Mario Benedetti y la teor¨ªa del desexilio

El escritor uruguayo Mario Benedetti decidi¨® dejar de publicar en la Prensa espa?ola el 30 de octubre. Tras dos a?os de continua presencia en los medios de comunicaci¨®n nacionales, Benedetti present¨® su decisi¨®n a trav¨¦s de las p¨¢ginas de EL PA?S. Exiliado desde hace 11 a?os, el escritor est¨¢ pensando en volver. Un conjunto de su trabajo period¨ªstico espa?ol ha sido recogido por Ediciones El Pa¨ªs y sale estos d¨ªas a la venta con el t¨ªtulo de El desexilio y otras conjeturas.

Pregunta. La situaci¨®n en Uruguay ha cambiado en los ¨²ltimos meses con los primeros pasos hacia la democracia. ?C¨®mo ve la situaci¨®n actual de su pa¨ªs?

Respuesta. Sobre la situaci¨®n en el Uruguay poselectoral yo creo que siempre es una engorrosa faena la de salir de una dictadura. A veces se hace con sangre y otras con imaginaci¨®n y tenacidad. Aparentemente, el pueblo uruguayo eligi¨® esta ¨²ltima opci¨®n, y parecer¨ªa que lo est¨¢ logrando, porque a esa jornada decisiva del 25 de noviembre se lleg¨® sin un solo alarde de violencia. Durante un largo tramo de la dictadura no hubo ni voz ni voto. Eran a?os de bocas cerradas y de urnas mudas. Premonitoriamente, la voz fue recuperada antes que el voto, y yo creo que a cada uno, al principio, le habr¨¢ sonado extra?a esa voz. Como carraspera de otro. Pero, p¨®co a poco, la gente fue encontr¨¢ndose con sus palabras, con sus convicciones m¨¢s profundas, con su mejor talante.

Es evidente que la democracia que acaba de restablecer el pueblo uruguayo es todav¨ªa incompleta, mutilada y fr¨¢gil. Los militares estar¨¢n en sus cuarteles de invierno,as¨ª esperamos. Pero estar¨¢n. Un poco azorados ante esa desconsiderada comunidad que no les agradece la represi¨®n, ni la tortura, ni el desempleo, ni la miseria. Que ni siquiera les agradece el orden. Azorados, pero estar¨¢n.

Estas elecciones demuestran que los pueblos son como son y no como los inventamos. Los uruguayos han preferido en estos momentos un ritmo moderado de transici¨®n. Quiz¨¢ intuyeron que pasar sin etapas intermedias de una f¨¦rrea dictadura militar a un Gobierno civil de un signo francamante -progresista: habr¨ªa sido tan dif¨ªcil como arriesgado. Creo que con respecto a esto hay cierta homologaci¨®n con lo que pas¨® en Espa?a y en Argentina. El pronunciamiento en las urnas tal vez quiera decir que la comunidad uruguaya quiere consolidar una normalidad democr¨¢tica antes de proponerse objetivos m¨¢s radicales o ambiciosos.

Las pol¨¦micas

P. ?Piensa volver a Uruguay? ?A qu¨¦ Uruguay?

R. Yo pienso volver a Uruguay en cuanto se instale el nuevo Gobierno legal por uno o dos meses.

Despu¨¦s pienso volver a Espa?a, y mi prop¨®sito -todo esto siempre es transitorio y a revisar con la realidad- es compartir mi vida entre Montevideo y Madrid. Yo digo que el exilio es una decisi¨®n que otros tomaron por uno; en cambio, el desexilio, que despu¨¦s de todo es una palabra que yo invent¨¦ y tengo derecho a usar, es una decisi¨®n individual. Una decisi¨®n que uno toma. La decisi¨®n que yo he tomado es ¨¦sa, un semidesexilio. Madrid representa tambi¨¦n mucho para m¨ª y, por supuesto, tengo enormes ganas de volver a mi pa¨ªs, a mi ciudad.

P. ?Por qu¨¦ se ha alejado de la Prensa espa?ola?

R. Lo que me ha llevado a dejar de escribir en la Prensa espa?ola no ha sido tanto esa desinformaci¨®n que existe en Espa?a sobre Latinoam¨¦rica, sino el tono de algunos de mis contradictores, que yo creo que se sal¨ªan del tema de la pol¨¦mica para recurrir al agravio o a los datos err¨®neos. Como escrib¨ª en mi ¨²ltimo art¨ªculo, yo no pod¨ªa estar consagrando cada nuevo art¨ªculo a rectificar parrafo por p¨¢rrafo lo que se dec¨ªa. Nunca he rehuido la pol¨¦mica; la prueba es que he sostenido una pol¨¦mica muy dura con Mario Vargas Llosa, pero que tanto ¨¦l como yo no hemos pasado al agravio, ni inventamos datos irreales con respecto al otro, ni nos salimos del tema que est¨¢bamos discutiendo. As¨ª s¨ª puedo polemizar sin ning¨²n problema.

As¨ª como el tono de esa pol¨¦mica me amarg¨® mucho, fue para m¨ª, en cambio, muy gratificante la respuesta de los lectores. Entre las cartas que llegaron a EL PA?S y las que me llegaron personalmente pasan del centenar. A eso debo agregar telegramas, llamadas telef¨®nicas.. . Ha sido una respuesta muy estimulante, que me compens¨® de esta baja del ¨¢nimo.

Inventan m¨¢s Ios pol¨ªticos

P. Dec¨ªa hace un momento que "los pa¨ªses son como son y no como los inventamos". Usted en sus obras ha recreado su pa¨ªs constantemente.

R. A veces los escritores, que somos casi los profesionales de la invenci¨®n, los profesionales de la ficci¨®n, inventamos menos que los pol¨ªticos. A veces, los pol¨ªticos, llevados por su deseo o por su ambici¨®n, por sus prop¨®sitos o por su ideolog¨ªa, son m¨¢s propensos a inventar un pueblo que los propios escritores. Los escritores inventamos m¨¢s a nivel individual, a nivel de historia individual. Los pol¨ªticos inventan m¨¢s a nivel de comunidad. De modo que no siento que mis personajes est¨¦n demasiado lejos de la realidad.