entre los diferentes niveles de la Administraci¨®n p¨²blica. El recargo, dicen, no incrementar¨¢ la presi¨®n fiscal, sino que la redistribuir¨¢ entre la poblaci¨®n.

La aceptaci¨®n por el Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid de la iniciativa adoptada por importantes Ayuntamientos de la regi¨®n para crear un Fondo de Solidaridad Municipal que se financie parcialmente con el importe de un recargo del 3% sobre la cuota l¨ªquida del IRPF ha provocado comentarios, muchas veces poco solventes cuando no directamente demag¨®gicos.Lo primero que es preciso aclarar al respecto es que con el recargo no crece la presi¨®n fiscal, ya que ese dinero hubiera entrado en las arcas p¨²blicas por otra v¨ªa. Veamos: el Ayuntamiento d¨¦ Madrid, en el mismo pleno en que solicit¨® el recargo ha hecho desaparecer dos tasas que afectan a todos los ciudadanos: la recogida de basuras y el alcantarillado. Estos servicios le costar¨¢n al Ayuntamiento 7.200 millones de pesetas en 1985, que, como preve¨ªan sus ordenanzas, hubieran sido cobrados a sus ciudadanos mediante los conocidos, y nada populares, recibos. Esa cantidad (7.200 millones de pesetas), caso de aprobarse la ley, es la que van a pagar los madrile?os mediante el recargo.

No hay aumento de la presi¨®n fiscal; lo que s¨ª va a haber es una distribuci¨®n distinta de la carga o, dicho de otra forma, una peque?a franja de ciudadanos ser¨¢ perjudicada y una franja ser¨¢ beneficiada. En efecto, en la villa de Madrid hay, seg¨²n los ¨²ltimos datos disponibles, 800.559 contribuyentes del IRPF; cada uno de ellos hubiera pagado el a?o que entra, de media, 8.994 pesetas por basuras y alcantarillado (7.100 millones / 800.559=8.994 pesetas). Quien, con el recargo, tenga que pagar por encima de esa cifra saldr¨¢ perjudicado; el resto saldr¨¢ beneficiado. ?Qui¨¦nes son unos y otros?

Evitando una lluvia de cifras, se puede asegurar, sin temor a error apreciable, que el 85% de los madrile?os pagar¨¢ menos con esta ley, y el 15% pagar¨¢ m¨¢s. Evidentemente, quienes no se benefician son los que m¨¢s altas rentas tienen; pero eso, desde una ¨®ptica de izquierdas, no es precisamente un defecto.

Solidaridad territorial

Para nadie es un secreto que el nivel de renta y equipamientos son muy diversos de unos municipios a otros y que es un deber ineludible el conseguir que las infraestructuras y servicios se vayan igualando. La creaci¨®n del Fondo de Solidaridad no pretende otra cosa. Naturalmente, para conseguir este objetivo es preciso que dicho Fondo se nutra no s¨®lo del recargo, sino tambi¨¦n de los recursos que la Comunidad de Madrid destine a ello. Es as¨ª como los municipios m¨¢s pobres e infradotados podr¨¢n recibir m¨¢s de lo que sus vecinos aporten al Fondo con el recargo. La diferencia de rentas es tal en la regi¨®n que, recibiendo los municipios, como prev¨¦ el proyecto de ley, tan s¨®lo el 40% del recargo en dinero l¨ªquido, la mayor¨ªa de ellos conseguir¨¢ igualar o superar la totalidad de la aportaci¨®n de sus vecinos al Fondo. Por ejemplo, los pueblos con alcalde comunista (Arganda, Camarma de Esteruelas, Ciempozuelos, Coslada, Pinto, San Fernando y Villaconejos) se prev¨¦ que reciban del Fondo en dinero l¨ªquido (aparte las inversiones que les correspondan) unos 100 millones de pesetas, que es, aproximadamente, el valor total del recargo en dichos pueblos. La dispersi¨®n del sistema tributario municipal, que incordia m¨¢s que recauda, viene reclamando hace tiempo un cambio en profundidad, que se producir¨¢ con la ley de Haciendas Locales, pero que puede ser preparado desde operaciones racionalizadoras como ¨¦sta. El proyecto de ley del Fondo plantea como objetivo ineludible cooperar desde la Comunidad de Madrid, al proceso, demandado desde hace tiempo por las corporaciones locales de simplificaci¨®n y racionalizaci¨®n del sistema tributario local. Al suprimirse algunas tasas municipales se simplifica la gesti¨®n tributaria municipal, se reducen las molestias al ciudadano y se avanza en la tarea com¨²n de racionalizar el sistema fiscal. Un sistema de autonom¨ªa pol¨ªtica y descentralizaci¨®n administrativa como es el que dibuja la Constituci¨®n espa?ola, pide a gritos mecanismos de coordinaci¨®n que es preciso ir creando. ?ste es uno importante. Cuando se apruebe la ley que crea el Fondo, una parte muy considerable de las inversiones municipales y comarcales va a ser decidida y gestionada mancomunadamente, los municipios van a influir decisivamente en los proyectos de inversi¨®n de la comunidad, pero ¨¦sta tambi¨¦n tendr¨¢ su peso a la hora de orientar las pol¨ªticas de gasto.

El Fondo de Solidaridad Municipal no es el b¨¢lsamo de Fierabr¨¢s ni se ha reinventado con ello el ung¨¹ento amarillo. Se trata de sostener una posici¨®n racional, racionalizadora y progresista con eso que algunos llaman voluntad pol¨ªtica.