Burocracia
Cualquier sujeto que desee conducir un ciclomotor debe pasar antes por la Jefatura de Tr¨¢fico. Para permitirse este ligero capricho hay que hacer una instancia, llenar un formulario, comprar una p¨®liza y realizar un examen. Si alguien pretende fabricar un simple tap¨®n de corcho o un mondadientes necesita tambi¨¦n un permiso del Ministerio de Industria. En cambio, para echar un hijo al mundo nadie te exige nada. En el t¨¢lamo nupcial, sobre la paja, contra la tapia de un cementerio o en una cuneta las parejas se unen alegremente guiadas por el impulso gen¨¦sico y Dios se ve obligado dentro de este sistema taylorista a repartir almas a mansalva como un oficinista que pega sellos. ?Existe un solo modelo de alma? No se sabe. Puede que en la cadena de producci¨®n celestial se elaboren esp¨ªritus de distinto precio, seg¨²n la demanda del mercado, pero una cosa es cierta. El cuerpo del hombre o de la mujer vale 650 pesetas aproximadamente. Si el cuerpo humano se redujera a sus distintos elementos qu¨ªmicos y uno tuviera que comprarlos en la farmacia o en una droguer¨ªa, con un billete de 1.000 sobrar¨ªa dinero para tomarse unas cervezas.M¨¢s all¨¢ de algunos gramos de f¨®sfato, carbono, calcio, hierro, yodo, magnesio y varios litros de agua se yergue el destino. Sin un m¨ªnimo requisito de burocracia, un par de indocumentados, macho y hembra, celebra un nudo que fuerza a Dios, tal vez a una hora intempestiva, a santificar la mercanc¨ªa a ojo de buen cubero. No existe control de calidad. Con el tiempo este producto manufacturado por la pasi¨®n una noche de s¨¢bado despu¨¦s de la verbena puede llegar a premio Nobel de F¨ªsica o a ser un asesino famoso, aunque lo l¨®gico es que todo quede en un ciudadano vulgar que un d¨ªa deber¨¢ sacar una licencia si quiere ir en motocicleta o vender pipas de girasol en un tenderete, pero al que ning¨²n jefe de negociado, ni siquiera el amo de las esferas, le pedir¨¢ el carn¨¦ de identidad cuando decida fabricar un nuevo paisano. Produce asombro contemplar de cerca este disparate. Por fortuna, vivir en este mundo todav¨ªa resulta excitante porque la humanidad est¨¢ hecha a mano o a pierna suelta. No creo que esto dure mucho.
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