Armand Hammer
El negociador norteamericano que logr¨® arrancar ayer un 's¨ª' condicional a Chernenko para una posible 'cumbre' con Reagan
Peque?o, con el paso algo vacilante, el magnate norteamericano Armand Hammer, de 86 a?os de edad, apareci¨® ayer con los ojos brillantes y vivos tras las gafas de gruesa montura negra, despu¨¦s de haberse entrevistado durante una hora y treinta y cinco minutos con el l¨ªder sovi¨¦tico, Konstantin Chernenko, a quien arranc¨® un s¨ª lleno de condiciones para una posible pr¨®xima cumbre con el presidente norteamericano, Ronald Reagan. En Washington se anunci¨® ayer que Armand Hammer pasar¨¢ por Madrid antes de regresar a Estados Unidos. En la capital espa?ola presidir¨¢ la conferencia que lleva su nombre sobre la paz y los derechos humanos y asistir¨¢ a la apertura de una exposici¨®n en el Museo del Prado, que patrocina junto con el Rey.
Hammer, descendiente de una familia de origen jud¨ªo-ruso de Odessa, es uno de los grandes abogados del mantenimiento de las relaciones econ¨®micas y comerciales entre el Este y el Oeste por encima de las concepciones pol¨ªticas. Su nombre est¨¢ estrechamente ligado al concepto de coexistencia pac¨ªfica y forma parte de las mitolog¨ªas de la URSS. Goza de una situaci¨®n privilegiada, viaja por todo el este europeo, incluida China, en su Boeing 727 particular, y es recibido por los m¨¢s altos dirigentes.Durante los a?os veinte, cuando la comunidad financiera y empresarial internacional boicoteaba al joven Estado sovi¨¦tico, Hammer, m¨¦dico de formaci¨®n, emprend¨ªa florecientes negocios con la URSS, comenzando con la venta de cereales a cambio de pieles y piedras preciosas. Casado en primeras nupcias con una rusa, Hammer permaneci¨® durante una d¨¦cada en la URSS y se convirti¨® en un pionero de la confianza empresarial occidental hacia este pa¨ªs.
Con la subida al poder de Stalin, Hammer regres¨® a EE UU llevando consigo una enorme colecci¨®n de arte ruso alimentada a partir de las adquisiciones a arist¨®cratas arruinados. El arte ha sido una de las maneras utilizadas por Hammer para acercarse a la URSS. Una magn¨ªfica colecci¨®n de pintura de su propiedad viaj¨® por la URSS a principios de los a?os setenta, y rec¨ªprocamente la URSS organiz¨® en EE UU una exposici¨®n de impresionistas de los museos Hermitage, de Leningrado, y Pushkin, de Mosc¨².
Amigo de la familia del presidente Roosevelt, Hammer volvi¨® a potenciar sus relaciones con la URSS en la ¨¦poca de Jruschov, y en 1961 Kennedy le envi¨® a Mosc¨² para tratar de subsanar el incidente creado por el avi¨®n esp¨ªa U-2. El resultado del viaje fue un contrato que Hammer se adjudic¨® para la venta de fertilizantes.
En diferentes ocasiones Hammer ha regalado a las autoridades sovi¨¦ticas obras de arte u objetos que pertenecen a la tradici¨®n revolucionaria marxista. A Breznev le regal¨® cartas de Lenin, y ahora a Chernenko le ha regalado una carta escrita por Carlos Marx en Londres en 1871. En dos ocasiones, mientras explicaba su encuentro con Chernenko, Hammer, a quien le temblaban ligeramente las manos, se confundi¨® de nombre y se refiri¨® al actual secretario general como Breznev. Lo que no se le olvid¨®, sin embargo, fue citar su relaci¨®n con Lenin, un v¨ªnculo que le ha proporcionado una aut¨¦ntica aureola, aunque parte de sus bi¨®grafos aseguran que s¨®lo le vio una vez en 1921, y durante una hora.
Sea como fuera, el contacto Hammer-Lenin ha encontrado una gran rentabilidad. A Breznev, Hammer le dijo: "Usted me recuerda mucho a Lenin...", y seg¨²n contaba el mismo Hammer, Breznev se emocion¨® y las l¨¢grimas afloraron a sus ojos. "Sesenta y tres a?os despu¨¦s de haber encontrado a Lenin por primera vez", dec¨ªa ayer Hammer, "en un tiempo tan cr¨ªtico como ¨¦ste creo que es mi deber como americano hacer todo lo que pueda ( ... ) para que las superpotencias puedan llegar a un acuerdo que elimine la amenaza de guerra nuclear".
Occidental Petroleum, que goza de una importante posici¨®n en el comercio con la URSS, se ha visto perjudicada por las restricciones comerciales que impuso Reagan. En su conferencia de prensa, Hammer anunci¨® orguilosamente haber obtenido licencia para una nueva exportaci¨®n. Con cierto pesar, subray¨® que las relaciones comerciales entre la URSS y EE UU tienen un nivel muy bajo comparadas con lo que hab¨ªan sido en tiempos de Breznev y Nixon.
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