Soares exige una prueba de buena voluntad al PSD

El primer ministro portugu¨¦s, Mario Soares, que hasta hace poco acusaba a la Prensa de su pa¨ªs de "dramatizar" deliberadamente los problemas del Gobierno y de la mayor¨ªa para separar a socialistas y socialdem¨®cratas, exige ahora del Partido Socialdem¨®crata (PSD) una "clarificaci¨®n" de su voluntad de mantener la alianza con el Partido Socialista (PS) y de respaldar la acci¨®n del Gobierno.Fuentes pr¨®ximas al primer miuinistro socialista manifestaron a esta corresponsal que "una crisis en este momento ser¨ªa dram¨¢tica para Portugal, porque el Parlamento debe aprobar en las pr¨®ximas semanas los presupuestos del Estado, en tanto que negociaciones de importancia vital para Portugal, con el Fondo Monetario Internacional y con las Comunidades Europeas, s¨¦ encuentran en una fase decisiva".

No obstante, las mismas fuentes consideran que no se puede admitir por m¨¢s tiempo que los socialdem¨®cratas est¨¦n "con un pie en el Gobierno y otro en la oposici¨®n", lo que significa que los socialistas soportan solos el desgaste de una pol¨ªtica necesariamente impopular, mientras que el PSD capitaliza, en el Parlamento y fuera de ¨¦l, los dividendos electoralistas de unas cr¨ªticas a veces violentas a la acci¨®n gubernativa de un Gabinete del que forman parte.

A poco m¨¢s de una semana de una nueva reuni¨®n del Congreso Nacional del PSD, que todos los observadores prev¨¦n peligrosa para el liderazgo de Carlos Mota Pinto, Mario Soares parece reconocer finalmente que su viceprimer ministro es incapaz de hacer aceptar por los socialdem¨®cratas, y sobre todo de aplicar, la estrategia pol¨ªtica establecida entre los dos l¨ªderes.

Soares confirm¨®; en una reuni¨®n con el grupo parlamentario socialista, que la suerte de la coalici¨®n depender¨¢ de las conclusiones del Congreso Nacional de su partido los pr¨®ximos 24 y 25 de noviembre.

O Mota Pinto disciplina su propio partido, o los socialistas tendr¨¢n que replantear los t¨¦rminos de la alianza sellada en 1983. Soares amenaza incluso con dirigirse al pa¨ªs para "revelar muchas cosas" en perjuicio de su aliados.

Las federaciones locales del PSD y, ¨²ltimamente, el nuevo presidente, socialdem¨®crata, del Parlamento han tomado posiciones, clara y abiertamente contrarias a un apoyo a la candidatura presidencial de Soares, en la primera o la segunda vueltas de las presidenciales de 1985.

Soares pretende ahora colocarse en el papel de v¨ªctima para recuperar las simpat¨ªas del electorado socialista y de izquierda moderada, pero la crisis econ¨®mica y financiera se lo pone dif¨ªcil.