La Navidad portuguesa de los 'reyes' del tabaco
Los principales encausados por contrabando en Galicia se entregar¨¢n "para colaborar con la justicia"
Casi continuamente, relev¨¢ndose, pasa una mamma, un buque-nodriza, frente a las costas de la Galicia sure?a, abasteciendo la red del contrabando que no cesa. Lo dicen los tripulantes del Alcot¨¢n II y miembros del Servicio de Vigilancia Aduanera que intervinieron en la aprehensi¨®n del carguero griego Christina, que transportaba el alijo de tabaco de mayor valor ocupado hasta la fecha en Europa. "Tenemos que llegar hasta el final", reitera el gobernador de Pontevedra, Virginio Fuentes. Mientras tanto, en el norte de Portugal, los acusados de integrar la plana mayor del contrabando, anuncian su prop¨®sito de entregarse despu¨¦s de Navidades "para colaborar con la justicia espa?ola".
"Est¨¢n equivocados", dice Ramiro, cuando se le pregunta si ellos, los huidos, son la c¨²pula del contrabando. "Son otros", dice, pero tampoco quiere, puede o sabe, apuntar m¨¢s arriba. Fue hace poco m¨¢s de un a?o. La noche del 1 de diciembre de 1983, Ramiro cruzaba precipitadamente la frontera por Tuy. Sab¨ªa que la polic¨ªa iba pis¨¢ndole los talones, en el curso de la operaci¨®n m¨¢s amplia y espectacular contra el tr¨¢fico ilegal en Galicia. El d¨ªa 27 de diciembre cumplir¨¢ los 35 a?os. Lo celebrar¨¢ en Portugal, con su familia. Despu¨¦s de las fiestas navide?as, reunida la previsible fianza de 20 millones de pesetas para la puesta en libertad provisional, se presentar¨¢ ante el juez Alfonso Barcala, en el Juzgado Central n¨²mero 3 de Madrid, donde se instruye el sumario 65/83."Vamos a entregarnos voluntariamente, sin poner condiciones, para colaborar con la justicia". Ramiro Rafael Mart¨ªnez Se?orans es, para todos, Ramiro. Lo era en la R¨ªa de Arosa, para familiares, amigos y socios. Y ¨¦se es su alias en los informes policiales, donde se le presenta como dirigente, acaso pricipal, de la organizaci¨®n de mayor envergadura actuante en las R¨ªas Bajas hasta el pasado a?o.
Con su inicial y la de los presuntos asociados, Olegario (Olegario Falc¨®n, tambi¨¦n huido a Portugal) y Sito (Jos¨¦ Ram¨®n Prado, en libertad bajo fianza despu¨¦s de permanecer seis meses en prisi¨®n), se compusio el anagrama de la Compa?¨ªa ROS, SL.
Seg¨²n medios gubernativos, "este grupo introduc¨ªa ilegalmente en Espa?a unas 35.000 cajas de tabaco, como promedio mensual, por lo que se deb¨ªa abonar a las organizaciones proveedoras en el extranjero cantidades pr¨®ximas a los 1.000 millones de pesetas, cada mes, que se evad¨ªan en d¨®lares norteamericanos y pesetas.
Ramiroasegura que eso de la ROS, SL fue un "montaje", una abreviatura propia de informe policial. Incluso se cuenta c¨®mo an¨¦cdota que hubo quien trat¨® de comprobar si la empresa aparec¨ªa como tal en el Registro Mercantil de Pontevedra. Ramiro, que est¨¢ casado y tiene dos hijos de 10 y 5 a?os, est¨¢ acompa?ado de Jos¨¦ Luis Hermida, de 34 a?os, compa?ero de colegio -hasta que ambos dejaron los estudios a los 14 a?os- y de proceso, y con el que comparte ahora una casa alquilada cerca de Ancora. "Nos entregamos ahora", explica su decisi¨®n, "porque estamos aburridos y cansados de esta situaci¨®n, y porque tenemos confianza en los jueces que actualmente llevan el caso".
La entrega de Marcial
La prueba para esa confianza pasaba por el destino de Marcial Dorado. A finales del pasado mes de noviembre, en el hospedaje A Boega, cerca de Vilanova da Cerveira Marcial, de 34 a?os, presunto jefe del grupo contrabandista de Villagarc¨ªa, hac¨ªa las maletas y part¨ªa en direcci¨®n a la frontera, acompa?ado de Jos¨¦ Luis Vaz Vilela, tambi¨¦n procesado. El d¨ªa 28, Marcial se presentaba en solitario ante el juez en Madrid. La decisi¨®n hab¨ªa sido discutida en una reuni¨®n de los abogados de los procesados huidos, en la que surgieron discrepancias sobre la conducci¨®n de la defensa. La puesta en libertad de Marcial previo pago de una fianza de 20 millones, anunciada para este fin de semana, es la referencia que necesitaban los otros encausados para reconsiderar su situaci¨®n. "Ahora sabemos a qu¨¦ atenernos".
