Incomprensible

?Dios m¨ªo, c¨®mo amo el b¨¦isbol!". La frase la pronuncia Robert Redford, convaleciente, en presencia de la madre de su ¨²nico hijo, una antigua amante. En realidad, la suya es una historia de tri¨¢ngulo en la que el v¨¦rtice que falta no lo encarna otra mujer sino un bate de b¨¦isbol.F. Scott Fitzgerald mantuvo siempre en su interior la frustraci¨®n de no haber sido el mejor jugador de rugby de EE UU, pero dudo de que en alg¨²n momento le dijera a Zelda, su mujer, que el deporte era' mucho m¨¢s importante que ella. Claro que El mejor no pretende ser un filme sobre el mundo del b¨¦isbol, sino el retrato de un h¨¦roe. Pero eso no priva de que las haza?as de este hombre, que se sobrepone a la adversidad y se transforma en modelo para adolescentes, consistan en golpear con fuerza una pelota.

Que los h¨¦roes modernos sean grandes bateadores o cantantes con dotes de contorsionista siempre es mejor que glorificar a s¨¢dicos institucionales y patri¨®ticos, pero no facilita la elaboraci¨®n de epopeyas y cantares de gesta. Uno puede cambiar el reino por un caballo, pero la dimensi¨®n m¨ªtica se degrada cuando lo que se cambia es la liga por un bate. Ni el mayor de los fan¨¢ticos estadounidenses o japoneses es capaz de asistir a la proyecci¨®n de El mejor sin sentir un poquit¨ªn de verg¨¹enza ante tal apoteosis de lo inane.

El problema de la pel¨ªcula es ¨¦ste: que la historia y el personaje no merecen el tratamiento que se les confiere. Luego, hay otros errores m¨¢s concretos, como el de un gui¨®n que juega esquem¨¢ticamente con la idea de que Redford es un hombre con pasado, y el de ese mismo, gui¨®n, que pretende crear un climax con las dolencias estomacales del protagonista, acompa?adas de una hemorragia en pleno partido, para luego olvidarse de resolver la situaci¨®n. Son equivocaciones impropias de una pel¨ªcula americana de gran presupuesto o, para ser m¨¢s exactos, de cualquier pel¨ªcula m¨ªnimamente trabajada. El hecho mismo de las supuestas edades de Redford tambi¨¦n est¨¢ p¨¦simamente resuelto. Cuando el actor debiera aparentar 20, est¨¢ muy claro que hace a?os que ha superado la treintena; cuando le toca tener 35, su aspecto es el de un cincuent¨®n.

Cazafantasmas y El mejor son dos de las bazas reservadas por el cine de EE UU para las fiestas navide?as. Es sorprendente, porque la baj¨ªsima calidad e inteligencia de ambos productos rompe con la tradici¨®n. Adem¨¢s, se trata de filmes cuyo alcance, en buena l¨®gica, debiera circunscribirse a un ¨¢rea determinada, ya que ni los europeos sentimos gran pasi¨®n por el b¨¦isbol ni el humor de los c¨®micos de la primera se dir¨ªa exportable.