A lo que van
La manifestaci¨®n contra la pol¨ªtica de ense?anza socialista ha sido una demostraci¨®n de que la democracia espa?ola se contagia. Gentes que bajo el franquismo no hab¨ªan tenido el valor civil de defender ninguna libertad, ni siquiera la de ense?anza, se han manifestado ahora demostrando que la democracia les ha rehabilitado y ha hecho de ellos unos liberales de provecho. El padre Mart¨ªnez Fuertes lo sabe muy bien: hay m¨¢s alegr¨ªa en el cielo por un pecador arrepentido que por 100 justos. Que me perdone las posibles infidelidades de la cita, pero pertenezco a aquellas promociones obligadas a ponerse de rodillas ante el sagrario, que guardaba cuanto quedaba de amor y de verdad.Y es alegr¨ªa lo que siento cuando veo a la pareja Mart¨ªnez Fuertes-Carmen Alvear retozando por la calle como chiquillos con botas de las siete leguas nuevas, estrenando morbo cr¨ªtico, penetrando en la agridulce psicolog¨ªa del manifestante callejero, pero con la serenidad de saber que la espada flam¨ªgera de san Miguel Arc¨¢ngel es un c¨®ctel molotov que no cesa, aunque sea aparentemente invisible. La Internacional Blanca ha utilizado siempre y en todas partes el tema de la libertad de ense?anza como punto de referencia de sus se?as de identidad. Primero reclama libertad de ense?anza a los Gobiernos democr¨¢ticos, luego derriba Gobiernos democr¨¢ticos y los Gobiernos autoritarios le devuelven la libertad perdida. No es una contradicci¨®n. Es que m¨¢s tarde o m¨¢s temprano se demuestra que la derecha y la izquierda no dan el mismo sentido a la palabra libertad. La izquierda tiene un sentido p¨²blico de la libertad y la derecha tiende a tenerlo privado. Y no por mala fe. Es que es su obligaci¨®n, la resultante de un mandato cromosom¨¢tico que no lo enmienda ni el mejor ingeniero biogen¨¦tico.
Aunque algo embarazados por falta de costumbre, o tal vez en la sospecha de que el liberalismo es pecado, bienvenidos sean estos manifestantes de nuevo cu?o a la causa de la libertad de expresi¨®n. Que nadie les pregunte d¨®nde escondieron sus anhelos libertarios bajo la dictadura. Al fin y al cabo, se sabe de d¨®nde vienen y a lo que van.
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