A Boegaes un pazo del siglo XVIII, rodeado de camelios y vi ?as, con la cerviz orientada a la luz del padre Mi?o. Es un edificio hermoso. Pasar aqu¨ª una noche, en estos tiempos, cuesta 2.400 escudos y est¨¢ al completo para Navidades. Santiago, el joven hijo del due?o, dice que Marcial era "un buen amigo", con el que compart¨ªa las partidas de tenis. "¨²ltimamente se le ve¨ªa muy preocupado". Como una de las razones para la entrega en solitario de Marcial, se habl¨® de dificultades econ¨®micas. "No creo", dice con convencimiento Santiago.
Seg¨²n el informe policial, el grupo de Villagarc¨ªa lleg¨® a tener su cuartel general en el centro de la ciudad arosana, en la plaza de Galicia, traslad¨¢ndolo posteriormente a una urbanizaci¨®n. Su base de comunicaciones estaba situada en la localidad cercana de Vilanova de Arosa y manten¨ªa tambi¨¦n, hasta su desarticulaci¨®n, su propia red de control para detectar los movimientos de las embarcaciones y avionetas del servicio de vigilancia aduanera, contando incluso con la complicidad de un camarero del aeropuerto de Vigo.
El establecimiento A Boega fue anteriormente noticia como escenario de un encuentro "casual y muy breve", seg¨²n la versi¨®n oficial, entre varios de los procesados huidos y el presidente de la Xunta, Gerardo Fern¨¢ndez Albor, que se encontraba en el local cenando con autoridades portuguesas. Este conato de entrevista, el 6 de julio, no fue protagonizado por el grupo de los llamados servandos, como se inform¨® en algunos medios, sino por Marcial Dorado, Jos¨¦ Luis Paz, Benigno Su¨¢rez y Jos¨¦ Barreiro. Trataban de que Albor intercediera ante la justicia. El asunto mereci¨® un debate en el Parlamento gallego, a ra¨ªz de una interpelaci¨®n socialista.
M¨¢s cerca de la frontera, en direcci¨®n a Mon?ao, se encuentra el monte Faro. Hay que subir por una pista adoquinada y serpenteante, escoltada por ocasionales abedules.
En Monte Faro ¨²nicamente hay un hospedaje, construido en un antiguo monasterio de frailes, y una capilla. Por la ladera ensombrada de casta?os donde se celebra la romer¨ªa del 15 de agosto, hay inscripciones en piedra y azulejo. Incluso una de Gregorio Mara?¨®n, en portugu¨¦s. "Creo cada d¨ªa con mayor firmeza en el poder gigantesco del esp¨ªritu".
Incidente en Monte Faro
En este lugar, Jos¨¦ Barreiro Font¨¢n, de 39 a?os, no tiene ganas de hablar con la Prensa. Es m¨¢s, coge al periodista por las solapas, lo zarandea, y luego blande el pu?o amen az adoramente. En el hostal hay otras presencias sigilosas. Est¨¢ irritado, sobre todo, porque se fotografiara su coche rover azul metalizado. Est¨¢ irritado por todo. Dice que la Prensa ech¨® "montones de inierda" sobre este asunto.
A Jos¨¦ Barreiro le han puesto el alias de Sito Carnicero. Es un hombre corpulento y, por lo visto, irascible. El auto de procesamiento contra ¨¦l, al que se supone conectado con otros grupos, lo implica sobre todo en presuntos delitos monetarios.
Despu¨¦s del incidente y del primer traspi¨¦s, fue toda una peripecia localizar y conseguir hablar con Ramiro y Olegario. Este ¨²ltimo es el contrapunto del hu¨¦sped de Monte Faro. Olegario Falc¨®n, de 38 a?os, est¨¢ acusado de formar parte del triunvirato de la llamada ROS.
Comparte una casa alquilada en Lanhelas con otro procesado que prefiere no dar su nombre. Los hijos de Olegario han hecho un bel¨¦n navide?o en su ¨²ltima visita y el hombre parece realmente afectado por la separaci¨®n, que dura ya un a?o.
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