Una delicada belleza

Anfitri¨®n, de Juan Pedro de Aguilar, sobre Plauto.Int¨¦rpretes: Juan Pedro de Aguilar, Fernando Rojas, H¨¦ctor Colom¨¦, Celia Trujillo, Mar¨ªa Graciani, Jos¨¦ Luis Santos, Miguel ?ngel Alc¨¢ntara. M¨²sica de M¨¢ximo Ol¨®riz, cantada, interpretada y bailada por Laetitia Prados Pelet, Fede Mill¨¢n, Maite Gurutzarri, Jos¨¦ Cast¨¢n, Maite Piqueras, Pepe Palao, Mar¨ªa Dolores Gallego, Miguel ?ngel Alc¨¢ntara, Mar¨ªa Graciani. Creaci¨®n plistica, Juan Pedro de Aguilar. Estreno: Centro Cultural de la Villa de Madrid. Madrid, 20 de diciembre.

Anfitri¨®n es un nuevo espect¨¢culo de la compa?¨ªa Corral del Pr¨ªncipe que literalmente deslumbr¨® con su representaci¨®n de Los milagros de Nuestra Se?ora, de Gonzalo de Berceo, El texto es de Juan Pedro de Aguilar y est¨¢ desarrollado sobre la obra de Plauto: la historia interminable de la suplantaci¨®n y el robo de identidad que ha dado origen a probablemente miles de obras de todos lo 3 g¨¦neros; un remoto origen latino del moderno vodevil, lo que otorga a ¨¦ste una tradici¨®n de 2.000 a?os.

Juan Pedro de Aguilar ha sido circunspecto, moderado. Las virtudes en que se afina su compa?¨ªa son distintas de la procacidad y de la burla dura de Anflitri¨®n; la cl¨¢sica obra de Plauto se le ablanda entre, las manos. Queda fundamentaImente su valor de pretexto para ofrecer sobre el escenario muchas cesas enormemente estimables que ¨¦l mismo ha ha afilado como director de escena.

Como la m¨²sica y la coreograf¨ªa, que est¨¢n basadas en la adaptaci¨®n de ocho piezas del folclor espa?ol, todas ellas con una gran calidad sonora y pl¨¢stica; o como la ocasi¨®n de brillo de Fernando Rojas como un actor c¨®mico excelente y, en general, de una interpretaci¨®n muy bien dicha, entonada y actuada. Y tambi¨¦n una disposici¨®n esc¨¦nica indudablemente bella y eficaz. As¨ª como la utilizaci¨®n de las m¨¢scaras, de los instrumentos musicales -unos antiguos y otros inventados-, de los indumentos de los actores y de los movimientos de los grupos, que evolucionan sobre el escenario con una indudable maestr¨ªa teatral.

Una l¨ªnea de inteligencia

Se ve que Los milagros... no fue un azar, sino una l¨ªnea de inteligencia -ya muy apuntada en El rey Ciervo- y si aqu¨ª falta el chispazo de genialidad que tuvo el espect¨¢culo arterior es, probablemente, por esa inadecuaci¨®n del texto, a¨²n dulcificado, a la finura y delicadeza de la creaci¨®n econ¨®mica esc¨¦nica.

Debe quedar claro que lo importante no es la genialidad, que brota o no, sino la seguridad de una tendencia teatral, y esa seguridad inteligente y brillante la dan muy bien el director Juan Pedro de Aguilar y la Compa?¨ªa Corral del Pr¨ªncipe, con todos sus colaboradores.

Destacada la interpretaci¨®n de Fernando Rojas, es necesario tambi¨¦n poner aparte la de Mar¨ªa Gaciani, a las que se a?aden la del propio Juan Pedro de Aguilar y la de la pareja Jos¨¦ Luis Alonso -Anflitri¨®n, el suplantado- y Hector Colom¨¦ -J¨²piter, suplantador-; pero hay que subrayar sobre todo que adem¨¢s de las personalidades o individualidades hay un conjunto en el cual el idioma suena bien, las voces est¨¢n educadas sin caer en las extravagancias o alardes y las actitudes no tienen m¨¢s exageraci¨®n que la necesariamente c¨®mica, perfectamente medida.

M¨²sicas, danzas y c¨¢nticos alcanzan la aut¨¦ntica perfecci¨®n -dentro de la medida que puede aplicarse a un espect¨¢culo teatral- y todo el conjunto es de una gran belleza, a la que respondi¨® un p¨²blico ya previamente proclive a la admiraci¨®n y, adem¨¢s, sucesivamente ganado por la calidad de lo que contempl¨®.