El movimiento estudiantil

Hablar del movimiento estudiantil est¨¢ de moda porque es noticia. As¨ª lo ha puesto de manifiesto la pasada jornada de paro en la gran mayor¨ªa de las universidades p¨²blicas del Estado. Pero aunque este hecho ha sido importante para los estudiantes, cabe otorgarle un resultado de ¨¦xito negativo. Me explicar¨¦.He dicho importante porque la huelga del d¨ªa 4 puede sentar un precedente muy valioso si se sabe aprovechar la oportunidad para medir la posible respuesta de los estudiantes ante temas que les afectan directamente. Con ello se conseguir¨ªa valorar las fuerzas de un hipot¨¦tico movimiento estudiantil apagado desde hace casi una d¨¦cada y que parece despertar con unas caracter¨ªsticas peculiares.

Tambi¨¦n dije que la jornada de paro ha representado, a mi entender, un ¨¦xito negativo (o positivo, seg¨²n se mire). Lo cierto es que en una gran mayor¨ªa de las universidades se paralizaron las actividades acad¨¦micas el d¨ªa 4. De ah¨ª su ¨¦xito. Pero, ?por qu¨¦ negativo? Observemos, primero, por qu¨¦ fuimos a la huelga los estudiantes. Se trataba de reivindicar tres puntos claves a trav¨¦s de una jornada de paro, a saber.

1. La no subida de las tasas universitarias.

2. Una pol¨ªtica racional de distribuci¨®n de becas.

3. Mayor inversi¨®n p¨²blica en la Universidad.

Las reivindicaciones me parecen justas y necesarias, pero no ¨²nicas. De nuevo este incipiente movimiento estudiantil ha ca¨ªdo en una de las mayores trampas que la sociedad tiende a cualquier colectivo: el corporativismo. De ah¨ª que le haya otorgado el calificativo de negativo. Y es ahora, en el per¨ªodo de gestaci¨®n, cuando hay que empezar a plantear el camino que queremos seguir: o hacer de la Universidad un ¨®rgano poroso en el que se cuestionen realmente los problemas de la sociedad, o limitarnos a reivindicar nuestros derechos neg¨¢ndonos la posibilidad de actuar en otros campos que no sean los estrictamente universitarios. En los estudiantes est¨¢ la respuesta.-