La dif¨ªcil supervivencia del grupo Cantar y Ta?er, en su 30? aniversario
La ¨²nica agrupaci¨®n madrile?a dedicada a la m¨²sica de c¨¢mara sin soluci¨®n de continuidad desde hace 30 a?os es Cantar y Ta?er. Cuando inicia su curso conmemorativo de esas tres brillantes d¨¦cadas corren malos augurios sobre su futuro. La subida de todos los costes, muy especialmente el de los artistas y los viajes, la ausencia de subvenci¨®n y otros factores hacen cada d¨ªa m¨¢s dif¨ªcil la existencia de Cantar y Ta?er.El asunto me parece grave, pues una vida musical normalizada dentro de una sociedad l¨®gicamente articulada precisa de actividades en todos los campos y g¨¦neros.
El papel de Cantar y Ta?er deber¨ªa ampliarse en vez de amenazar ruina. No se trata s¨®lo de considerar el esfuerzo de quienes mantienen viva la sociedad -y el nombre de Helga Drewsen debe resaltarse-, sino de medir la necesidad de empe?os semejantes por su valor permanente de informaci¨®n cultural.
Habr¨¢ que volver sobre el tema, pero hoy resultaba imprescindible tocarlo cuando en el concierto inaugural de la temporada, magn¨ªficamente desarrollado por la Camerata Bariloche, constitu¨ªa tema principal de conversaci¨®n por serlo de preocupaci¨®n. Se llen¨® la sala F¨¦nix para aplaudir estupendas versiones de Vivaldi, Alessandro Marcello y Telemann, a la quincena de instrumentistas argentinos de arco y a los solistas Andr¨¦s Spiller (oboe), El¨ªas Khayat y David Goldzycher (violinistas), as¨ª como al violonchelista Ju¨¢rez Jhonson.
En la segunda parte, la Camerata Bariloche abord¨® tres p¨¢ginas de nuestro tiempo: El passacaglia para cuerda, de Roberto Arizaga (Buenos Aires, 1926), escrito el a?o 1953. Es muy bello y ha estado trabajado con buena mano por el compositor y excelente cr¨ªtico argentino, formado con Williams y Gianneo en su pa¨ªs y con Nadia Boulanger, Olivier Messiaen Y Ginette Martenot en Francia.
No es menor el magisterio del sueco Lars Erik Larsson (Akarp, 1908) en su excelente Concierto para trompa y orquesta, tocado con muy buen estilo y bello sonido por Guelfo Nalli. El instintivo impulso romanticista de Larsson, un hombre inteligente, de espirituoso humor y comedidas maneras, se aliment¨® y excit¨® al lado de Alban Berg. Como el autor de Wozzeck, su entusiasta disc¨ªpulo n¨®rdico encierra su lenguaje cromatista en formas definidas con precisi¨®n.
En fin, cinco danzas populares del griego Nikos Skalkotas (Chalkis, 1904-Atenas, 1949) descubrieron brillantemente el costado racial de este raro compositor, practicante, en la mayor parte de su obra, de la t¨¦cnica serial, interpretada con libertad y asimilada con fuerte personalidad. El ¨¦xito fue grande y los aplausos se multiplicaron, y con ellos las propinas.
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