Extravagantes excesos
La ins¨®lita situaci¨®n con que comienza el filme -un cantante norteamericano de rock contratado en Alemania Oriental- da l¨®gico pie al constante panfleto anticomunista de las m¨¢s recientes comedias de Hollywood. M¨¢s tarde, sin embargo, el propio delirio de las situaciones que se desarrollan abre la pel¨ªcula a una gratuidad m¨¢s general, sin que pese en ella esa, al parecer prioritaria, acusaci¨®n pol¨ªtica. El espectador puede relajarse en ese sentido.Para los restantes no tiene tiempo. Los chistes y disparates se amontonan en Top secret de tal forma que no hay oportunidad de asumirlos. Los buenos gags se interrelacionan con otros muy bobos, como si la sucesi¨®n de humoradas se hubiera establecido sin rigor alguno. Con el "todo vale" que tantos destrozos ha producido en el g¨¦nero, esta comedia se pierde en su propia ambici¨®n. Los autores no han escatimado ocasi¨®n para la risa, pero sin orientarse en un sendero selectivo.
Top secret
Director: Jim Abrahams. Gui¨®n: Abrahams, David Zucker, Jerry Zucker y Martin Burke. Fotograf¨ªa. Christopher Challis. M¨²sica: Maurice Jarre. Int¨¦rpretes: Val Kilmer, Lupy Gutteridge, Billy Mitchell, Omar Shariff, Peter Cushing. Comedia. Norteamericana, 1984.Locales de estreno: Conde Duque, Fantasio y Palace. Madrid
En cualquier caso, la risa existe. Los excelentes hallazgos de Top secret pueden permanecer en el ¨¢nimo del espectador m¨¢s exigente, aunque el conjunto de la pel¨ªcula sea m¨¢s superficial y dispersa de lo necesario en una comedia de calidad. ?sta no lo es: m¨¢s bien entra en el terreno del disparate, sin rumbo ni objetivos.
A ello colabora el doblaje castellano, en el que se han incluido chistes locales de escasa gracia, como si los distribuidores del filme no hubieran confiado en su humor, o como si hubieran considerado tambi¨¦n que en pel¨ªculas as¨ª "todo vale".
Este descalabro inicia el filme, fuera o no de esa forma en el original: imitando el acento de los alemanes cuando hablan otra lengua, el celo de los portadores de voces se hace excesivo cuando incluso hacen que esos alemanes hablen mal el alem¨¢n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.