La fabricaci¨®n de genios
LA PRIMERA cosecha del banco de esperma procedente de hombres de cerebro privilegiado ha brotado ya en California. Hay hasta ahora 15 ni?os con un porvenir inquietante: el otro factor b¨¢sico para la supuesta producci¨®n del genio, que es el del ambiente, les va a ser dram¨¢ticamente impuesto. La producci¨®n experimental de superdotados es de Robert Graham, que congel¨® el semen de un grupo de hombres de reconocido talento para implantarlo en mujeres que pudieran ser buenas fabricantes. Va ahora a ampliar su trabajo utilizando atletas ol¨ªmpicos.La antiqu¨ªsima idea de la eugenesia, o mejora de la raza humana, no es en s¨ª condenable: algunas deformaciones monstruosas contempor¨¢neas la han hecho odiosa. Hitler y sus cient¨ªficos-verdugos asesinando en masa a los no inclu¨ªdos en las normas raciales arias la han te?ido para siempre de terror. Una eugenesia colectiva se est¨¢ desarrollando en todo el mundo: desde los consejeros m¨¦dicos prematrimoniales capaces de informar sobre los riesgos de enfermedades hereditarias y la prevenci¨®n de defectos hasta los cuidados del embarazo, de la forma del parto y de las enfermedades infantiles. Las guarder¨ªas, el cuidado al ni?o en el hogar, la escolarizaci¨®n y la calidad de ense?anza forman parte de esa eugenesia total que aun en los pa¨ªses m¨¢s desarrollados no es todav¨ªa m¨¢s que ut¨®pica y que est¨¢ mediatizada por las circunstancias: hay abismos entre unos pa¨ªses y otros y los hay en cada uno de ellos dentro de los grupos sociales. Puede estar acentuando de tal forma las diferencias que se vuelva a recuperar la noci¨®n de razas superiores e inferiores: no por hechos naturales, sino por esta misma forma de producci¨®n seleccionada de seres humanos. La intenci¨®n declarada actual es la de disminuir las diferencias.
La forma de producci¨®n de Robert Graham en California va en el sentido contrario: trata de agudizar las diferencias mediante la creaci¨®n de unas minor¨ªas sabias y fuertes. Produce una incomodidad, matizada por la posibilidad de que est¨¦ equivocado. Hasta ahora, una mayor¨ªa de bi¨®logos y de psic¨®logos cree que los mejores resultados se han obtenido de la mezcla, de la exogamia. Desde los primeros estudios serios de este siglo hasta la actual ingenier¨ªa biol¨®gica lo hallado no nos saca de los profundos misterios de la calidad de la herencia y del peso del factor ambiental. De ninguna forma puede decirse que la investigaci¨®n por esos caminos sea culpable, sino todo lo contrario. La culpabilidad surge de su mala aplicaci¨®n: las esterilizaciones forzosas, la eliminaci¨®n prematura de los nacidos con supuestos defectos, la preselecci¨®n para puestos dominantes de los que presentan caracter¨ªsticas f¨ªsicas tenidas como superiores o la divisi¨®n de las sociedades en castas para trabajos especializados metidas en compartimentos estancos y sin posibilidad de intercambios son algunos de los riesgos. Hay todav¨ªa demasiados factores desconocidos como para permitirse tomar decisiones.
Parece que la tarea m¨¢s urgente de la eugenesia es la de ocuparse de la colectividad de la especie humana m¨¢s que de la afinaci¨®n de individuos superdotados. Para lo cual tropieza con otros condicionamientos que escapan a las posibilidades cient¨ªficas: no es lo mismo nacer en el Sahel que en Estocolmo, en Londres que en Mosc¨² y, s¨®lo con algunos metros de distancia, en el Bronx que en la Quinta Avenida. Se trata, en la medida de lo posible, de acortar lo que ahora parece una cuesti¨®n de destino: el tratamiento del banco de esperma de California parece que trabaja en el sentido contrario, en el de exagerar las diferencias. No es posible decir hoy qu¨¦ desarrollo podr¨¢n tener en el futuro sus experimentos y hasta qu¨¦ punto podr¨¢n ser aprovechados en un beneficio colectivo futuro: es el prop¨®sito, la finalidad propuesta, lo que parece contrario a lo que se necesita.
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